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Crónica e imágenes del Viaje Guiado al Románico de la ciudad de Segovia, el 23/02/13

Tras el rotundo éxito de participación del viaje guiado de ARTEGUIAS al románico de la ciudad de Segovia del día 16 de febrero, este último sábado, día 23, volvimos a organizar una visita a la capital segoviana con el fin de satisfacer a los numerosos amigos interesados que se habían quedado sin plaza en primera instancia.

Imagen del grupo posando ante la puerta occidental de La Vera Cruz

Así pues, pese a que las previsiones climatológicas no eran las más optimistas, partimos puntual y suficientemente pertrechados de prendas de abrigo desde la madrileña plaza de Cristo Rey; aprovechando el trayecto de ida, como ya es tradicional, para introducir histórica y artísticamente los monumentos que visitaríamos durante la jornada.

El grupo descendiendo hasta el corazón de la ciudad de Segovia, con el acueducto al fondo

Tras la nevada caída durante la noche, Segovia nos recibió cubierta con un finísimo manto blanco que proporcionó a los amantes de la fotografía estampas de auténtica postal.

Admirando la estampa exterior de San Juan de los Caballeros

A los pies mismos del acueducto nos esperaba Mª Alcázar Rus, guía oficial de Segovia y profunda conocedora de cada rincón de la ciudad y que, como en la anterior edición, nos acompañaría durante toda la jornada aportándonos infinidad de detalles y facilitándonos de manera inestimable el acceso a cada monumento a visitar.

La cabecera de San Juan de los Caballeros es de lo más interesante del románico segoviano

La primera de las iglesias del programa fue la de San Juan de los Caballeros, sede del Museo Daniel Zuloaga, para cuya visita contamos con la compañía del Director del Museo de Segovia. Sobre el terreno pudimos conocer el que, según muchos especialistas, podría ser uno de los templos románicos más antiguos de la ciudad.

Junto a la iglesia de San Martín

Tras un breve receso para tomar un reconfortante café en el entorno del acueducto y de la plaza del Azoguejo, continuamos la visita por la iglesia de San Martín, en la que pudimos recrearnos en su fantástica galería porticada, así como tratar de comprender su peculiar estructura interior, de posibles reminiscencias prerrománicas.

Estuvimos un buen rato analizando la curiosa estructura interior de la iglesia de San Martín

La última de las visitas de la jornada mañanera fue la iglesia de los Santos Justo y Pastor, popularmente conocida tanto por los segovianos como "San Justo".

Esta iglesia, que más allá de su bellísima torre campanario, podría pasar desapercibida como una más de la veintena larga de parroquias románicas conservadas en la urbe segoviana, fue una de las que mayor sensación causó entre los asistentes, principalmente gracias a su sobresaliente ciclo de pinturas murales que atesora en su interior y cuya iconografía despertó gran interés.

Como siempre, las pinturas murales de San Justo fueron protagonistas de nuestro viaje a Segovia

Tras una agradable comida en el mesón San Pedro Abanto (instalado en una antigua iglesia románica mudéjar a las afueras de Segovia), el autobús nos condujo al barrio de San Marcos, desde donde, antes de acercarnos a la iglesia de la Vera Cruz, pudimos admirar desde un balcón privilegiado la majestuosa silueta del Alcázar.

Frente al alcázar, desde el Barrio de San Marcos

La citada iglesia de la Vera Cruz estaba llamada a ser uno de los puntos culminantes de la jornada, y es que, desde tiempo atrás, ha sido un templo cuya posible autoría ha suscitado un especial interés entre especialistas y aficionados.

Nuestros acompañantes dentro de La Vera Cruz

Ya en su interior, además de admirar su particularísima estructura interna de planta centralizada en torno a un edículo de doble altura, tuvimos la ocasión de debatir sobre si su origen podría atribuirse a la Orden del Temple o, más bien, a la del Santo Sepulcro.

La última de las iglesias visitadas fue la de San Millán, situada extramuros de la primitiva urbe medieval y que, pese a sus proporciones casi catedralicias y a conservarse prácticamente íntegra en su estructura original, suele pasar desapercibida para muchos visitantes.

En ella, además de comentar la riquísima iconografía de sus canecillos y capiteles exteriores de la galería porticada, tuvimos la oportunidad de comprender el enorme mérito constructivo de un templo de tales proporciones, desmontando así el falso mito que tiende a etiquetar el románico como un estilo tosco, oscuro y tendente a la horizontalidad.

En la iglesia de San Millán

Como guinda a una completísima jornada, tuvimos también el privilegio de visitar, gracias a las gestiones de nuestra guía Mª Alcazar, los restos de la soberbia techumbre mudéjar que cubría originalmente el templo, los cuales, se encuentran hoy en un pequeño cuarto normalmente inaccesible para el visitante ocasional.

Así pues, tras el café de rigor para entrar en calor, regresamos al autobús para emprender camino de vuelta a Madrid, dónde llegamos dentro del horario previsto y donde nos despedimos para la próxima ocasión.


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