Crónica e imágenes del Viaje Guiado por los Monasterios Altomedievales de Valladolid, el 23/10/10
Este nuevo viaje de Arteguias a los Monasterios Altomedievales de Valladolid nos iba a deparar un magnífico día soleado, la agradable compañía de más de medio centenar de amigos y un panorama artístico medieval variado y hasta singular.
El camino hasta nuestro destino desde Madrid era bastante largo, aunque amenizado por las vistas desde la carretera de poblaciones tan emblemáticas como Arévalo, Medina del Campo o Tordesillas.
Tras una breve parada para tomar café y desayunar nos dirigimos San Cebrián de Mazote.
La austeridad y cierta aspereza exterior de este edificio se torna amable suntuosidad al interior, gracias a las formas redondeadas de la planta y las arquerías.
San Cebrián de Mazote es una de esas iglesias "especiales" en que se vive y siente la Edad Media de manera intensa. No en vano su estructura del siglo X tiene influencias paleocristianas, visigodas y califales. En ella pudimos admirar el conjunto arquitectónico, sus arcos de herradura de influencia cordobesa, la variedad y calidad de sus capiteles mozárabes, etc.
De regreso al autocar, el siguiente destino fue la villa amurallada de Urueña. La llamada "Villa del Libro" es un caso interesante de promoción cultural. Al conjunto monumental que atesora: iglesias de la Anunciada, La Asunción, castillo y murallas, se le ha añadido una colección inigualable de librerías especializadas y salas de exposición y museos.
Pronto avistamos la inconfundible y esbelta silueta de la Ermita de la Anunciada, perfilada por la luz del sol que brillaba con toda intensidad. Allí nos esperaba Carlos, el guía oficial de La localidad.
Este templo es un "rara avis" en tierras castellanas. Su arquitectura románica lombarda fue importada de Cataluña, probablemente como consecuencia del matrimonio de la hija de Pedro Ansúrez, señor de estas tierras, con Armengol V de Urgell.
Ya desde el exterior observamos la pureza de líneas y el juego ascendente de volúmenes que le presta una inusitada verticalidad. Comprobamos que esta sensación es mayor cuando entramos y nos ubicamos bajo la altísima cúpula del cimborrio. La arquitectura interior de La Anunciada, como corresponde a lo lombardo, es de una gran austeridad y armonía por la perfecta conjunción de líneas rectas y semicirculares. Los ventanales de la nave central y del cimborrio iluminan cálidamente todo el espacio.
Pero Urueña es mucho más que la Anunciada. Al llegar al aparcamiento habilitado en el exterior, recorrimos un buen tramo de la muralla, que tiene dos puertas, la de la Villa y la del Azogue. Desde la primera se vislumbra un amplio paisaje de los Montes Torozos vallisoletanos.
Muy
próximo a la plaza Mayor se encuentra el Museo de la Música-Colección
Luis Delgado, donde nos esperaba Carmen, su amable guía.
En él pudimos admirar la fabulosa colección de instrumentos
que atesora de todo el mundo. Preferimos que las explicaciones se
centraran en los instrumentos musicales de la Edad Media cristiana
y musulmana de España: organistrum, salterio, laúd,
fídula, zamfona, etc.
Estos instrumentos formaron parte esencial de la vida religiosa y el ocio de aquellos hombres y mujeres que poblaron nuestro Medievo y que fueron representados frecuentemente en multitud de canecillos y pórticos de nuestros edificios románicos y góticos.
Tras una suculenta comida en el Mesón Villa de Urueña y su animada sobremesa retomamos nuestra ruta por los Montes Torozos de Valladolid en dirección al Monasterio de la Santa Espina, ubicado en un territorio poco poblado y en el centro de un valle. La entrada al recinto es agradable y colorista. La blanca y monumental fachada de la iglesia, del siglo XVIII, contrasta con el verdor de sus cuidados jardines y arboledas.
Una vez dentro del monasterio nos centramos en la iglesia, de la quedan las tres naves del siglo XIII y en su sala capitular, de las más hermosas del Císter en España.
Pero éste no era el final de la ruta. Aún restaba uno de los "platos fuertes" del viaje. El soleado atardecer nos ofrecía la posibilidad de contemplar en toda su espectacularidad la fachada occidental de la iglesia de Santa María de Wamba, con la mejor portada del románico de Valladolid. Aprovechamos los últimos rayos para hacernos la "foto de familia" en los escalones de la puerta.
Luego hablamos de sus símbolos solares y de la fecha firmada en su tímpano, lo que nos permitió aclarar la diferencia entre la era hispánica y la datación en función del nacimiento de Cristo.
El interior de esta iglesia ofrece un aspecto cálido y al mismo tiempo lleno de misterio. Su cabecera prerrománica, de la misma época que San Cebrián de Mazote sorprende por su buena arquitectura: arcos de herradura y bóvedas de perfecta sillería. Engarzada a esta cabecera, el cuerpo de la iglesia se debe a una reconstrucción de finales del siglo XII por parte de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
Primero, nos centramos en el análisis de la curiosa iconografía de sus capiteles. Luego, Antonio, el guía nos mostró las dependencias monacales del costado norte, incluyendo sacristía, sala capitular y los restos del claustro. No podía falta en nuestra visita a Wamba, un vistazo al inquietante osario que alberga cientos de esqueletos de los siglos XIII al XVIII.
Este magnífico día de excursión cultural había sido completado con este inolvidable lugar de Wamba , que mereció cientos de fotografías de los participantes del viaje.
En definitiva otro agradable viaje para disfrutar, conocer y aprender de nuestra historia y cultura. Y otro agradable viaje en la mejor compañía.