Guía de la iglesia de San Andrés de Aguilar de Campos, Valladolid
Aguilar de Campos es una localidad y municipio del norte de la provincia de Valladolid (Comunidad de Castilla y León) correspondiente a la comarca agrícola de orografía llana de Tierra de Campos.
Su altura con respecto al nivel del mar es de 752 metros.
Su población actual ronda los 270 habitantes.
La villa de Aguilar de Campos tuvo un gran patrimonio medieval que constaba de cinco iglesias parroquiales, un convento, un castillo, plaza mayor con rollo jurisdiccional, etc. Todo ello fue motivado por la importancia que adquirió en la Baja Edad Media, entre los siglos XIII y XV.
De todo aquello se han conservado bien, entre otros inmuebles, las iglesias de Santa María y la de San Andrés, motivo de este artículo.
Iglesia de San Andrés de Aguilar de Campos
Acostumbrados a visitar la humilde arquitectura mudéjar vallisoletana y de otras provincias limítrofes donde el románico y el primer gótico aporta la mayor parte de los lexemas arquitectónicos y plásticos, resulta verdaderamente chocante la visión de la iglesia de San Andrés de Aguilar de Campos.
Inmediatamente, nos sorprenden sus monumentales volúmenes, superiores a los de las pequeñas iglesias parroquiales de los pueblos de Tierra de Campos, la Moraña, Tierra de Alba, Tierra de Pinares, etc. y también sus puertas de aspecto muy andalusí.
Y es que esta singularísima iglesia estuvo vinculada a una poderosa familia nobiliaria, los Enríquez, Almirantes de Castilla. En efecto, el rey castellano Juan I hizo donación de la villa de Aguilar a Alfonso Enríquez (no confundir con el primer rey de Portugal) en el año de 1389.
Diversos autores han estudiado la iglesia de San Andrés y coinciden en fechar su construcción en el primer tercio del siglo XV, como queda constatado por los escudos grabados en algunos de los canecillos de la iglesia.
Aunque en el inicio de la edificación estuviera involucrado el propio Alfonso Enríquez, es probable que fuera finalizada por su viuda Juana de Mendoza y el heredero del título: Fadrique I.
Muy probablemente esta iglesia fuese construida o -al menos- intervinieran en ella alarifes musulmanes procedentes del Reino de Granada. El testamento de doña Juana de Mendoza, esposa del Alfonso Enríquez, cita como posesiones a heredar por su hijo:
"Dos cativos moros albanis que llaman Rodrigo Mozote e Alí e su hijo de Rodrigo Mozote, e dos carpinteros que llaman Alí e Guzmán (o Gusmín), e Alfonso en negro, e su mujer Catalina, e otro moro mozo sobrino de Guzmán"
Ello justificaría las formas tan andalusíes de sus puertas.
El templo de San Andrés de Aguilar de Campos fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional en 1979.
Arquitectura
En medio de las inmensas llanuras de Tierra de Campos que rodean la villa hay una suave colina donde existió una fortificación. Junto a este lugar se yergue nuestra iglesia que se encuentra rodeada por un desolado paraje seco y polvoriento salvo por su fachada principal ya que una ancha calle peatonal la comunica con la "Calle Derecha" y su rollo jurisdiccional.
Exterior
San Andrés de Aguilar de Campos es un templo gótico y mudéjar de tres naves que se engarzan a un transepto y a una cabecera con un gran ábside hemidecagonal. Al costado meridional se adosó una sacristía moderna de comienzos del siglo XVII
El material constructivo es una combinación de áreas de ladrillos con aparejo toledano formado por cajas de calicanto encintadas por hiladas de ladrillo.
Tenemos dibujos y escritos del siglo XIX que informaban de la existencia de una galería porticada muy grande que rodeaba los costados sur, oeste y norte. De este pórtico monumental no ha llegado nada hasta nuestros días, salvo algunas columnas de fustes de sección octogonal adosadas a los muros eclesiales. Estas columnas tienen capiteles con relieves de un ancla, escudo de armas de la familia Enríquez y símbolo del Almirantazgo de Castilla.
La cabecera es sustancialmente diferente al cuerpo de naves por su material constructivo, menor altura y disparidad en la iconografía de los canecillos. Pudo ser reconstruida después de las naves a finales del siglo XV. Conserva sus hechuras claramente góticas mediante un gran ábside poligonal con grandes contrafuertes con escarpes en los vértices. Dos de los paños tienen sendos ventanales góticos de arquivoltas apuntadas de piedra que cobijan una pareja de arcos menores trilobulados más un pequeño vano romboidal.
En los muros laterales del cuerpo de naves y en uno de los muros del brazo norte del transepto encontramos puertas cegadas, dos de ellas con arcos túmidos que deberían descegarse pues aumentaría la belleza y el valor del edificio.
La fachada occidental está presidida por una enorme portada de cuatro arcos túmidos de ladrillo sobre impostas de piedra. No son las formas habituales del mudéjar castellanoleonés, donde las puertas son pequeñas y con formas que imitan al románico.
La arquivolta exterior lleva relieves de ladrillos imitando dovelas en resalte. También el segmento superior del alfiz que la rodea tiene un juego de relieves semejante.
Encima se levanta una gran espadaña de sillares pétreos y tres huecos para las campanas.
Como indicamos hay dos puertas semejantes en los muros norte y sur. Son más pequeñas que la principal pero disponen igualmente de arcos túmidos con alfiz y relieves de ladrillo imitando dovelas resaltadas. En las enjutas se ven dos huecos donde irían encastrados los escudos de la familia Enríquez. Es una pena que se encuentren cegadas en la actualidad.
Uno de los aspectos más interesantes de la iglesia de San Andrés de Aguilar de Campos es la larga serie de canecillos que soportan los aleros de las naves y de la cabecera. A pesar de las fechas bajomedievales en que se esculpieron son de tradición románica.
Su iconografía incide en temas habituales del románico: ángeles, cabezas humanas gesticulando, cabezas de perros, leones, osos, green men, etc. Como aspecto que se sale del repertorio románico arcaizante hay que citar numerosos escudos heráldicos.
Interior
al penetrar en esta iglesia observamos sus tres naves separadas por arcos formeros apuntados y doblados sobre pilares se sección cruciforme con falso alfiz. Encima hay un segundo nivel de falsa tribuna con dos arcos apuntados y doblados por tramo.
La nave central está cubierta por techumbre de par y nudillo, con decoración vegetal y heráldica.
El transepto, incluyendo su crucero se cubre con bóvedas de crucería de plementos hechos con ladrillos. También el hemipolígono del ábside se cubre con las citadas crucerías por lo que esta parte del templo no se puede considerar mudéjar sino gótica, ya que el ladrillo -por sí sólo- no confiere "carácter mudéjar" a una construcción.