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Biografía y obra de Fernado Gallego, pintor gótico de la escuela hispano flamenca

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Introducción

Fernando Gallego, representante del arte hispano flamenco en el s.XV, está considerado uno de los pintores más personales dentro de esta corriente en España. Su producción se caracteriza por un estilo duro, de una gran fuerza y realismo, propio de la vertiente castellana a la que se adscribe.

Artífice de una de las primeras composiciones de carácter no religioso del gótico español, será además de los pocos que ejecuten obras murales de gran formato, así como retablos de enormes dimensiones, para cuya elaboración recabará la ayuda de algunos de sus discípulos y otros colaboradores.

Biografía de Fernando Gallego (h. 2ª mitad s.XV-ppios. XVI)

Dudas e hipótesis es todo lo que se puede obtener con seguridad del estudio de los comienzos de Gallego en el mundo de la pintura, tal y como sucede también con sus orígenes. Frente a Palomino, quien considera al pintor natural de Salamanca y discípulo de Durero, se encuentran aquellos autores que no sólo desdicen del teórico debido a la incredulidad que sus numerosos errores han suscitado, sino que consideran que tal vez el hecho de que Fernando firmara algunos de sus cuadros como el Gallecus o Gallaecus indicaría una procedencia norteña, gallega concretamente (incluso se le puede encontrar nombrado en un documento como el "gallego pintor"). Se ha fechado su nacimiento en torno a la década de 1440, cronología retrasada en ocasiones hasta 1445, aunque se desconoce cuál fue el año exacto en el que vino al mundo.

Sucede igual en lo que respecta a su periodo de aprendizaje, del que tan sólo existen suposiciones, como la enunciada por diversos estudiosos, relativa a una estancia en los Países Bajos, donde habría conocido al pintor flamenco Dirck Bouts.

La primera noticia que se tiene de su trabajo profesional es relativa al año de 1468, fecha en la que, junto a un pintor llamado Juan Felipe, habría colaborado en la Catedral de Plasencia en una obra hoy día perdida. Igualmente, en 1507, habría realizado una colaboración, esta vez con Pedro de Tolosa, en la capilla de la Universidad de Salamanca: un cancel no conservado. Como tampoco ha llegado hasta la actualidad el conjunto realizado para la Catedral de Coria, contratado en 1473 y para el que tuvo que ejecutar seis retablos.

Son numerosas las atribuciones y dudas que suscitan algunas obras consideradas pertenecientes a Gallego, como un retablo de juventud para la capilla de San Ildefonso (h. 1470) de la Catedral de Zamora encargado por el cardenal Juan de Mella y cuya autoría, a pesar de estar firmado, no termina de convencer a todos los investigadores (como a Joaquín Yarza, quien enunció la duda que le provocaba la Crucifixión o Calvario del Museo del Prado, considerada en la actualidad obra del Maestro de Ávila).

Igualmente obra primeriza sería su conocida Piedad del Prado, también llamada Quinta angustia, pintada hacia 1470, a la que siguió, ya en su etapa de madurez, un retablo para la catedral de Salamanca (Virgen con San Andrés y San Cristóbal). De esta fecha (hacia 1470, 1480 para otros autores) dataría el retablo de la iglesia de Santa María de Trujillo, cuyas dimensiones (veinticinco tablas) habrían exigido de la intervención de colaboradores.

A partir de 1479 comienza a pintar una de sus más conocidas y originales creaciones, por lo novedoso del tema en la pintura de la época (que no de la literatura): la bóveda de la biblioteca de la Universidad de Salamanca, donde desarrollará un programa de tema astrológico, obra tan sólo conservada en una tercera parte.

En 1486 se le puede encontrar en Ciudad Rodrigo, localidad donde llevará a cabo una de sus obras más alabadas: el retablo de la Catedral, composición de grandes proporciones en la que colaborarán varios de sus discípulos y un pintor de procedencia germánica de nombre desconocido.

Últimas obras serán el retablo de San Lorenzo el Real de Toro (hacia 1490), y el retablo mayor de la catedral de Zamora, guardado en parte en la iglesia de Arcenillas y en el que la participación de su taller en la ejecución fue mayoritaria. La última colaboración conocida de Fernando Gallego fue la realizada, y ya citada, en la Universidad de Salamanca en 1507, fecha que se considera debió de ser, si no la de su muerte, al menos sí una de las últimas de su vida.

Principales obras de Francisco Gallego

Quizá una de las obras más famosas de Fernando Gallego, por lo peculiar, sea el cielo originalmente pintado para la bóveda de la biblioteca de la Universidad de Salamanca, hoy día conservado parcialmente en el Museo Universitario del Patio de Escuelas Menores. Conocido como "El cielo de Salamanca" o "de los gallegos", en él aparecen representadas una serie de figuras astrales y zodiacales que tan sólo constituyen una parte de las 48 que debió de tener en origen.

Sin embargo, no es ésta la composición más representativa de la corriente flamenca dentro de la cual desarrolló su pintura, habiendo considerado muchos críticos el retablo de Ciudad Rodrigo una de sus obras más importantes, e incluso del gótico español. Obra que en su día debió de ser de muy grandes proporciones, recoge elementos claramente flamencos, como el simbolismo o el naturalismo de las escenas, asociados a una tradición castellana que despoja a la pintura de cualquier concesión sentimental superflua.

Además, hay que tener presente que Gallego presenta en su obra influencias germánicas, y no sólo en modelos, como sucede con el fondo de La Piedad, por ejemplo, sino en el tratamiento de la luz, además de un dramatismo y composición escénica deudoras de Bouts y van der Weyden, algo igualmente patente en esta obra, considerada también una de sus mejores obras por la expresividad que consigue en la sencillez.


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