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Castillos de Canarias

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La de Las Palmas es una de las dos provincias en que se divide administrativamente la Comunidad Autónoma Canaria, correspondiéndose su territorio con las islas más occidentales del archipiélago, concretamente, las de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote

Castillo de Las Coloradas, en Lanzarote. Ejemplo de torre costeraComo el resto de las islas, y motivado por sus lógicos condicionantes geográficos, la incorporación de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura a la Corona Castellana fue muy tardía, razón por la cual la totalidad de fortificaciones que encontraremos a lo largo del territorio supera el umbral de la Edad Moderna.

Debido también a su carácter insular, la principal característica de la mayoría de construcciones militares conservadas en Las Palmas es su funcionalidad defensiva de ciudades costeras frente a eventuales invasores o ataques piratas, de ahí que buena parte de las fortificaciones que a continuación desarrollaremos se emplacen sobre bastiones litorales o íntimamente relacionados a instalaciones y portuarias.

Castillos de Gran Canaria

La gran mayoría de castillos conservados o de los que se tiene noticias en la isla de Gran Canaria se circunscriben al actual núcleo urbano de Las Palmas, plaza que, desde la conquista castellana a finales del siglo XV, se convirtió en un enclave estratégico de primer orden como escala en la Ruta de las Indias. Ese interés en defender la ciudad por parte de la Corona de Castilla convirtió a Las Palmas en una de las únicas ciudades fortificadas del archipiélago junto a Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma.

Muralla urbana de Las Palmas

El antiguo recinto amurallado de la ciudad de Las Palmas, en la actualidad prácticamente desaparecido, comenzaría a construirse a principios del siglo XV con el fin de proteger la urbe de ataques tanto marítimos como terrestres; sirviendo a la vez como delimitación del primitivo trazado urbano de la ciudad, que en origen, tan sólo abarcaba las actuales barriadas de Vegueta, Triana y unos pequeños arrabales que trepaban por los hoy llamados "riscos".

El primitivo perímetro murado rodeaba la ciudad en su totalidad, uniendo a través de potentes lienzos murales erigidos a base de piedra y mortero los castillos de Mata, San Francisco y Santa Ana, siendo precisamente el tramo entre los dos primeros en único del que se conservan algunos vestigios.

Castillo de La Luz

Castillo de la Luz, en Las Palmas de Gran CanariaEl Castillo de La Luz es la fortificación más antigua de cuantas se conservan en toda la provincia, remontándose su erección a los años finales del siglo XV por orden del Gobernador Alonso de Fajardo aprovechando, muy probablemente, una fortaleza anterior mandada construir en madera por el Capitán Juan Rejón en 1478.

Durante los primeros años tras la conquista castellana, el Castillo de la Luz constituyó la única defensa de la ciudad, situándose entonces sobre una pequeña lengua coralina aislada y separada unos metros de la costa, siendo únicamente accesible con marea baja o a través de un puente levadizo en horas de pleamar.

Detalle del Castillo de la LuzEn la actualidad, motivado por el desarrollo urbano de la ciudad con sus consiguientes consecuencias geológicas, el escarpe sobre el que se asienta el castillo se encuentra totalmente unido a tierra firme por la zona de La Isleta.

Pese a las sucesivas reformas y ampliaciones de las que fue objeto a lo largo de los siglos, conserva el Castillo de la Luz su primitiva configuración de planta cuadrangular reforzada por cubos angulares almenados y dotados de garitas y puestos de vigía; articulándose al interior a partir de un patio de armas con aljibe en torno al cual, se disponen las distintas estancias divididas en tres niveles.

Fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1941, siendo hoy uno de los castillos mejor conservados y más fotogénicos de todo el archipiélago Canario

Castillo de Mata

Castillo de Mata y muralla urbana en una estampa de 1893El Castillo de Mata, conocido también como de Casa Mata, debe su nombre a su carácter de casamata o fortificación defensiva de enorme solidez destinada, en este caso, a la protección de la antigua muralla de la ciudad.

Sobre su mismo solar y unido al perímetro murado, se levantaría en origen una antigua torre de planta circular que quedaría totalmente destruida en el año 1599 tras los ataques de la armada holandesa, siendo entonces cuando Francisco de la Rua ordenó su reconstrucción.

Castillo de San Francisco o del Rey

El Castillo de San Francisco o del Rey era otro de los bastiones que reforzaban la defensa de la muralla urbana de Las Palmas. Su construcción se inició a finales del siglo XVI cuando, tras el ataque de Francis Drake, el Cabildo de la isla comprobó las magníficas condiciones que el lugar ofrecía de cara a la defensa de la ciudad en caso de futuras agresiones.

