Crónica e imágenes del Viaje Guiado "Ruta de la Arquitectura subterránea y desconocida de Toledo", el 30/01/16
Tras la gran demanda que siete días antes tuvo la tercera edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta por el Toledo subterráneo y oculto" y con el fin de que nadie se quedase con las ganas de acompañarnos en esta interesante visita, el sábado día 30 de enero repetimos idéntica ruta por la capital toledana, cumpliéndose por lo tanto ya su cuarta edición.
Este itinerario fue planteado con la intención de dar a conocer esos atractivos históricos y monumentales de Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, que suelen quedar fuera de los principales circuitos turísticos bien por falta de tiempo, por desconocimiento o por simple dificultad para acceder a ellos sin conocerlos.
Con este objetivo, el autobús partió de la madrileña Puerta de Toledo para, tras una hora escasa de trayecto en la que aprovechamos para exponer una breve introducción histórica y artística de los lugares a visitar, llegar a la ciudad imperial, concretamente al oeste de la misma y desembarcar frente al Puente de San Martín.
Tras explicar el citado Puente y evocar varias de las leyendas que tienden a contextualizarse en torno a él, iniciamos el ascenso al cogollo principal de la ciudad, aprovechando las cafeterías en torno al Monasterio de San Juan de los Reyes para desayunar y hacer acopio de energía de cara a la intensa jornada que nos esperaba.
De nuevo reunificado el grupo y tras presentar a Margarita Ruiz, guía oficial de Toledo que nos acompañaría a lo largo de todo el día, nos aproximamos a nuestra primera visita del recorrido, que no era otra que la Sinagoga de Santa María la Blanca.
En el interior de tan irrepetible escenario, recientemente remozado y dotado de una efectista iluminación que resalta aún más su encanto, aprovechamos para explicar el edificio además de para poner en común varias ideas acerca del papel y la convivencia de la comunidad judía con cristianos y musulmanes en el Toledo medieval.
A continuación ascendimos por las intrincadas calles de la judería para desembocar frente a la iglesia de Santo Tomé, conocida por albergar una de las obras más famosas de El Greco, pero que a nosotros nos interesaba por su interesante campanario mudéjar cuajado además de piezas reaprovechadas visigodas.
Pasando por delante del Palacio de Fuensalida, nos dirigimos hacia el núcleo central de la ciudad con el objetivo de visitar una antigua Casa Árabe del siglo X aparecida en los sótanos de un inmueble anejo a la catedral. Este espacio, desconocido por muchos visitantes nos permite conocer la fisionomía de una antigua vivienda árabe.
A continuación, tras explicar brevemente la portada occidental de la propia catedral, nos dirigimos a la Plaza Amador de los Ríos para conocer otra de esas sorpresas que poco a poco van aflorando del subsuelo toledano.
Nos referimos a las Termas Romanas y a varias de las conducciones de agua que las alimentaban, hoy en día puestas en valor en lo que es la sede del Consorcio de Toledo, entidad gestora de la mayoría de monumentos históricos artísticos de la ciudad.
Muy cerca de las Termas Romanas y como colofón a la jornada de mañana, accedimos a las también desconocidas para el gran público Cuevas de Hércules: una monumental cisterna romana que posteriormente albergó una iglesia visigoda, una mezquita islámica y por fin, una iglesia cristiana dedicada a San Ginés de la que apenas se conservan vestigios.
Desde allí, llegamos al restaurante Los Arcos para recuperar fuerzas y, para a continuación, comentar brevemente su anejo ábside mudéjar de la iglesia de San Justo y Santa Rufina, una más de la infinidad de parroquias medievales de Toledo que en otro lugar sería un monumento muy visitado pero que en esta ciudad de tantísima densidad monumental, pasa totalmente desapercibido.
Continuamos la jornada de tarde visitando la parroquia del Salvador, que pese a su emplazamiento en el corazón comercial de Toledo, es relativamente poco conocida pese a que su interior alberga varias sorpresas sobresalientes como una arquería de una antigua mezquita, una sorprendente pilastra visigótica ricamente esculpida y, en un patio tras la cabecera, los restos de una arquería aparecida de manera casual y que suele relacionarse con un jardín islámico asociado al propio edificio de culto.
Junto a la parroquia del Salvador y a través de una trampilla que de no conocerse nadie imaginaría la sorpresa que oculta, descendimos al llamado Pozo del Salvador, otra infraestructura de abastecimiento de aguas medieval, aparecida de la manera más casual cuando hace pocas décadas se acometían obras de adecuación del servicio de recogida de residuos en la ciudad.
Desde el Pozo del Salvador iniciamos un tendido descenso hacia el llamado barrio de Curtidores situado al sur de la ciudad y que, pese a su cercanía respecto al corazón monumental, es visitado por poquísimos turistas.
Pasamos en primer lugar por la antigua parroquia de San Bartolomé, deteniéndonos ante su majestuoso ábside mudéjar y, pocos metros más abajo y casi a la altura del río Tajo, accedimos a la antigua mezquita hoy iglesia de San Sebastián, una auténtica joya desconocida para el gran público por encontrarse normalmente cerrada pero que en su interior puede admirarse perfectamente su primitiva disposición de mezquita de naves paralelas posteriormente reaprovechada para culto cristiano.
Por último, muy cerca de San Sebastián y situados en un privilegiado balcón junto al río, nos acercamos ya atardeciendo a los Baños de Tenerías.
Desde los Baños de Tenerías y pasando por delante del Palacio de las Cortes de Castilla la Mancha, con su precioso mirador sobre el Tajo y el Puente de San Martín como telón de fondo, nos dirigimos de nuevo al entorno del monasterio de San Juan de los Reyes para recuperar fuerzas, hacer las compras pertinentes y poner rumbo todos hacia el autobús para regresar a Madrid dentro del horario previsto.
Muchas gracias a todos por acompañarnos y hasta una próxima ocasión.