Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Ruta de las Ermitas y Monasterios de ensueño en las Sierras de Navarra. 25 , 26 y 27 de octubre de 2019
Durante el fin de semana del viernes 25 al domingo 27 de octubre tuvo lugar la segunda edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Rutas de las Ermitas y los Monasterios de Ensueño por las Sierras de Navarra", una visita que ya realizamos durante la primavera pasada y que, ante el interés suscitado, repetimos en estas fechas otoñales.
Como estaba establecido, salimos desde la Plaza de Castilla para, tras la parada técnica obligatoria a la altura de Lerma y las explicaciones introductorias, llegar a comer a la localidad de Viana, punto de partida más que idóneo para acercarnos a la Sierra de Codés, protagonista de nuestra primera jornada de viaje.
La primera visita de la tarde tuvo como escenario la ermita de San Bartolomé de Aguilar de Codés, único resto de un posible hospital de peregrinos a pie de un ramal secundario de la Ruta Jacobea. En ella, tuvimos ocasión de comentar el primero de los muchos crismones que veríamos durante el fin de semana, así como de disfrutar del maravilloso paraje en el que se levanta.
A poca distancia de Aguilar, llegamos al antiguo monasterio de Azuelo, convertido hoy en parroquia de la localidad y que conserva buena parte de su estructura del románico pleno. Aprovechando además la maravillosa jornada en lo climático, no perdimos la ocasión de ascender a una pequeña elevación contigua para disfrutar de toda su fotogenia.
Tras una parada técnica en la población de Los Arcos, la última visita de la tarde fue a la iglesia de San Andrés de Learza, parroquia de una localidad deshabitada y convertida hoy en un señorío privado de carácter agropecuario. Desde allí, regresamos dirección Logroño a nuestro hotel para recuperar fuerzas de cara a la intensa jornada de sábado que nos aguardaba.
Con un tiempo más propio de primavera, salimos el sábado del hotel para adentrarnos durante toda la mañana en el Valle de Yerri, comenzando por el Monasterio de Santa María la Real de Iranzu, uno de los más bellos de la orden cisterciense en España y cuyas estancias fuimos recorriendo de la mano del canónigo teatino Manolo.
Desde allí nos dirigimos a la solitaria ermita de Santa Catalina de Azcona, parroquia de un viejo despoblado medieval que hoy se yergue solitaria en medio de campos de labor, haciéndola de lo más fotogénica.
En ella, lo que más llamó la atención entre los asistentes fue encontrar una escultura de tal calidad en una construcción tan modesta y remota, una riqueza escultórica que se explica porque en ella trabajaron los mismos maestros que en Estella o el Monasterio de Irache.
Igualmente, en la iglesia de Santa María de Eguiarte, otra población prácticamente deshabitada, pudimos disfrutar de un segundo conjunto escultórico de primera calidad en su portada, frente a la cual, además, pudimos degustar una cata de sales ecológicas de la mano de su guía Charo.
Desde Eguiarte, abandonamos el Valle de Yerri para adentrarnos durante la tarde en la Cuenca de Pamplona, donde tras comer en un restaurante de Zuasti, visitamos la iglesia de Añézcar, una construcción que ya avanza el gótico pero cuya portada hizo las delicias de la concurrencia por su variada y original iconografía.
A continuación, con la capital pamplonesa a la vista, nos acercamos a la iglesia sanjuanista de San Miguel de Cizur Menor, en la actualidad regentada por la Orden de Malta y funcionando como albergue de peregrinos durante buena parte del año, como tuvimos ocasión de conocer de boca de uno de los responsables de la orden.
Como broche de oro a una jornada de lo más interesante, visitamos la iglesia de Gazólaz, la más interesante de ese pequeño foco de iglesias porticadas en torno a Pamplona y, en la cual, pudimos comprobar sobre el terreno los diferentes cambios de planes que fueron produciéndose durante la construcción del mismo en los albores del siglo XIII.
Para finalizar, el domingo nos esperaba otro itinerario de lo más atractivo, empezando por el antiguo monasterio de Zamartze, a pies de la sierra de Arakil y donde contamos con las privilegiadas explicaciones de la Hermana Guadalupe, custodia del antiguo cenobio.
Tras una parada técnica visitamos la ermita de Santiago de Itxasperri, una construcción que entre su sencillez y el encanto de su entorno rodeado de verdes praderías, hizo las delicias de todos los asistentes.
Y para finalizar nos quedaba uno de los platos fuertes, que no era otro que la iglesia de San Vicente de Larumbe, a la cual ascendimos todos sin excepción para admirar la maravillosa galería porticada gótica auténticamente cuajada de motivos figurativos cuya interpretación sobre el terreno fue de lo más interesante.
Finalizada la ruta y tras la comida en un restaurante de Irurtzun, iniciamos nuestro viaje de regreso a Madrid subsanando incluso un pequeño contratiempo mecánico sufrido por nuestro autobús.
Muchas gracias a todos por vuestra compañía.