Crónica e imágenes del Viaje Guiado por el románico rural de la 'Soria Mágica', el 07/06/14
Solo siete días después de la última visita a la Soria Mágica del sábado 31 de mayo y dado el interés despertado entre nuestros amigos, el siguiente sábado 7 de junio repetimos la visita, sumando así la tercera edición de esta singular ruta en la que, más que nunca, lo histórico-artístico comparte protagonismo con unos paisajes dignos de admirar.
Así pues, salimos de la Plaza de Castilla en dirección norte atravesando las históricas comunidades de villa y tierra de Sepúlveda, Ayllón y Maderuelo hasta llegar a Castillejo de Robledo, primera parada temática de la ruta.
En Castillejo, tras un corto paseo rodeando el cerro en el que se asientan las ruinas de su castillo -para algunos de origen templario- llegamos a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada junto a uno de los lugares en el que la tradición sitúa el episodio cidiano de la Afrenta de Corpes.
En la iglesia tuvimos la oportunidad de comentar los canecillos de su fotogénico ábside, la portada y su interior, donde se conserva un curioso repertorio pictórico tardomedieval.
Desde Castillejo de Robledo tomamos dirección nordeste para, tras atravesar y contemplar desde el autobús las históricas fortalezas de Langa de Duero, San Esteban de Gormaz y El Burgo de Osma, llegar a la población de Ucero, otrora villa de gran importancia hoy reducida a un humilde caserío que, aún así, ha sabido conservar varios de sus monumentos medievales.
Desde el centro de la localidad y en un breve paseo ascendente llegamos a las ruinas de su castillo, situado en un paraje espectacular a la misma entrada del Cañón del Río Lobos.
Con las precauciones debidas, fuimos rodeando sus lienzos hasta desembocar en el patio principal, pudiendo asomarnos al interior de su torre del homenaje, donde sobreviven varias ménsulas esculpidas que también han sido tradicionalmente puestas en relación con el fenómeno templario.
Desde Ucero continuamos unos pocos kilómetros aguas arriba con el autobús hasta el restaurante, donde disfrutamos de una agradable comida casera.
Por la tarde, el autobús nos condujo hasta el último de los aparcamientos habilitados a la entrada del Cañón del Río Lobos, desde el cual, en un agradable paseo de aproximadamente un cuarto de hora, llegamos al pie de la conocida ermita de San Bartolomé, sin duda, punto de mayor interés de la jornada así como uno de los monumentos más fotografiados de la provincia de Soria.
Como no podía ser de otra forma, frente a la propia ermita, tuvimos la oportunidad de comentar largo y tendido todas las particularidades que hacen de ella un edificio de gran singularidad relacionada también con los caballeros templarios, aprovechando a continuación para recorrerla por sus cuatro costados para retratarla desde todos sus encuadres posibles.
Desde el Cañón del Río Lobos y a través de una pintoresca carretera secundaria que atraviesa una de las zonas más despobladas de la provincia, llegamos a Calatañazor, última etapa de la jornada.
En la histórica Calatañazor, hoy muy venida a menos pese al turismo que su pintoresco casco urbano atrae, comentamos en primer lugar la ermita de la Soledad, ascendiendo después a través de su calle principal hasta la parroquia de Santa María del Castillo.
A continuación, tras una parada frente al busto de Almanzor para rememorar su historia y su leyenda, ascendimos al los restos de su castillo, mirador inmejorable hacia el llamado Valle de la Sangre.
Por último, tras un rato de tiempo libre para recuperar fuerzas y hacer las oportunas compras, regresamos al autobús para poner rumbo a Madrid.