Lamentablemente de la iglesia románica de Alpanseque tan solo queda el muro meridional con su correspondiente portada.

No obstante nuestras autoridades harían bien en restaurar la citada puerta pues se trata de un magnífico ejemplar, muy poco usual en estas latitudes por la presencia del crismón que luego describiremos.

Actualmente, esta puerta está cegada, semienterrada y tapada en parte por un muro. Consta de tres arquivoltas abocinadas de medio punto, las impares de baquetón y la intermedia de chaflán con decoración de flores y escenas de pastoreo y quizás de caza, puesto que aparecen hombres con lanzas y diferentes animales.

El ancho guardapolvos dispone diferentes ornatos de tallos ondulantes, flores en círculos, dientes de sierra, etc. Los apoyos lo constituyen tres parejas de columnas -una ha desaparecido- con capiteles figurados donde aparecen tallados una sirena, aves y personajes. Todo ello, lamentablemente, muy desgastado.

El elemento más interesante de esta portada de la iglesia de Alpanseque, por su escasez en tierras castellanas, es el tímpano que posee y que lleva esculpidas dos figuras humanas -quizás sacerdotes por el ropaje- que sujetan con sus manos un Crismón trinitario correctamente tallado.

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