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Guía del Monasterio de Bujedo de Candepajares

Introducción

El Monasterio de Santa María de Bujedo, conocido igualmente como Bujedo de Candepajares para distinguirlo del también burgalés de Bujedo de Juarros, se ubica a una decena de kilómetros al sur de la ciudad de Miranda de Ebro, no lejos del estratégico paso de Pancorbo a pies de los Montes Obarenes y prácticamente lindante con los límites provinciales riojanos.

Monasterio de Bujedo de Candepajares


El topónimo "Bujedo" parece derivar del latín y hacer referencia a la abundancia de bojes por el territorio, de ahí que en algunos casos pueda aparecer escrito como "Bugedo".

Monasterio de Bujedo de Candepajares: detalle del interior de la cabecera de la iglesia

Breve aproximación histórica

Los orígenes del monasterio de Bujedo de Candepajares tienden a situarse entre 1162 y 1172, sin que haya acuerdo entre los especialistas tanto en la fecha exacta, como en la figura de su más que probable fundadora, Doña Sancha Díaz de Frías.

Imagen primaveral del Monasterio de Bujedo de Candepajares

Libro: ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO ROMÁNICOLa opción más plausible identifica a Doña Sancha como sobrina política del Conde Ansúrez en virtud de su casamiento con Don Lope Díaz de Ansúrez, a su vez, primo de Doña Mayor Pérez, primogénita del Conde y fundadora del monasterio premostratense de Retuerta, en la provincia de Valladolid y primero de esta orden en suelo peninsular.

Sea como fuere, Doña Sancha en 1168 donó los actuales terrenos del monasterio en los que, según la tradición, contaba con una torre fuerte de su propiedad al abad del también premostratense cenobio de San Cristóbal de Ibeas, muy cercano a la capital burgalesa y del que apenas se conservan unos paredones desconchados.

Interior románico del Monasterio de Bujedo de Candepajares

Durante sus primeros años todo apunta a que funcionó como un monasterio dúplice hasta que la rama femenina acabó desgajándose, quedando desde entonces como un cenobio premostratense de cierta entidad e influencia en la zona burgalesa, riojana y alavesa gracias sobre todo al patrocinio real del monarca Alfonso VIII de Castilla.

Ventanal románico del exterior del ábside central

Tras una etapa de decadencia e incluso miseria de la cual dejaron constancia los propios monjes en los anales del monasterio, Bujedo de Candepajares gozaría de una segunda época de esplendor en la Edad Moderna tras ser distinguido por Felipe II como "Monasterio Real", acometiéndose entonces diversas obras de renovación y ampliación.

A finales del siglo XVIII quedó muy dañado tras la invasión francesa, recibiendo su golpe de gracia en 1835 con la Desamortización de Mendizábal tras la cual, muchos de sus bienes fueron subastados y pasaron a manos privadas.

Dependencias modernas del establecimiento de los Hermanos de La Salle

Tras correr serio peligro de destrucción total al ser planteado utilizar sus restos como cantera en la construcción de un viaducto del ferrocarril Burgos - Miranda de Ebro que discurre junto al cenobio, en 1891 pasó a propiedad de los Hermanos de La Salle, quienes desde entonces lo han gestionado y conservado realizándose en él diversas actividades.

El Monasterio

La iglesia

De su primitiva conformación altomedieval, la única estructura llegada a nuestros días es la iglesia, habiéndose perdido o reconstruido a lo largo de la Edad Moderna y por diversos avatares el resto de dependencias monacales primigenias.

La iglesia presenta una conformación de tres cortas naves de tan solo un tramo separadas por arcos ligeramente apuntados que descansan sobre pilares cruciformes con semicolumnas adosadas en cada frente y en los codillos.

Estructura de columnas del interior de la iglesia

Las tres naves desembocan en un espacioso transepto marcado muy ligeramente en planta y de manera mucho más apreciable en alzado; abriendo éste a su vez a una estructura de triple ábside en la que el hemiciclo central, precedido de un amplio tramo recto, presenta mayores dimensiones respecto a las absidiolas laterales.

El hecho de que las naves sean tan cortas en proporción a la palpable ambición constructiva de transepto y cabecera, ha motivado que algunos especialistas hayan planteado la posibilidad de que el proyecto original contemplase un cuerpo de naves mucho más desarrollado pero que, por algún motivo, su construcción quedó abortada. Hoy en día cierra el cuerpo de naves hacia los pies un coro alto de factura posterior elevado sobre un arco escarzano.

Del mismo modo se ha llegado a especular también con la posibilidad de que justo en el crucero se levantase un cimborrio cupulado o incluso torreado sobre pechinas al modo de otras construcciones románicas burgalesas de raigambre monacal como San Pedro de Tejada o Monasterio de Rodilla, aunque este extremo no ha podido ser confirmado.

Ábside principal

Al exterior, el elemento más llamativo es su ábside central, levantado en buena sillería y conformado por cinco paños delimitados por medias columnas y que abren en el centro de cada uno mediante elegantes ventanales de doble arquivolta de medio punto sobre columnillas coronadas por capiteles vegetales de marcado influjo cisterciense. Por el contrario, las absidiolas laterales se presentan desnudas de decoración y horadadas tan solo por una saetera abocinada en el eje.

Monumental aspecto del ábside central visto desde el este

Al interior, los tres ábsides comunican con el tramo crucero mediante arcos triunfales ligeramente apuntados y doblados en cuyos capiteles se repite la recurrente ornamentación de tipo cisterciense de hojas, palmetas y crochets; apareciendo tan solo algún atisbo de figuración en alguna de las cestas de las naves.

Capitel con cabeza humana

El tramo presbiterial cubre con bóveda de cañón ligeramente apuntada, mientras que los tres hemiciclos absidiales hacen lo propio mediante abovedamientos de horno. Los cinco ventanales del ábside principal quedan abrazados por sendas molduras a modo de frisos abocelados que se prolongan también por el tramo recto.

Aspecto interior de uno de los ábsides laterales

La portada principal abre a los pies del edificio eclesial, aunque en la actualidad, debido a las reformas y ampliaciones posteriores queda notablemente camuflada entre la torre y el claustro moderno. Se configura mediante sencillas arquivoltas apuntadas bajo un gran óculo.

Puerta de la iglesia

Monasterio de Bujedo de Candepajares: aspecto exterior de la iglesia y el campanario construido en dos fases

La torre campanario se eleva también a los pies de la iglesia, siendo según algunos estudiosos la estructura más antigua del cenobio al aprovechar la primitiva estructura de la supuesta torre fuerte que la donante Doña Sancha tenía en el solar. Este extremo no ha podido ser constatado documentalmente y en la actualidad, aparece notablemente modificada en sus dos cuerpos superiores por una intervención del siglo XVII.

Torre campoanario

El claustro original y todas sus dependencias anejas originales, como hemos señalado, desaparecieron debido a un incendio en los albores de la Edad Moderna, siendo reedificados en el siglo XVI por los arquitectos Matías y Bartolomé Castañeda en tres pisos y un estilo puramente clasicista.

Lamentablemente, buena parte de los bienes muebles del monasterio, entre los que destacaba el sepulcro de la fundadora y el retablo mayor, obra ambos de Diego de Marquina, también desaparecieron.

Jardines exteriores

(Autor del texto del artículo de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)


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