Crónica e imágenes del Viaje Guiado por el gran románico aragonés, el 21/07/12
La gran novedad de este viaje guiado del mes de julio fue partir desde Zaragoza, para pode visitar, en un solo día, lo mejor del románico aragonés: la Catedral de San Pedro de Jaca, el Museo Diocesano, el caserío de Santa Cruz de la Serós, con sus conocidas iglesias de San Caprasio y Santa María, así como el Monasterio de San Juan de la Peña.
Así que a las 8:30 en punto de la mañana nos citamos en la Avenida de Pablo Gargallo de Zaragoza, a unos cien metro de la Plaza de Europa.
Llegamos puntuales tan puntuales a Jaca que tuvimos unos minutos para tomar café en los bares que rodean la seo jaquesa.
A las 11:00 nos convocamos en la puerta principal donde disfrutamos de las majestuosas formas de sus arquivoltas y capiteles, obra del Maestro de Jaca, además de profundizar en el significado de la iconografía e inscripciones de su famoso tímpano.
Una vez dentro de la catedral, analizamos su arquitectura, incluyendo su abovedamiento, que no es el original, pues el edificio románico tuvo cubiertas de madera en las naves. También nos situamos bajo el original cimborrio del crucero e hicimos un breve repaso a los capiteles de las naves, incluyendo los de la mesa del altar del ábside meridional.
Continuamos por la Lonja Chica, donde nos esperaban varias columnas talladas por distintas manos hace nueve siglos y nos detuvimos en su interpretación iconográfica, al igual que con los canecillos y metopas de su cabecera.
Una hora y media después, entramos de el Museo Diocesano donde nos esperaba una buena colección de capiteles, esculturas de madera y ,especialmente, su magnífica colección de pinturas murales medievales (románicas y góticas).
Además de en la Sala Bagüés con sus famosísimas pinturas murales del siglo XII, la sala en donde más nos detuvimos fue la del refectorio de canónigos, con los frescos de Osia, Ruesta o Navasa, entre otras muchas.
Tras hora y media de visitar pormenorizada este fabuloso museo, nos fuimos al cercano Restaurante Casa Martín para comer y reponer fuerzas, puesto que a las 15:30 teníamos previsto tomar de nuevo el autocar para dirigirnos a Santa Cruz de la Serós. Una vez en este hermoso lugar nos acercamos a San Caprasio, singular iglesia de estilo lombardo que, a pesar de su pequeñez, hizo las delicias de todos y mereció ser el lugar donde nos hicimos la habitual foto de familia.
En la cercana iglesia monástica de Santa María nos detuvimos analizar la relación entre los crismones trinitarios y las ruedas solares de lejano origen celta, además de las numerosas interpretaciones que se han dado a la cámara superior que existe sobre el crucero del templo.
La sinuosa subida en autocar a San Juan de la Peña nos permitió avistar los majestuosos Pirineos que se yerguen a pocos kilómetros al norte mientras desgranábamos la importancia histórica que tuvo este cenobio, tanto en el plano religioso como político, para el antiguo Reino de Aragón.
El Monasterio de San Juan de la Peña tiene mil rincones que visitar, aunque lo más conocido y románitico sea su claustro. Taes son los casos de las iglesias baja y alta, el dormitorio llamado "Sala de los Concilios" el museo, etc.
Una vez en el claustro, estudiamos las inconfundibles formas plásticas del Maestro de San Juan de la Peña, autor de la mayoría de sus capiteles, además de reconocer las escenas bíblicas talladas en los mismos.
Antes de partir de regreso a Zaragoza, hicimos una nueva parada en los bares de Santa Cruz de la Serós.
En definitiva, ¡Una jornada inolvidable por los orígenes del Reino de Aragón y del Románico Pleno en España!