Crónica e imágenes del Viaje Guiado a La Bureba y Las Merindades de Burgos, 5 y 6/10/13
El hasta hoy último de los Viajes Guiados de ARTEGUIAS tuvo lugar los pasados días 5 y 6 de octubre, siendo el destino elegido las norteñas comarcas burgalesas de La Bureba y Las Merindades, ambas de gran densidad y riqueza en cuanto a románico se refiere.
La ruta comenzó en la madrileña Plaza de Castilla, desde donde puntualmente partimos en dirección norte por la A-1 hasta los alrededores de Aranda de Duero, lugar elegido para realizar la parada técnica.
Desde allí, en apenas una hora, llegamos a la primera de las visitas programadas del viaje, que no era otra que el antiguo monasterio hoy convertido en ermita de Nuestra Señora del Valle de Monasterio de Rodilla, en plena comarca burebana.
Este monumento, además de constituir un aperitivo de gran calidad, nos sirvió para introducir diversos aspectos que se repetirían varias veces a lo largo de todo el viaje, como es la riqueza de la escultura monumental del románico burgalés, así como la particularidad de las torres-campanario erigidas sobre el primer tramo de la nave.
Desde Monasterio de Rodilla nos dirigimos a la histórica villa de Oña, cuyo monasterio de San Salvador, en pleno casco urbano, fue uno de los centros de poder más relevantes de la Castilla medieval, como atestiguan los magníficos panteones reales y condales que alberga el cenobio y que tuvimos ocasión de visitar.
El recorrido por el monasterio se centró principalmente en su remozada iglesia, en la sacristía, en la que se exponen piezas textiles medievales de incalculable valor, en los restos románicos de su antigua sala capitular, y en el claustro, ya de cronología gótica.
Tras visitar la villa oniense, nos dirigimos a través de paisajes maravillosos a la monumental población de Frías, llamada a ser el plato fuerte de la jornada.
Pero por supuesto, antes de llegar a la población, no quisimos dejar pasar la oportunidad de detenernos a admirar y fotografiar su precioso puente sobre el río Ebro, sin duda, una de las obras de ingeniería civil más interesantes de la España medieval.
Por la tarde, después de una agradable comida en un céntrico mesón de la localidad, iniciamos un sugerente paseo por el casco urbano de Frías que nos transportó directamente a la Edad Media.
Comenzamos la visita por el castillo, en esencia defensivo pero reconvertido después en residencial, circunstancia que explica la existencia de interesantes capiteles en varias de sus ventanas.
A continuación, tras disfrutar con las fantásticas vistas panorámicas que se observan desde él, descendimos al caserío propiamente dicho, recorriendo sus intrincadas callejuelas y deteniéndonos en varios de sus miradores, en la iglesia parroquial y, por supuesto, en sus personalísimas casas colgadas.
Desde Frías, y como colofón a una intensa jornada, nos dirigimos a la cercana aldea de Tobera, dónde el conjunto que conforman la ermita de la Virgen de la Hoz, el humilladero y el pequeño puente sobre el río Molinar, hizo las delicias de los más aficionados a la fotografía, contando además con la inesperada visita de unas cabras que descendieron de los riscos adyacentes para darnos su particular bienvenida.
Desde Tobera, y a través de una sinuosa pero preciosa carretera bordeando el Ebro, llegamos a nuestro hotel en Miranda de Ebro para cenar y descansar de cara al día siguiente.
La segunda de las jornadas del viaje amaneció lluviosa, sin embargo, poco antes de iniciar nuestra ruta, las nubes desaparecieron quedando un agradable día de sol que nos acompañaría toda la jornada.
La primera parada dominical tuvo lugar en Soto de Bureba, población prácticamente abandonada que cuenta con una iglesia, bajo la advocación de San Andrés, cuya portada principal despertó enorme interés entre todos los asistentes.
Desde Soto de Bureba y tras una breve parada técnica en Oña, nos adentramos ya de lleno en la comarca de Las Merindades, concretamente en el Valle de Valdivielso, donde nos esperaba uno de los monumentos claves de la visita.
Nos referimos por supuesto a San Pedro de Tejada, antiguo monasterio del que tan solo se conserva su iglesia y que, en la actualidad, es propiedad privada.
En San Pedro de Tejada tuvimos la ocasión, además de visitar su interior, de explicar su variadísima iconografía desplegada en portada, canecillos, capiteles y ventanas, llegando prácticamente todos a la conclusión de que se trata de una de las obras cumbres no solo del románico burgalés, sino de toda España.
Desde San Pedro de Tejada nos separaban escasos kilómetros de la aldea de El Almiñé, donde visitamos una iglesia que, aunque reformada debido a su función parroquial, está clarísimamente influenciada en su construcción por el vecino monasterio.
También en pleno Valle de Valdivielso, comimos en un centro de turismo rural de la localidad de Quintana para, desde allí, emprender rumbo sur y adentrarnos en el Valle de Sedano para visitar su iglesia más señera, en Moradillo de Sedano.
En Moradillo de Sedano, donde nos esperaba su amabilísimo párroco Don Maximiano, el interés de todos los asistentes se centró en su portada principal, que si bien es cierto que su pórtico de ingreso impide una visión armónica del mismo, gracias a él ha llegado a nuestros días en tan magnífico estado de conservación.
Tras explicar la riquísima iconografía de la portada, accedimos al interior, donde a todos nos llamó la atención la singular forma en zigzag de uno de sus soportes torales.
Ya bien entrada la tarde, tras una primera parada técnica en la residencia de Sedano, y una segunda en Aranda de Duero, llegamos a Madrid dentro del horario previsto.