Iglesia románica de Aldealengua de Pedraza (Segovia)
Declarado
Monumento Histórico Artístico en 1983, lo más
notable del templo parroquial de la Asunción de Aldealengua
de Pedraza es el lugar de su construcción, en un precioso
bosque de fresnos en las estribaciones de la sierra de Guadarrama.
Es por esta razón por la que se la denomina "La catedral
de la sierra".
Este edificio, tras el deterioro de siglos, tuvo que ser cerrado al culto el 15 de diciembre de 1970, siendo declarado ruinoso. Se hubiera desplomado si no hubiera sido por una reciente y eficaz restauración.
Aunque en 1698 sufrió alteraciones -así
reza una inscripción de un sillar del ventanal del ábside
central- conserva aceptablemente su estructura románica.
El añadido más pernicioso, como es casi norma habitual,
es el porche cerrado que oculta su primitiva portada.
Como
en otras iglesias pedrazanas su material constructivo principal
es calicanto con esquinas de sillar, y su planta, casi cuadrada,
está formada por tres naves cubiertas por tejado único.
Los tres ábsides son semicirculares al interior, aunque externamente,
el meridional es cuadrado al reformarse para servir de apoyo a la
torre barroca.
El
porche, que probablemente sustituiría a la original galería
porticada románica, no permite ver desde el exterior la puerta
de ingreso al templo. Está abierta sobre el habitual cuerpo
resaltado y sigue el modelo sencillo de tres arquivoltas que apean
alternativamente sobre jambas y columnas. El guardapolvos es ajedrezado,
y las arquivoltas externa e interna son lisas, siendo la intermedia
de baquetón. Los dos capiteles despliegan escenas de lucha
y vegetales con volutas.
El interior es de mayor belleza que el aspecto exterior, algo destartalado. Presenta tres naves con tres tramos separados por arcos formeros doblados que descansan sobre pilares alargados con dos semicolumnas adosadas cuyos capiteles tienen grandes motivos vegetales.
Los
tres ábsides tienen parecida estructura, con arco de triunfo
doblado sobre columnas y arcos ciegos en los costados del presbiterio,
siendo dobles los de la capilla mayor. Estas columnas tienen similar
repertorio escultórico que la nave. El ábside de la
Epístola fue desplazado al elevar la torre barroca.
Exteriormente, la cabecera muestra un ventanal en el absidiolo septentrional
con motivos fitomórficos y tres en el ábside principal,
con guardapolvos con besantes y capiteles lisos.
El carácter tardío de este tipo de construcción se aprecia en los canecillos de nácela que aún se conservan.