Debido a su ambicioso proyecto y a sus grandes dimensiones, las obras no culminarían hasta bien entrado el siglo XVII, dilatándose por tanto más de un cuarto de siglo. Hasta fechas recientes, la enorme fortificación cumplió las funciones de prisión militar.

Torreón de San Pedro Mártir

Torreón de San Pedro Mártir o de San CristóbalLevantado sobre una prominencia rocosa que antaño, al igual que el Castillo de la Luz, quedaba aislado de tierra firme durante la pleamar; el Torreón de San Pedro Mártir se sitúa en el barrio pesquero de San Cristóbal, razón por la en la actualidad es conocido también como Castillo de San Cristóbal.

De planta circular y a base de muros de enorme grosor, fue mandado construir por el Capitán Diego de Melgarejo en el año 1575, siendo posteriormente reconstruido a mediados del siglo XVII debido a los estragos que sobre la construcción causaron los ataques holandeses dirigidos por Pieter Van der Does; e ingleses, con el corsario Francis Drake a la cabeza.

Cumplió funciones de defensa y vigía hasta finales del siglo XIX, quedando abandonado hasta que, en 1999, fue sometido a una acertada labor de restauración.

Otros castillos desaparecidos en Las Palmas

Formando parte del prácticamente inexpugnable cinturón fortificado que protegía a la urbe palmense, se levantaban también los hoy desaparecidos castillos de Santa Catalina y de Santa Ana.

Castillo de Santa Catalina en los años 20El Castillo de Santa Catalina se situaba protegiendo el istmo por el que se accede a la Península de La Isleta, siendo concebido como una dotación defensiva auxiliar del Castillo de La Luz.

Al igual que otras fortificaciones urbanas, se erigía aprovechando una lengua de tierra que se adentraba en el mar, constituyendo por lo tanto un bastión inaccesible durante la pleamar. Fue sepultado durante la primera mitad del siglo XX al erigirse en el entorno una base naval.

Idéntica suerte correría la Torre de Santa Ana, también denominada "Cubelo de Santa Ana". Se levantaba al norte de la ciudad, y actuaba como complemento defensivo al recinto amurallado.

Torre de Gando (Telde)

Más allá de la ciudad de Las Palmas, no encontraremos más castillos en la isla de Gran Canaria si exceptuamos la Torre de Gando, situada en el municipio de Telde muy cerca del aeropuerto.

Hay quien remonta los orígenes de la Torre de Gando a la segunda mitad del siglo XIV por obra de misioneros franciscanos desembarcados en la isla con la intención de evangelizar a la población indígena guanarteme. Durante los siglos XV y XVI la torre, de planta circular, sería reedificada; sufriendo sucesivamente el embate de portugueses y piratas, siendo la construcción que hoy observamos una obra del siglo XVIII proyectada por Andrés Bonito de Pignatelli.

Durante el siglo XIX continuó cumplimentando su labor defensiva protegiendo a los barcos que fondeaban por el entorno y disuadiendo a posibles atacantes, pasando después a pertenecer a la Comandancia de Marina, quien la emplearía como oficina, almacén y polvorín. En la actualidad, ha sido rehabilitada y acondicionada como Museo de la Aeronáutica Canaria.

Castillos de Lanzarote

Cuatro son las fortalezas de relevancia conservadas en la Isla de Lanzarote, situándose dos de ellas (San José y San Gabriel) en la propia capital Arrecife, mientras que las otras dos se encuentran en los municipios de Teguise (Santa Bárbara) y Yaiza (Torre de las Coloradas)

Castillo de San Gabriel

Castillo de San Gabriel, en Arrecife (Lanzarote)Al igual que varios fuertes costeros de la isla de Gran Canaria, el castillo de San Gabriel fue levantado aprovechado una lengua de tierra que, frente al propio casco urbano de Arrecife, se adentraba unos metros en el mar, un emplazamiento que lo convertía en bastión difícilmente expugnable.

La construcción, proyectada durante la última década del siglo XVI por Leonardo Torriani, quedaba comunicada con tierra firme mediante un camino de ronda fortificado de casi doscientos metros de longitud que desembocada en el propio castillo salvando antes un puente levadizo hoy conocido como "Puente de las Bolas".

