Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Ruta del Románico en el Camino de Tours en Aquitania: 6, 7, 8, 9 y 10 de septiembre de 2023
Entre el miércoles 6 y el domingo 10 de septiembre tuvo lugar la esperadísima segunda edición del Viaje Guiado ARTEGUÍAS "Camino de Santiago de Tours en Aquitania (Francia)", donde seguimos los pasos de los peregrinos compostelanos para visitar los hitos monumentales y espirituales del Camino Francés en esta histórica región francesa.
Salimos puntuales desde la Plaza de Castilla en Madrid rumbo Elgóibar, una localidad guipuzcoana cercana a la frontera con Francia donde paramos a comer y a estirar las piernas antes de adentrarnos en el país galo.
Nuestra primera parada fue la coqueta ciudad de Bayona. Siguiendo sus coloridas callejuelas, flanqueadas por las típicas casas del País Vasco Francés, llegamos a la imponente catedral gótica de Santa María, clave en el Camino de Soulac.
Aquí explicamos el enorme claustro, que nos impresionó por ser uno de los más grandes de todo el país; para luego entrar al interior del templo, donde quedamos maravillados por sus casi 30 metros de altura y su alzado de tres niveles que incluyen su triforio y claristorio, herencia del gótico clásico del norte de Francia.
Después disfrutamos de una hora libre para pasear por la pintoresca ciudad y tomar un refrigerio en los animados cafés a orillas del río Nive. Desde aquí, nos dirigimos a nuestro hotel en Biarritz para descansar y coger fuerzas para el día siguiente.
El jueves lo dedicamos por completo a la capital histórica de Aquitania, la bulliciosa y vital Burdeos, llamada popularmente "La Bella Durmiente" por su riquísimo patrimonio aún desconocido para muchos.
Bajamos del autocar para iniciar el recorrido en la céntrica Plaza de la República, desde donde nos acercamos a la catedral gótica de Saint André. Allí analizamos con detenimiento las portada del Juicio Final y de la Ascensión, además del campanario exento de Pey Berland. A continuación, entramo para comprender que hay varias fases de su construcción, sobresaliendo por su belleza la cabecera y el transepto.
Inmediatamente después de esta visita fuimos a comer a un agradable restaurante donde degustamos los vinos locales y la "haute cuisine" francesa.
Seguimos nuestro periplo hacia la grandiosa Basílica de Saint Michel, no sin antes detenernos en la Grosse Cloche, una antigua puerta de acceso a la ciudad que en origen estaría adosada a la muralla de la misma. Reconvertido en campanario, se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil medieval que sobreviven en Burdeos.
Saint-Michel sorprendió a nuestros acompañantes por ser un templo gótico radiante y flamígero muy bien conservado y de colosales dimensiones que la hace más parecer una catedral que una parroquia de un barrio de Burdeos.
Al acabar la visita, nos sentamos a charlar y tomar un refresco en los bares aledaños a la Place Meynard.
Desde aquí nos dirigimos a la Iglesia de Sainte- Croix, una joya del románico aquitano que suele pasar desapercibida al turista por su ubicación periférica. Frente a su decoradísima portada simbólica, nos hicimos la primera foto de familia del viaje.
Llegados a este punto, nos recogió nuestro autocar para llevarnos a la otra orilla del río Garona y conocer el Burdeos neoclásico. Nos bajamos muy cerca de la Place de Quinconces, que alberga el soberbio edificio del Teatro, y paseamos por la bonita Plaza de la Bolsa, centro neurálgico de la ciudad.
Como no podía ser de otra forma, nos despedimos de Burdeos desde el Miroir d'Eau, una enorme lámina de agua a modo de espejo situado a orillas del río Garona, donde nos refrescamos y nos hicimos multitud de fotos jugando con los reflejos del atardecer.
La jornada del viernes la dedicamos a los conjuntos más septentrionales de nuestra ruta en Aquitania, aquéllos ubicados en las comarcas de Saintonge, Charente y Gironde.
