Guía de la iglesia de San Pedro, Ciudad Real
San Pedro no sólo es una de las más importantes iglesias medievales de la capital y de la provincia de Ciudad Real sino de toda la Comunidad de Castilla la Mancha. Está declarada monumento histórico artístico desde 1974 y Bien de Interés Cultural desde 1994.
Indudablemente, en la población medieval de Ciudad Real, esta parroquia de San Pedro formaba junto a las iglesias de Santiago y Santa María (tiempo después convertida en catedral) el triángulo religioso y urbano de la villa pues encabezaban los tres barrios correspondientes.
La iglesia de San Pedro de Ciudad Real se ubica en la zona céntrica del casco urbano de la ciudad, en la homónima Plaza de San Pedro.
Estamos ante un templo gótico iniciado en la segunda mitad del siglo XIV con la original advocación de San Pedro y San Pablo, cuyas obras finalizarían un siglo después, en el XV. Como casi todo edificio con siglos de historia a sus espaldas, no se libró de reformas posteriores a su construcción. Además, sufrió daños durante el Terremoto de Lisboa de 1755.
Durante la Guerra Civil Española, gran parte de las imágenes, el coro y otros elementos de arte mueble fueron eliminados, convirtiendo el templo en un garaje de tanques. De 1948 hasta 1989, la iglesia parroquial de San Pedro fue regentada por los Padres Claretianos.
La iglesia gozó de una campaña de restauración durante los años 2010 y 2011 promovida por el Obispado y la Junta de Castilla-La Mancha.
Arquitectura
San Pedro es un claro ejemplo del gótico castizo español que no pretende alcanzar ni la altura ni la desmaterialización de los muros propios de la arquitectura gótica clásica del norte de Francia.
El material constructivo mayoritario es calicanto, menos las zonas más nobles, donde se ubican las puertas y los ventanales que son de sillería.
Orientada canónicamente con el altar en el extremo oriental, tiene una planta basilical no demasiado larga, con tres naves de cuatro tramos sin transepto. La nave central es más ancha que las colaterales. La cabecera está constituida por un ábside poligonal (hemitetradecagonal) alineado con la nave principal.
La separación de las citadas naves se materializa mediante arcos formeros que se apoyan sobre pilares fasciculados con multitud de semicolumnas de distinto tamaño. La nave central es algo más alta que las laterales, lo que permitió la apertura de pequeños óculos con tracerías. Todas las bóvedas menos el tramo más próximo a la cabecera de la nave central -que es de terceletes- son de crucería sencilla. Los plementos de estas bóvedas son sillares de piedra menos los de los tramos de los pies que son de ladrillos.
El citado ábside se cubre con bóveda de crucería y tiene cinco ventanales ajimezados de doble arco trilobulado con óculo superior tetralobulado.
Hay que fijarse bien en los capiteles de las columnas que rodean los pilares de separación de las naves. Tallados en blanda piedra caliza se encuentran bastante deteriorados pero aún así podemos observar motivos arcaizantes extraídos del mundo románico, especialmente de su bestiario.
Además de algunas representaciones antropomorfas, los verdaderos protagonistas son animales del bestiario como leones, dragones y hasta sirenas-pez. También hallamos algunos "green men".
San Pedro tiene una torre campanario "incrustada" más que adosada a la esquina suroeste del templo. Y es que su estructura, además de que no está alineada con los muros, ocupa parte de los dos tramos de los pies de la nave meridional. Tiene planta cuadrada y es bastante austera. El cuerpo de campanas tiene dos huecos por cada cara. El remate final es un chapitel de pizarra del siglo XVIII.
Además de las tres naves citadas, la iglesia de San Pedro de Ciudad Real sumó a su estructura un total de tres capillas de construcción posterior, dos de ellas a los lados del ábside (Capillas de San Juan Bautista y de Los Veras) y la tercera (Capilla funeraria de Don Fernando Alonso de Coca) en el muro meridional.
Es esta capilla uno de los espacios más importantes de la iglesia de San Pedro de Ciudad Real por contener el sepulcro de este importante eclesiástico que fue chantre de la catedral de Coria, capellán de los Reyes Católicos, confesor de la Reina Isabel I de Castilla y canónigo en Sigüenza, donde participó en todo lo relativo a las obras de construcción de su catedral.
También existe en esta capilla un retablo gótico de alabastro con la imagen central de la Virgen de Loreto (esculpida tras la Guerra Civil en que se destruyó la original). En él se representa un Calvario y varios pasajes del Ciclo de la Natividad.
Tras el terremoto de Lisboa se hizo necesaria la adición de tres grandes torres semicilíndricas con función de contrafuertes en el costado septentrional para evitar el desplome lateral de muros y bóvedas de la nave del Evangelio. Como resultado, el aspecto por este costado es más propio de un castillo que de un templo.
Puertas
La iglesia de San Pedro de Ciudad Real tiene tres ingresos en los muros sur, oeste y norte. Aunque son distintas entre sí, se han datado en fechas próximas dentro del siglo XV.
Puerta norte o de la Umbría
Tiene arquivoltas apuntadas de finos baquetones. La interior tiene intradós angrelado, mientras que la chambrana exterior muestra cardinas propias del gótico flamígero. Encima, aunque ligeramente descentrado respecto a las claves de la portada, hay un pequeño rosetón con tracerías formando una estrella de ocho puntas con óculo central octalobulado.
Puerta sur o del Sol
Es la menor en tamaño de las tres y, a pesar de estar formada por arquivoltas muy apuntadas -más que las otras dos-, probablemente sea la de mayor antigüedad pues muestra ciertos rasgos arcaizantes románicos como el mayor diámetro de las columnas que sirven de apoyo a los arcos. Encima hay un bonito ventanal de factura similar a los vistos en el ábside.
Puerta oeste o del Perdón
es la más grande y protagoniza el imafronte o fachada principal occidental. A los lados queda flanqueada por dos columnillas y también por dos potentes contrafuertes.
Las arquivoltas son tan ligeramente apuntadas que como efecto óptico dan como resultado una apariencia de medio punto. Están decoradas con rosetas. La chambrana tiente -como la puerta norte- elementos que recuerdan las cardinas flamígeras. Los apoyos son columnillas muy finas que terminan no en capiteles individualizados (como en el románico) sino en un friso corrido que va de lado a lado (propio del gótico).
En las enjutas quedan dos repisas o ménsulas
que posiblemente cumplieron la función de sostener dos imágenes
de santos (¿San Pedro y San Pablo?) hoy ya desaparecidas.
Encima de esta portada hay un rosetón con tracerías
que se asemejan a una rueda solar, donde se conjuga lo gótico
flamígero con lo mudéjar.