Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Románico en la Rioja Alta, 14 y 15/11/15
Durante el fin de semana del 14 y 15 de noviembre tuvo lugar un nuevo viaje guiado de ARTEGUIAS, eligiendo como destino para esta ocasión, bajo el título de "Románico entre viñedos", el interesantísimo y generalmente poco conocido románico rural de La Rioja Alta.
Así, tras salir puntualmente de la Plaza de Castilla y realizar una primera parada técnica para desayunar a la altura de Boceguillas, llegamos a nuestro primer destino temático de la ruta, que no era otro que la localidad de Treviana.
A la misma entrada de Treviana nos recibió Ricardo Miralles, historiador, director del Centro del Románico abierto en la localidad, y uno de los principales artífices de la difusión y puesta en valor del románico riojano, con cuya compañía y atendiendo a sus interesantes explicaciones, visitamos el citado Centro del Románico.
A continuación, siempre con la compañía de Ricardo, nos acercamos a la parte baja de la población para visitar la recientemente restaurada ermita de la Concepción, obra románica hasta hace poco reducida a ruinas junto al cementerio local, pero que tras su atinadísima restauración después de mucho esfuerzo vecinal, luce hoy impecablemente consolidada.
Desde Treviana nos aproximamos a la vecina localidad de Cuzcurrita de Río Tirón para visitar su muy próxima ermita de Nuestra Señora de Sorejana, antigua iglesia parroquial de un despoblado así llamado y que, en la actualidad, se yergue majestuosa en un agradable paraje a la ribera del río Tirón.
La ermita de Sorejana, pese a su carácter tardío, hizo las delicias de todos los asistentes tanto por su especial fotogenia exterior resaltada si cabe por el brillante cielo azul que nos acompañó durante todo el fin de semana, como por su solidez y perfección constructiva.
Desde Cuzcurrita, un breve trayecto en autobús nos condujo a Castañares de Rioja, donde disfrutamos de una agradable comida, tras la cual, visitamos la parroquia de la Concepción de Ochánduri, templo que puede jactarse de conservar una de las cabeceras más completas y elegantes de toda La Rioja, cuya iconografía tanto exterior como interior, tuvimos la oportunidad de desgranar al detalle.
No menos interesante resultó la cabecera de la vecina iglesia del Salvador de la señorial población de Tirgo, templo que pese a sufrir varias reformas y ampliaciones, conservó un ábside semicircular cuajado de interesantísimos capiteles y canecillos figurados que, por supuesto, comentamos detenidamente frente a ellos.
Ya anocheciendo, no podíamos dejar pasar la
oportunidad de visitar la vecina y monumental población de
Sajazarra, en la cual, tras la preceptiva parada técnica
para reponer fuerzas en un bar de la localidad, realizamos un breve
pero agradable paseo a través de sus callejas de trazado
medieval, deteniéndonos por supuesto ante su iglesia parroquial
de origen medieval y objeto de diversas ampliaciones tardías,
y su fortaleza señorial de propiedad privada.
Desde Sajazarra, en apenas 20 minutos llegamos a nuestro hotel en
Miranda de Ebro para cenar y descansar de cara a la intensa jornada
de domingo que nos esperaba.
A la mañana del domingo nos citamos temprano con la idea de aprovechar al máximo las horas de luz y, pese a que amaneció el día con niebla, enseguida esta levantó permitiéndonos disfrutar de una nueva y agradable jornada de sol.
En primer lugar visitamos la iglesia parroquial de San Román de Villaseca, donde volvimos a encontramos con una sólida construcción románica de perfecta sillería dotada de una no menos elegante y magníficamente conservada cabecera semicircular.
A escasos tres kilómetros de Villaseca, nos acercamos también la población de Castilseco, cuya iglesia de San Julián, tremendamente fotogénica gracias a su airoso emplazamiento, recorrimos de nuevo con la compañía de Ricardo Miralles, con quien pudimos conocer diversos detalles sobre su restauración.
Desde Castilseco, en un agradable trayecto a través de extensos campos de viñedos y pasando por Anguciana y Haro, población esta última mundialmente conocida como capital del vino de Rioja y cuyas más famosas bodegas contemplamos desde el autobús, llegamos a Labastida, villa alavesa situada en los mismos límites con comunidad riojana en la que aprovechamos para hacer una parada técnica para reponer fuerzas y, quien lo deseó, comprar unas botellas de vino de la tierra.
Desde Labastida llegamos a uno de los puntos más esperados del fin de semana, que no era otro que la ermita de Santa María de la Piscina, situada a caballo entre San Vicente de la Sonsierra y la aldea de Peciña.
Esta ermita, situada en un idílico paisaje entre viñedos y erigida junto a una notablemente conservada necrópolis altomedieval, es una de las más antiguas y con más historia de La Rioja, conservándose además casi intacta tanto en lo arquitectónico como en lo escultórico.
A continuación, desde San Vicente de la Sonsierra accedimos a la minúscula aldea de Rivas de Tereso, donde disfrutamos de un delicioso menú en uno de los más afamados y concurridos asadores de la comarca.
Como guinda a un intenso fin de semana románico, culminamos el itinerario visitando la población de Bañares, la cual conserva un curiosísimo binomio monumental compuesto por la trasladada y reconstruida ermita de Santa Cruz o Santa María de la Antigua, y la monumental y casi de catedralicias dimensiones parroquia tardogótica de Santa Cruz.
Visitamos Bañares junto a Fidel, entusiasta del patrimonio de su localidad y que nos acompañó durante nuestro recorrido; primero en la ermita de Santa Cruz cuya escultórica portada desgranamos en sus aspectos iconográficos, y a continuación por su majestuosa parroquia aneja, cuyas proporciones, en comparación a una población tan modesta, no dejaron de sorprendernos a todos los asistentes.
Desde Bañares, iniciamos nuestro recorrido de
vuelta, realizando como es preceptivo una última parada técnica
en un área de servicio a la altura de Briviesca antes de
llegar a Madrid a la hora prevista.
Muchas gracias a todos por vuestra asistencia y hasta una próxima
ocasión.