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Caballería Medieval

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Introducción a la Caballería Medieval

Caballería Medieval: combate entre Roldán y Ferragut enel Palacio Real de EstellaA partir del siglo XI empezó a surgir una nueva sociedad en Europa occidental. El fin de las invasiones de los vikingos, magiares y árabes hizo posible el desarrollo técnico, económico, social y artístico sin interferencia exterior que se ha venido en llamar "Renacimiento Románico".

Este conjunto de mejoras y avances se traduce en múltiples repercusiones, como la mejora de las técnicas agrícolas que propicia un aumento de la población, las extensiones de territorios habitados aumenta gracias al desbrozamiento de grandes bosques y marismas, antes deshabitadas, pero donde ahora surgen monasterios y alrededor de ellos también aldeas y pueblos. El crecimiento de pueblos y ciudades junto con el desarrollo de contactos comerciales más amplios -y no hay que despreciar el papel asumido por las peregrinaciones- constituyeron los principales incentivos para la modificación de la forma de organización de la sociedad.

Caballería MedievalDel mismo modo, la aparición del caballero y del castillo significó un cambio fundamental en la conducción de la guerra.

El caballero era un jinete fuertemente armado. Los monarcas carolingios franceses debieron en parte sus éxitos bélicos a su caballería pesada. Tanto la armadura como las armas se hicieron aún más pesadas y accesibles a un mayor número de personas.

Hacia el año 1100 era corriente que los caballeros no disparasen sus lanzas a modo de venablos, sino que las llevaran sujetas bajo el brazo para abrir las líneas enemigas.

El éxito de la primera cruzada se debió en gran medida a la capacidad de los caballeros francos. Un escritor griego comentó asombrado, que "un franco a caballo seria capaz de atravesar las murallas de Babilonia".

Estaua ecuestre de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador en BurgosEsta fuerza de choque del caballero cristiano medieval (que también se trasladó a la España cristiana) tenía un doble efecto práctico y moral. Ya que cuando se lanzaban agrupados contra el enemigo formaban un ariete casi imposible de contener y solía romper y desconectar las líneas enemigas. Por otro lado el trepidar de los caballos y el sonido metálico de las armaduras generaba un estruendo pavoroso que es fácil de suponer que amedrentaría al ejército contrario.

Una matización es que en España, a pesar de la eficacia guerrera de esta caballería pesada, los ejércitos cristianos sufrieron importantes derrotas ante la caballería ligera musulmana, que sin la misma fuerza de choque, tenía, por el contrario, gran movilidad y capacidad para moverse por el escenario de la batalla según tácticas preconcebidas.

Sobre la misma época, hicieron su aparición por toda Europa los castillos como complejos guerreros.

Lógicamente el origen de las fortificaciones y castillos es muy anterior a este siglo XI, pero en muchos casos se trataba de construcciones muy sencillas, constituidas por una empalizada de madera y una serie de edificaciones erigidas sobre un montículo.

Los castillos fueron protagonistas de parte de la Política Medieval. (Castillo de Jadraque - Guadalajara)En otros casos se construían torres de piedra que tenían como finalidad servir de atalayas y de protección efímera en caso de encuentro con el enemigo.

Pero poco a poco y sobre todo a partir de estas fechas del pleno Medievo empiezan a construirse grandes fortificaciones en piedra, según estilos que variaban con el lugar y que, dentro de su austero carácter castrense, reunía una serie de dependencias para los ejércitos, las reservas de alimentos y de agua (aljives), patios de armas, iglesia o capilla para las celebraciones religiosas, túneles subterráneos que frecuentemente comunicaban la fortaleza con salidas exteriores a ríos u otros lugares. También estos nuevos castillos apartaban la novedad de presentar varios niveles sucesivos de defensa, como antemuros o barbacanas y fosos.

La nueva caballería

Caballeros esculpidos en la iglesia de Artaiz, NavarraDurante los primeros siglos altomedievales, los caballeros fueron frecuentemente meros hombres de rapiña y que causaban violencias locales que eran censurados por los poderes seculares y por la Iglesia que llegó a excomulgar a algunos de sus miembros.

Precisamente, a partir del siglo XI el ardor guerrero de estos personajes, que solían provenir de la nobleza y que no contemplaban otro modo de vida que la guerra y la caza intento ser reconducido hacia otros objetivos. En muchos casos se les encomendó la vigilancia de rutas de peregrinación para garantizar la seguridad de los peregrinos y acabar con la lacra de asaltadores y bandidos que frecuentaban estos caminos. Con el sentimiento de cruzada, el espíritu guerrero caballeresco también se enfocó a la conquista de Palestina.

Los caballeros vivían casi siempre en estrecho contacto unos con otros, por ejemplo en las campañas bélicas, en las guardias de los castillos o en los torneos.

Capitel con caballeros en combate. Iglesia de Duratón, SegoviaA partir de esta época, entre estos caballeros se desarrolló un sentimiento de solidaridad y camaradería por compartir un modelo de vida y conjunto de valores, una sensación de ser "caballeros y hermanos", incluso cuando luchaban entre sí a muerte.

Cada uno de ellos debía disponer de una determinada panoplia y comportarse con arreglo a unas normas aceptadas. Hacia el año 1100 se habla ya de la "Orden de caballería", debatiéndose en canciones y poemas cuál había de ser el correcto comportamiento de los caballeros.

Generalmente, los futuros caballeros eran miembros de los distintos niveles de la nobleza. Primero, en su juventud, habían sido empleadon como escuderos, para después, tras un proceso de aprendizaje, ser nombrados caballeros mediante una ceremonia en la que los aspirantes prestaban juramento de ser valientes, leales y corteses y defender a los miembros más pobres e indefensos e la sociedad, incluyendo a las víctimas de agravios y ataques injustificados. Este ideal caballeresco fue progresivamente recogido en la literatura, personificándolo en la figura de héroe, desde los primeros Cantares de Gesta (Roland, El Cid) hasta la Poesía Trovadoresca, el Romancero, los Libros de Caballerías, etc.

Caballero esculpido en la clave de la bóveda del lavatorio. Monasterio de VeruelaPor tanto, numerosos y distintos eran los ideales de esta nueva caballería y en general se aceptaba que sus miembros constituían un orden de la sociedad, y de ellos se esperaba una conducta noble del más alto nivel.

La Caballería Medieval en España

Lo relatado anteriormente es valido para la mayor parte de Europa, pero en los reinos hispanos existen algunos aspectos diferenciadores. En primer lugar los caballeros cristianos no sólo eran nobles sino podían ser "caballeros villanos", es decir, miembros de las Comunidades fronterizas de Villa y Tierra que habían adquirido un caballo, armas y eran eficaces soldados en las guerras de frontera contra Al-Andalus. Otro elemento distintivo de España es que hasta el siglo XIII no hubo una nobleza ociosa, dadas las condiciones de enfrentamiento bélico entre musulmanes y cristianos. No es hasta el siglo XIII y, sobre todo, el XIV cuando se produce un proceso de feudalización de la sociedad debido a las grandes tierras que atesoran los nobles y los miembros de las órdenes militares. Al final de la Baja Edad Media esta nobleza protagonizó numerosos altercados violentos que asolaron, principalmente, las tierras de la Corona de Castilla y que cortaron de raíz los Reyes Católicos.


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