Bien temprano pusimos rumbo a la bucólica Abadía de Aulnay-de-Saintonge, situada en plena ruta jacobea. Ejemplo de un románico muy puro, sin apenas intervenciones a lo largo del tiempo, su perfecta monumentalidad arquitectónica y el peculiar conjunto escultural con temática zodiacal nos conquistó a todos.
Ésta es la razón por la que teníamos planificado sacarnos una segunda foto familiar a sus pies. Todos coincidimos en que nos encontrábamos ante una de las joyas del viaje.
A la hora de comer nos dirigimos a la histórica ciudad de Saintes. En esta localidad visitamos la Basílica de San Eutropio, en la que destaca su magnífica cripta o iglesia baja de tres naves, una de las más grandes de Europa.
En este entorno cargado de misticismo descansan los restos del santo, parada obligatoria para los peregrinos de la Vía Turonensis.
A las afueras de la ciudad nos esperaba la Abadía de las Damas, refugio espiritual para las mujeres de la aristocracia aquitana.
Innumerables avatares históricos hacen de este un edificio fuertemente intervenido, pero que conserva una de las fachadas románicas más bonitas y trabajadas que hemos visto en todo el viaje.
Terminamos el día visitando el precioso pueblo de Talmont-sur-Gironde, catalogado como uno de los más bonitos de Francia. Situada en el estuario de los ríos Garona y Dordoña, la Iglesia de Santa Radegonda se alza imponente sobre un acantilado. Antes de regresar al hotel, nos dejamos llevar por el encanto de sus calles de casitas blancas plagadas de flores y el olor de las creperías típicas. Sin duda, uno de los parajes más fotogénicos del país.
El sábado nos encaminamos al sur de la región, con el objetivo de cruzar la frontera al anochecer. Aquí visitamos otra encantadora villa medieval: Saint Macaire. Su iglesia, la Abadía de San Salvador, conserva un conjunto mural gótico en excelentes condiciones, un ciclo inspirado en el Apocalipsis de San Juan y en la Leyenda Áurea.
Continuamos descendiendo al sur hacia la localidad de Saint-Paul-les-Dax. En la cabecera de su iglesia, pudimos admirar una singular colección de bajorrelieves de mármol que han suscitado el interés de todos los medievalistas franceses. En ellos podemos reconocer temas poco comunes, como animales fantásticos orientales o la Verónica.
Después de comer en una agradable terraza, nos dirigimos a la Abadía de Sorde, que custodia uno de los pocos mosaicos románicos de Europa.
Muy cerca se encuentra también la Abadía de Arthous, cuya arquitectura se ve influenciada por la cercanía a tierras españolas. En su interior se ha instalado un museo interactivo sobre la Edad Media, que si bien destinado a un público más infantil, hizo las delicias de los más mayores también.
Como estaba previsto, hicimos noche en un hotel en Pamplona.
Iniciamos la última jornada del viaje en Puente la Reina, población clave para el Camino de Santiago, pues en ella confluyen la Ruta Aragonesa y la Francesa. Primero entramos en la Iglesia del Crucifijo, donde se custodia una curiosa talla de un Cristo cuya cruz en forma de ypsilon alude al árbol de la vida.
A continuación siguiendo la Rúa Mayor (pleno Camino de Santiago) nos acercamos a la iglesia de Santiago con su monumental puerta románica y donde innumerables peregrinos acuden a presentar sus respetos al Santiago Beltza.
Finalmente cruzamos el Puente románico de la Reina, construido en el siglo XI para salvar el peligroso paso del Río Arga.
Volvimos al bus para dirigirnos a la enigmática Santa María de Eunate. Debido a la poca documentación y a su situación aislada, esta iglesia de planta octogonal ha sido objeto de múltiples leyendas y teorías a lo largo de todas las épocas.
Lo más probable es que fuera un templo funerario y que actuara como "faro" para el peregrino, de igual manera que la iglesia vecina del Santo Sepulcro de Torres del Río, nuestra última visita del viaje.
Tras una última foto familiar en Eunate y una riquísima comida grupal en Ayegui, regresamos a Madrid a la hora prevista.
Gracias por viajar con nosotros ¡Esperamos veros de nuevo muy pronto!