Colegiata de Saint Gaudens, Francia
Introducción
La
colegiata de Saint Pierre y Saint Gaudens en la localidad también
llamada de Saint-Gaudens es una importante iglesia románica
de la Occitania francesa. Se considera uno de los mejores templos
medievales de la región por diversas razones. Una de ellas
es por su antigüedad, pues se comenzó a construir
a finales del siglo XI, dentro del Románico Internacional
Pleno.
Además de al apóstol Pedro, está dedicada a San Gaudens que, según la tradición, fue un joven pastor local martirizado por los visigodos arrianos en el siglo V d.C., por no abandonar su fe católica trinitaria, muriendo decapitado.
Aunque había ya una comunidad religiosa en este lugar desde el siglo IX, fue el obispo Bernard II de Comminges quien emprendió la construcción de una nueva iglesia para los canónigos de la colegiata.
Los avatares del lugar durante buena parte de la historia, como otros muchos sitios de la región, fueron variados y, a veces de gran gravedad, como la destrucción durante las Guerras de Religión del siglo XVI: la población fue arrasada por los calvinistas en el año de 1569.
Tras la Revolución Francesa, la colegiata fue vendida y desacralizada, hasta el año de 1804, fecha en que recuperó el culto. Es a partir de este momento cuando se inician las tareas de reconstrucción de la torre campanario que se había perdido casi completamente.
La iglesia románica de Saint Pierre y Saint Gaudens que vemos actualmente es fruto de una reconstrucción románica iniciada a finales del siglo XI y continuada durante el XII, de un edificio prerrománico anterior, con la adición en los siglos XII y XIII de un claustro y una sala capitular, respectivamente. La portada norte, de estilo gótico flamígero, es del siglo XVI. Como veremos, hubo intervenciones muy importantes de tipo historicista en los siglos XIX y XX. Fue declarada monumento nacional francés en 1841.
Exterior
Los dos extremos del templo están excesivamente restaurados fruto de las excesivas intervenciones decimonónicas. Nos referimos a la cabecera triabsidal y a la torre occidental, que se pueden considerar neorrománicas.
La puerta de ingreso se encuentra en el costado norte. Es del siglo XVI, de estilo tardogótico, que sustituyó a la románica. Cuenta con arcos apuntados y uno conopial exterior con cardinas. Los apoyos son finas columnillas. En los extremos dos pilares rematados en pináculos flanquean la estructura.
En el tímpano hay dos pequeños rosetones calados de gran virtuosismo. De gran interés es el magnífico crismón románico reutilizado que encontramos entre el arco conopial y el resto de las arquivoltas. Es circular, de seis brazos, con tilde de cruz debajo de la P. Está sujeto por dos parejas de ángeles simétricos que salen del Cielo, representado por ondas (nubes).
La torre campanario (torre pórtico pues el templo es accesible desde su base) que vemos a los pies de la iglesia es una reconstrucción historicista neorrománica muy hermosa del siglo XIX. Se construyó en el lugar donde se ubicaba la original románica. Tiene varios pisos separados por impostas con ventanales de arco de medio punto. El cuerpo de campanas superior es el más espectacular gracias a que en cada cara se formularon dos ajimeces (vanos bíforos) rodeados por grandes arcos.
Interior
El interior del templo muestra una gran pureza románica. Se aprecia perfectamente la planta basilical -sin transepto- de tres naves con cinco tramos que desembocan en una cabecera de tres ábsides escalonados con sus respectivos presbiterios.
Los soportes de separación de las naves se corresponden con lo habitual en el Románico Internacional Pleno: pilares compuestos de sección cruciforme con una semicolumna en cada cara exterior. Los abovedamientos también son muy clásicos: medio cañón sin apuntamiento con arcos fajones en la nave central. Los primeros tramos de las naves laterales tienen bóveda de arista y los tres más cercanos a los pies, bóveda de cuarto de cañón.
La cabecera tiene los ábsides y sus presbiterios abovedados con sus habituales formas: cuarto de esfera y medio cañón, respectivamente.
Encima del ábside principal y en los primeros tramos adyacentes de la nave encontramos las arquerías de una tribuna que los canónigos quisieron construir a lo largo de todo el templo, siguiendo las pautas de las iglesias de peregrinación que tanto éxito tuvieron en Francia y en España (Santa Fe de Conques, Saint Sernin de Toulouse, Santiago de Compostela, etc.). Sin embargo, el proyecto quedó abortado.
