Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Ruta de los Ecos del Claustro de Silos en el románico rural de Soria, el 7 de julio de 2018
El pasado sábado día 7 de julio tuvo lugar el Viaje Guiado ARTEGUIAS titulado "Ecos del Claustro de Silos en el Románico Rural Soriano", un itinerario que nos llevó a conocer varias iglesias rurales sorianas en los que son bien patentes los influjos escultóricos de los modelos presentes en el universal claustro burgalés.
Desde la Avenida de América y a la hora prevista, la expedición partió rumbo noreste en un viaje de aproximadamente dos horas perfectamente aprovechadas para introducir histórica y artísticamente tanto los territorios como los monumentos a visitar durante la jornada.
Tras una parada técnica a la altura de Medinaceli, la primera visita de la mañana se centró en la iglesia románica de San Pedro de Perdices, la más alejada sin duda de los modelos silenses pero que, dada su cercanía con el espacio geográfico en que nos íbamos a mover, no podíamos dejar pasar la ocasión de acercarnos a ella.
Se trata de un templo de una enorme fotogenia al emplazarse en una posición muy elevada coronando el brevísimo y casi deshabitado caserío de Perdices; un monumento generalmente muy complicado de visitar pero que nosotros, gracias a la amabilidad de su párroco, tuvimos el privilegio de conocer.
Desde Perdices descendimos a territorios más llanos hasta llegar a la cuidada población de Villasayas, cuyo templo, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, conserva de su primitiva obra románica la portada principal y la genuina galería porticada que lo protege.
Se trata además de una de las galerías porticadas sorianas más interesantes ya que, a la gracia de sus capiteles figurados, hay que añadirle varios elementos escultóricos más encastrados al muro.
Tras comentar detenidamente los motivos iconográficos de raigambre silense que adornan tanto la galería como la portada, nos dirigimos unos kilómetros al oeste hasta llegar a la población de Casillas de Berlanga, donde nos esperaba una reconfortante comida.
Las visitas de la tarde tuvieron su punto de inicio en la villa de Almazán, importantísima población soriana cabeza de Comunidad de Villa y Tierra en época medieval y que ha sabido conservar buena parte de su patrimonio románico.
Iniciamos su visita asomándonos al sugestivo mirador que constituye en sí mismo el puente de moderna construcción sobre el río Duero, desde el cual, se hace perfectamente visible la iglesia de San Miguel. Ya en la plaza principal de la villa, accedimos a su interesante interior, donde además de en sus capiteles figurados, la mayoría de miradas se concentraron en su exótica cúpula de crucería califal.
Desde Almazán, pusimos de nuevo rumbo hacia el este hasta llegar a la población de Torreandaluz, otra de las muchas minúsculas aldeas que salpican la geografía soriana y que suelen resultar desconocidas para el gran público al quedar al margen de los principales itinerarios turísticos.
De dedicada precisamente a Santo Domingo de Silos, la iglesia de Torreandaluz, también reformada en siglos posteriores, conserva íntegra su magnífica portada románica en cuyos capiteles quedan de nuevo bien patentes los influjos del segundo taller del claustro de Silos.
Unos kilómetros hacia el norte y como digno colofón a nuestra ruta, no podíamos dejar escapar la posibilidad de visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad de Nafría la Llana, interesante al exterior por sus capiteles y canecillos; y no menos atractiva al interior, en el que llama la atención la personalísima angostura de su arco triunfal de acceso al presbiterio; una disposición que parece evocar liturgias antiguas más pretéritas.
Desde Nafría la Llana emprendimos camino de regreso a Madrid no sin antes realizar una última parada técnica para reponer fuerzas en un hotel de El Burgo de Osma, desde el cual, en menos de dos horas, llegamos a nuestro destino madrileño.