Guía de la iglesia de Pino de Bureba, Burgos
Pino de Bureba es una pequeña localidad burebana, perteneciente al alfoz de Poza y a orillas del río Oca. Se sabe que este lugar perteneció al importante Monasterio de Oña.
Su templo parroquial dedicado a San Martín, de pequeñas dimensiones, se encuentra en a las afueras del pueblo rodeado por el verdor del bosque cercano, lo que aumenta su belleza. También le aporta pintoresquismo el desnivel del terreno del costado sur que ha de ser contrarrestado por una gran escalera con peldaños de piedra.
Originalmente, tenía la habitual estructura de una nave unida a una cabecera monoabsidal. En siglos modernos, sin embargo, se tiraron los muros del presbiterio para construir dos capillas, lo que transformo su planta en forma de cruz latina. También en fecha postmedieval se creó otra estancia adosada al muro sur del ábside que le resta cierta perspectiva.
Sobre el muro del imafronte se yergue una bonita y bien conservada espadaña románica de cuerpos escalonados y separado por impostas. El número de troneras para las campanas es de tres.
Exterior
Cabecera
La iglesia de San Martín de Pino de Bureba se sale de la norma de otras iglesias que hemos estado viendo en la comarca burebana. Su ábside es muy original y no encaja con las formas vistas con anterioridad. Exteriormente, tiene planta poligonal, concretamente hemidecagonal.
Sin embargo, al interior sí adquiere la planta semicircular habitual. De hecho esto es muy poco corriente en Burgos, siendo el románico navarro el que más casos tiene porque algunas de sus iglesias se inspiraron en la cabecera de la catedral románica -sustituida posteriormente por la gótica- de Pamplona.
La articulación exterior cuenta con la particularidad de estar dividida en dos niveles horizontales. El primero tiene una especie de arquillos que muy lejanamente recuerdan a los de las iglesias lombardas pero en lugar de rematar en lesenas o pilastras lo hace en columnas entregas. El nivel superior es liso menos en el paño central animado por un primoroso ventanal. Tiene arquivoltas baquetonadas con decoración de semibezantes y guardapolvos de puntas de diamante. Las citadas columnas quedan encapiteladas por cestas vegetales.
También tenemos la corona de canecillos, un tanto maltrechos y de formas poco refinadas. Predominan los rollos tanto horizontales -lo habitual- como verticales -lo peculiar- además de cabezas humanas y de animales.
Puerta
San Martín de Pino de Bureba cuenta también con una pequeña pero bonita puerta románica en el costado meridional.
Originalmente contaba con cuatro arquivoltas pero la interior fue parcialmente eliminada, en un momento posterior, para agrandar la luz del vano. Estas arquivoltas son baquetonadas y al igual que el ventanal absidal están decoradas con semibezantes de poco espesor.
Tiene tres parejas de columnas cuyas basas y parte de los fustes parece que fueron eliminados cuando se hizo un pequeño tramo de escaleras de cuatro peldaños.
Todas estas columnas muestran cestas de carácter vegetal, siendo todas ellas de motivos diferentes.
Esta puerta parece ser bastante menos antigua que la cabecera pues el trabajo escultórico es bastante más delicado. Sin embargo, llama la atención que encontramos en las arquivoltas los mismos semibezantes de poco relieve que en la hermosa ventana del ábside. Quizás dicho ventanal se construyese posteriormente a los muros de la cabecera.
Cornisa del muro meridional
Aunque a gran altura hay que fijarse en los canecillos que sujetan el alero de la cornisa en el muro meridional de la iglesia. Son de un taller completamente distinto de los del ábside. De hecho, las cabezas humans y demoniacas que muestran, más bien parecen relieves góticos.
Interior
Una vez accedamos al interior, la estructura corresponde a lo esperado de este tipo de templos, aunque la nave está abovedada con medio cañón y arcos fajones que caen sobre responsiones con semicolumnas cuyos capiteles son nuevamente fitomorfos. Los tramos de dicha nave no son iguales.
Por su parte, la bóveda del presbiterio es de
medio cañón y la del ábside de cuarto de esfera.
Sobre la datación de esta iglesia se han propuesto diversas fechas,
incluyendo la de la primera mitad del siglo XII. Aunque pudo tener alguna
intervención medieval después de la construcción,
los semibezantes que encontramos en el ábside y en la puerta nos
confirman que la estructura general del edificio obedece, por lo menos
en lo básico, a una sola campaña bastante tardía,
si bien, los muros del ábside paracen ser algo más antiguos
a tenor del modo de esculpir sus canecillos.
La presencia de puntas de diamante del ventanal absidal retrasan su construcción a muy finales del siglo XII o, más probablemente, a comienzos del siglo XIII.