Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Patrimonio de la Humanidad Portugal, el 5, 6, 7 y 8/10/23
Durante los días 5, 6, 7 y 8 de octubre tuvo lugar la esperadísima II edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Portugal Patrimonio de la Humanidad", una nueva incursión en el país hermano que esta vez tuvo Coímbra, emblemática ciudad universitaria, como punto de partida.
Como estaba previsto, salimos bien temprano desde Moncloa rumbo Guarda, ya en tierras lusas. Tras una riquísima comida en un agradable restaurante, visitamos su imponente catedral gótica y manuelina presidida por un fino retablo, y subimos a las sobrecubiertas, desde donde pudimos contemplar no solo los entresijos de la misma, incluyendo su complejo sistema de arbotantes, sino la espléndida panorámica de la ciudad.
A continuación, cogimos nuestro autobús para adentrarnos por la Serra da Estrela en dirección a Coímbra hasta la humilde población de Lourosa, donde fuimos recibidos cálidamente por sus habitantes y su alcalde, entre música, bailes y obsequios.
Aquí visitamos la iglesia de San Pedro, renombrada ermita mozárabe cuyos orígenes muy probablemente se remontan a la época visigoda. Para conmemorar este bonito encuentro, nos hicimos la primera foto familiar del viaje.
Con la alegría todavía en el cuerpo, nos dirigimos a nuestro hotel palaciego en Conímbriga, donde descansamos y recuperamos fuerzas para el día siguiente.
El jueves lo dedicamos por entero a la ciudad de Coímbra. Acompañados por un sol espléndido, empezamos la mañana con una panorámica en autocar por la zona baja de la ciudad, marcada por el paso del río Mondego y las ruinas del Convento de Santa Clara.
Desde allí nos dirigimos a la Catedral Nueva, situada muy cerca de su renombrada Universidad, nuestra próxima parada. Del complejo universitario podemos destacar la Capilla de San Miguel y el Paraninfo, y sobre todo, la histórica Biblioteca Joanina, la estancia que más nos impresionó a todos.
A media mañana visitamos la Catedral Vieja, sin duda una de las joyas del románico portugués y de suma importancia histórica, pues fue mandada construir por orden del primer monarca portugués, Alfonso Henríquez.
En ella sobresale la cabecera, su magnífica fachada y el alzado con tribunas del interior del templo.
También tiene esta catedral un bonito claustro del siglo XIII de formas románicas y aires muy "cistercienses" en la escultura.
Poco después, paramos para almorzar en un moderno restaurante en el corazón de Coímbra.
Por la tarde, recorrimos el monumental Monasterio de la Santa Cruz, que, si bien de origen románico, actualmente destaca por su templo gótico y su elaborada portada manuelina. Con un interior recubierto por la típica azulejería portuguesa y un espectacular coro gótico, se trata igualmente de un enclave histórico, pues aquí descansan los restos de los primeros reyes portugueses, el ya citado Afonso Henríquez y su hijo Sancho.
No podíamos abandonar Coímbra sin visitar la coqueta iglesia de Santiago, uno de los mejores ejemplos del Románico Tardío de toda la ciudad. A todos nos resultó curiosa, puesto que su cabecera fue cercenada en el siglo XIX para adaptarla al nuevo trazado de la calle que la circunda, por lo que tiene una apariencia un tanto abrupta pero compensada por su delicada portada.
Para finalizar el día, dispusimos de un rato libre para pasear y tomar un café por las animosas calles de la ciudad, antes de regresar al hotel y descansar.
Comenzamos la jornada del sábado visitando el Castillo de Leiria, al que se accede a través de un divertido funicular que asciende por la colina y nos ofrece una bonita vista del enclave.
Aquí recorrimos las estancias más importantes, como la iglesia gótica o la torre del homenaje, hasta llegar a la delicada balconada del palacio, un lugar delicioso donde nos tomamos numerosas fotos y selfies.
Nos dirigimos ahora hacia las dos joyas del viaje: el monasterio de Alcobaça y el monasterio de Batalha, donde nos tomamos otras dos fotos familiares.
El monasterio cisterciense de Santa María de Alcobaça es, probablemente, el monumento medieval más importante de Portugal, reconocido como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1989. Un hito tanto artística como históricamente, su fundación está ligada al primer rey del país y a las ideas de Bernardo de Claraval, que rápidamente se estaban extendiendo por Europa.
El monasterio permite la entrada a numerosas estancias, cuya monumentalidad y buen estado de conservación hicieron las delicias de todos: el claustro, la sala capitular, el dormitorio y la cocina, además de la iglesia abacial, que alcanza unas dimensiones casi catedralicias. Uno de los momentos más esperados fue la de fotografiar los dos sepulcros del rey Pedro I de Portugal y su amante Doña Inés de Castro.
Nos dirigimos ahora al municipio de Batalha, donde almorzamos en un coqueto restaurante frente al Monasterio, cuya importancia histórica y arquitectónica también le valieron la denominación de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
Tan pronto como acabamos de comer, inmediatamente nos dirigimos al conjunto monástico para comentar su impresionante exterior gótico.
Ya en el interior, pudimos admirar la Capilla de los Fundadores, su enorme iglesia, así como los claustros y la sala capitular, custodiada por soldados pues en su interior se erige el Monumento al Soldado Desconocido.
Rematamos el recorrido con una visita a las decadentes pero espectaculares "capelas imperfeitas", donde el gótico flamígero y el manuelino alcanzan su máxima expresión. A continuación, disfrutamos de un refrigerio en las animadas terrazas que rodean el edificio.
Como nuestro hotel estaba muy próximo al Santuario mariano de Fátima, muchos de nosotros aprovechamos la ocasión para visitarlo antes de acostarnos a descansar y recargar fuerzas para el último día.
El domingo iniciamos nuestra ruta visitando el Castillo de Almourol, importante enclave templario construido sobre un islote en el Tajo. Solo es accesible en barco, por lo que disfrutamos de un agradable paseo por el río que nos ofreció una bella estampa natural.
Muy cerca de allí se encuentra el conjunto de Tomar, conformado por el Castillo Templario y el Convento de Cristo, también declarado Patrimonio de la Humanidad en 1983.
Aquí nos quedamos maravillados por la románica y templaria Charola, por el conjunto de claustros góticos y renacentistas y por la soberbia decoración manuelina que abunda en las portadas interiores.
La visita al Convento de tomar no podía tener mejor colofón que la contemplación de la fachada occidental de la iglesia con su célebre ventanal manuelino, repleto de símbolos alusivos al Portugal del 1500, con su potencia naval en plena era de los descubrimientos.
Todavía en tierras portuguesas, hicimos una última comida familiar antes de iniciar nuestro viaje de regreso a Madrid.
¡Gracias por acompañarnos en este viaje, esperamos veros de nuevo muy pronto!