Puente levadizo de las BolasLa fortificación propiamente dicha, erigida a base de grandes bloques pétreos, se caracteriza por su planta cuadrangular de frentes cóncavos sin mayor particularidad que dos amenazantes cañoneras apuntando a la bahía de Arrecife, rompiéndose tan sólo la monotonía gracias a una pintoresca espadaña coronando el baluarte occidental del conjunto.

Castillo de San José

También en Arrecife, el Castillo de San José se fue mandado construir ya en el siglo XVIII por el rey Carlos III, quien encargaría el proyecto al arquitecto Claudio de Liste.

Castillo de San José (Arrecife)Su privilegiado emplazamiento sobre un escarpado cantil de unos setenta metros de altura, constituía una magnífica defensa del por aquel entonces estratégico puerto pesquero arreficense de Naos.

El castillo en sí mismo presenta una planta cuadrangular en la que en uno de sus lados, concretamente el orientado a la zona portuaria, el muro describe una parábola curva semicircular, de modo que en su visión desde la zona portuaria da la sensación de tratarse, más que de fuerte costero, de un potentísimo torreón.

Al igual que en su vecino de San José, una espadaña remata la fachada principal, quedando flanqueada por sendos garitones de vigilancia dispuestos sobre los ángulos. Una vez afortunadamente obsoleta su funcionalidad defensiva, en la actualizad el Castillo de San José acoge un Museo de Arte Contemporáneo.

Castillo de Santa Bárbara

Volcán Guanapay coronado por el castillo de Santa BárbaraUbicado en el municipio de Teguise, el Castillo de Santa Bárbara, también conocido como de Guanapay por el nombre del monte volcánico sobre el que se eleva, es probablemente el menos canario de cuantos castillos de conservan en el archipiélago ya que, a diferencia de la mayoría, no se encuentra en un entorno urbano, sino que, a la manera peninsular, se yergue coronando un escarpado cerro desde el que vislumbran amplísimas panorámicas, tanto terrestres, como marítimas por varios de los flancos de la isla.

El origen de la fortificación se remonta nada menos que al siglo XIV, constando la existencia de un primer baluarte levantado por el navegante genovés Lancelotto Malocello, primer descubridor medieval de las Islas Canarias y a quienes muchos atribuyen la actual denominación de la isla.

Castillo de Santa BárbaraYa en el siglo XVI y ante la continua amenaza que constituían para la isla los distintos invasores y los piratas, Sancho Herrera levantaría una nueva fortaleza con el fin de cumplir las funciones tanto de vigía como de refugio para la población, rematando la obra Leonardo Torriani, uno de los ingenieros militares de confianza de Felipe II.

Abandonado a su suerte durante siglos una vez que perdió su cometido defensivo, fue restaurado durante la segunda mitad del siglo XX gracias al encomiable empeño de la Asociación de Amigos de los Castillos, acogiendo en la actualidad un museo dedicado a la piratería.

Castillo de Las Coloradas

Castillo de Las Coloradas o Torre del ÁguilaAl sur de la isla, concretamente dentro del municipio de Yaiza, el Castillo de Las Coloradas o Torre del Águila es la última de las fortalezas relevantes conservadas en suelo conejero.

Se trata de una simple construcción costera de planta circular y accesible a través de un puente levadizo concebida como vigía y defensa ante los numerosos ataques piratas que durante los siglos XVII y XVIII padecía el sur de Lanzarote.

Castillos de Fuerteventura

Dos son tan sólo las fortificaciones que han llegado a nuestros días en suelo majorero y ambas presentan las características comunes de la mayoría de torres costeras que jalonan los litorales de las siete Islas Canarias mayores.

Torre del Tostón

Torre del Tostón o del Cotillo, en la isla de FuerteventuraLa Torre del Tostón se localiza en el municipio de La Oliva, concretamente en la conocida como Caleta del Cotillo, motivo por el cual es también posible encontrarla referenciada como Torre del Cotillo.

Se trata de una simple construcción de planta circular concebida como atalaya defensiva costera que, en el siglo XVIII y de la mano del ingeniero Claudio de L'Isle, vendría a sustituir a una primitiva fortificación denominada de Rico-Roque, mandada erigir por el colonizador de Canarias Juan de Bethencourt durante la primera mitad del siglo XV.

Torre De San Buenaventura

Similares características a la Torre del Cotillo presenta su homónima de San Buenaventura, localizada a unos doce kilómetros al sur de Puerto del Rosario en un paraje conocido como Caleta del Fuste y que, en la actualidad, pasa desafortunadamente inadvertida entre las numerosas y más que cuestionables instalaciones turísticas que la rodean.

(Autor del texto del artículo/colaborador de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)

 


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