Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Castillo de Loarre y el románico de la Hoya de Huesca. 4, 5 y 6 de agosto de 2023
Entre el viernes 4 y el domingo 6 de agosto de 2023 tuvo lugar la II edición de este viaje guiado ARTEGUIAS por el arte medieval de la comarca de la Hoya de Huesca, con mención de honor al castillo románico de Loarre. Nos adentramos en los pintorescos pueblos del Alto Aragón, con especial dedicación al conjunto monumental de la capital oscense.
Nuestra primera parada fue la Ermita de Salas, santuario tardorrománico muy querido por los aragoneses que cuenta con una fachada espectacular gracias a su gran portada y rosetón. En su interior custodia una Virgen homónima del siglo XIII, protagonista de algunas de las cantigas de Alfonso X el Sabio.
Después de una agradable comida en un céntrico restaurante, paseamos por las principales vías del casco histórico, como la larga calle del Coso, que rodeaba la antigua muralla. Nos detuvimos a contemplar las características casas palaciegas de la nobleza aragonesa, y dedicamos unos instantes a conocer la vida y martirio de San Vicente, copatrón de Huesca, frente a su iglesia.
Desde allí nos dirigimos al monasterio de San Pedro el Viejo, uno de los platos fuertes de nuestro viaje. Erigido sobre un antiguo templo mozárabe reaprovechado, el edificio actual data del siglo XII, cuando se construye el monumental claustro meridional jalonado por una de las más bellas colecciones de capiteles bíblicos y simbólicos del taller del Maestro de San Juan de la Peña.
No podemos olvidarnos tampoco de los crismones trinitarios que adornan los tímpanos del santuario, tan propios de la arquitectura románica aragonesa.
Tras visitar el panteón real y presentar nuestros respetos a Alfonso el Batallador y Ramiro el Monje de Aragón, nos tomamos la primera foto de familia del viaje.
El resto de la tarde lo dedicamos en su totalidad al conjunto catedralicio.
Empezando por su Museo Diocesano, enmarcado en las dependencias claustrales del mismo, visitamos las salas dedicadas al arte medieval donde pudimos ver distintas piezas de los siglos VIII al XIV que nos ayudaron a comprender el recorrido histórico-artístico del Condado y Reino de Aragón.
Así, pasamos a la catedral, que nos sorprendió con un interior plenamente gótico coronado por estilizadas bóvedas de crucería estrelladas, algo remarcable en una de las provincias con más arte románico de todo el país.
El sábado por la mañana pusimos rumbo a la pequeña y encantadora localidad de Agüero, a los pies de los imponentes Mallos. La primer visita fue la de su iglesia parroquial de El Salvador, datada en el siglo XII y profusamente reformada en los siglos venideros, destacando en ella su portada: una delicada Parusía decora el tímpano, soportado por varias columnas de capiteles simbólicos donde predominan leones, aves y basiliscos.
Abandonamos el núcleo urbano para adentrarnos en los bosques circundantes, que esconden entre sus ramas la enigmática Iglesia de Santiago. De origen incierto, esta imponente ermita debió ser en origen una basílica inconclusa, de cuya monumentalidad nos habla su conjunto escultórico, que podemos poner en relación con los de otros grandes monumentos españoles, como el monasterio de Poblet o la catedral de Santo Domingo de la Calzada.
De nuevo, obra del reputado Maestro de San Juan de la Peña, esta vez nos encontramos con una inusual escena de proskynesis, un acto de adoración propio del rito bizantino y no tanto del católico. El interior del templo tampoco nos dejó indiferentes: sobrio, soberbio y robusto.
Después de una breve parada técnica en un hotel donde pudimos descansar contemplando los famosos Mallos de Riglos, nos dirigimos a la única localidad zaragozana de nuestro itinerario: Murillo de Gállego. Levantada sobre un barranco, se erige grandiosa la Iglesia de San Salvador. Siguiendo los cánones del románico pleno aragonés, salva este desnivel con la construcción de una cripta o iglesia baja tripartita.
Cerramos la mañana con una riquísima comida tradicional en la localidad de Loarre, donde nos esperaba la joya de este viaje, a la que dedicamos cerca de dos horas: el castillo. Se trata de la fortificación románica mejor conservadas de toda Europa, construida en torno al siglo XI-XII en el contexto de las guerras con Al-Andalus.
Antes de entrar, dimos un paseo alrededor de la impenetrable muralla flanqueada por numerosos torreones, y subimos por la escalera principal hasta desembocar en la sala de guardia y la austera cripta de Santa Quiteria.
Continuamos ascendiendo hasta la Iglesia de San Pedro, un majestuoso templo románico cuya decoración alegórica podemos poner en relación con la de la catedral jaquense. Seguimos nuestro recorrido por las enrevesadas estancias del castillo, azotados por el cierzo, hasta alcanzar las torres del Homenaje y de la Reina.
Pero nuestra jornada no terminó aquí. De vuelta a Huesca, hicimos la última visita de la tarde: el Palacio de los Reyes de Aragón, junto al Museo Provincial de Huesca, donde nuevamente centramos nuestra atención en las piezas medievales. A través de una interesante propuesta museográfica, el museo ha integrado las únicas salas de época románica conservadas como parte de su exposición permanente: la legendaria Sala de la Campana y la Sala de Doña Petronila, ricamente decorada con finos capiteles que representan el ciclo de la Natividad y parte de la vida pública de Cristo.
La mañana del domingo la dedicamos a la Colegiata de Santa María la Blanca en Berbegal, una histórica villa de la Comarca del Somontano de Barbastro. Se trata de un robusto edificio encajonado en el centro del pueblo en el que apreciamos rasgos del románico hispano-langedociano. Tuvimos la oportunidad de subir a la torre de la misma, desde donde pudimos contemplar la inmensidad del paisaje sobre el que se eleva Berbegal.
Tras un agradable refrigerio en el bar de pueblo, nos dirigimos a la localidad de Ibieca para conocer la solitaria pero digna Iglesia de San Miguel de Foces. Edificio de transición entre el románico y el gótico, quedamos admirados por su majestuosidad, tanto que decidimos tomarnos la segunda foto grupal frente a ella.
Su sobriedad exterior, levemente alterada por sucintas decoraciones vegetales y profusas marcas de cantero, contrasta enormemente con la rica pintura mural gótico-lineal del interior. Apreciamos en ellas cierto movimiento y gestualidad en la representación de los pasajes neotestamentarios (Ciclo de la Natividad, Calvario, etc.) y temas hagiográficos como la vida de Santa Catalina o San Juan Bautista. Sin duda, fueron el broche de oro para cerrar este recorrido por todas las etapas del románico y primer gótico aragonés.
Así regresamos a nuestro autocar para emprender el camino de vuelta a Madrid, no sin antes pararnos en Siétamo para una última comida familiar. Tras hacer las paradas reglamentarias, llegamos al Intercambiador de Avenida de América a la hora prevista.
Os agradecemos vuestra participación en este magnífico viaje y esperamos veros de nuevo muy pronto.