En el interior del ábside principal hay unas espectaculares y bellísimas pinturas neobizantinas del siglo XIX. Sobre fondo de oro y flanqueado por dos árboles muestran a Cristo con nimbo crucífero más las letras alfa y omega. Está sentado sobre un trono de cuya base emanan cuatro ríos (en relación al Jardín del Edén). Encima, del Empíreo (el más alto de los Cielos), surge la mano del Padre bendiciéndolo. Está flanqueado por dos parejas de personajes: San Pedro con San Saturnino, primer obispo de Toulouse y San Gaudens con San Bertrand de Comminges.
En el seno de los arcos murales aparecen San Raimundo de Fitero (natural de Saint Gaudens y fundador de la Orden Militar de Calatrava), San Exupère, San Esteban y San Juan Bautista.
Los capiteles románicos originales de los pilares compuestos del interior son mayoritariamente vegetales.
Por fortuna, los del arco triunfal y los de los tramos inmediatos a la cabecera son mayoritariamente historiados. Iconográficamente, los temas representados son:
Pareja de leones.
El Pecado Original.
Dos monos atados por sus cuellos en cuclillas con las piernas separadas, junto a tres hombres.
Combate entre hombres y un lobo que se encuentra mordiendo el pecho de uno de ellos que se encuentra tumbado en el suelo, mientras un león se abalanza para atacar la espalda de uno de los defensores.
Dos parejas de aves que muerden a la sazón un objeto o presa.
Hombre que domina a un extraño cuadrúpedo (quizás un oso o un jabalí) mediante una cuerda atada a su cuello.
Capitel bautismal.
Éste es el capitel de más difícil interpretación por lo complejo de sus elementos. Un personaje porta una gran cruz y encima reza una inscripción con el texto «ARNALDVS». A su derecha podríamos estar ante el bautismo de un infante que es llevado por sus padres hasta una cuba que parece de madera con flejes de hierro sobre la que hay otro personaje con la palma abierta de su mano derecha. Encima de este hombre vemos la inscripción «IOHS».
Se ha lanzado la hipótesis de que Arnaldus fuera el nombre del maestro del taller que trabajó en la iglesia. Sin embargo, para Anke Hervol, el nombre Arnaldus se referiría al conde de Comminges, así llamado, que ostentó esta dignidad entre 1035-1070 y aparecería en calidad de donante. La otra inscripción IOHS alude a San Juan Bautista, puesto en relación con el bautismo que se desarrolla en el capitel.
Cristo en Majestad con dos parejas de ángeles a sus lados.
En cuanto a la iconografía y al estilo, por la forma de componer las escenas y de tallar a seres humanos y animales, existe una cierta vinculación con el taller del Maestro de Jaca-Frómista, que tantos buenos capiteles esculpió para el templo de la catedral de San Pedro de Jaca y para la iglesia del monasterio de San Martín de Frómista.
Los escultores formados en Toulouse tomaron el relevo de este primer taller. A ellos les debemos los capiteles de follaje de la nave.
En el interior de la iglesia, se conservan tres magníficos tapices, tejidos por la famosa Manufactura de Aubusson durante el siglo XVIII, que relatan los siguientes temas:
Claustro y sala capitular
El claustro para los canónigos de la colegiata, al sur del templo, debió iniciarse entre 1160 y 1170 y finalizado ya en el siglo XII. La sala capitular se construyó en la decimotercera centuria.
Lamentablemente, este claustro fue desmontado en el siglo XIX. A finales del siglo XX (1987) fue recompuesto con capiteles originales que se habían conservado y con copias de otros que se encuentran en distintos paraderos (museos y colecciones privadas) de todo el mundo. Se intentó ser lo más fiel posible al original en su reconstrucción, aunque el color blanco inmaculado de los fustes de las columnas geminadas no pueden evitar transmitir una fuerte sensación de neorrománico.
La panda norte es la más interesante desde el punto de vista escultórico, especialmente por dos capiteles figurados:
La sala capitular, lugar de reunión de los canónigos de la colegiata, es un espacio gótico con esculturas. En particular, su portal está custodiado por un San Miguel, en el interior.