Guía de la iglesia de San Pedro, Vitoria
Vitoria es una ciudad con gran atractivo para el amante de la arquitectura y la escultura medieval, especialmente del gótico.
Su crecimiento urbano es consecuencia de las muchas atenciones e impulsos realizados por importantes monarcas del Reino de Castilla del siglo XII como Sancho III y Alfonso VIII. También sucedió lo mismo con los monarcas de la Corona de Castilla durante los siglos XIII y XIV como Alfonso X el Sabio y Alfonso XI.
Vitoria fue en la Baja Edad Media una sociedad urbana, gremial, comercial y, por lo tanto, con un importante estamento de la burguesía.
Contó con cinco templos parroquiales más dos conventos. Los primeros fueron los de Santa María, San Ildefonso, San Pedro, San Miguel y San Vicente. Además, en puntos cardinales opuestos, al norte y el sur, estaban fundados los conventos de Santo Domingo y San Francisco respectivamente.
La consecuencia es que han quedado en Vitoria importantes templos góticos de finales del siglo XIII y el XIV: Santa María, San Pedro y San Miguel. Estas iglesias están muy influidas por el gótico clásico y radiante francés, sobre todo en el ámbito de la escultura.
Iglesia de San Pedro de Vitoria
La iglesia de San Pedro de Vitoria -declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional en 1931- se ubica al suroeste del casco antiguo (la villa medieval), estando originalmente adosada a la muralla por su fachada occidental.
Como veremos, este templo parroquial dedicado al vicario de Cristo y construido en el siglo XIV ofrece aspectos interesantes en los campos de la arquitectura y la escultura. De la primera destaca su elegante cabecera, además de la articulación de las naves y la presencia de arcos codales interiores. De la segunda, despunta sobremanera su soberbio "Pórtico Viejo" dedicado al ciclo de la Natividad y a la Hagiografía de San Pedro.
Arquitectura
La planta de la iglesia de San Pedro de Vitoria es la de un templo de tres naves -la central es más alta que las colaterales- bastante cortas (sólo tres tramos cada una), transepto y cabecera constituida por un ábside principal hemitetradecagonal y otros tres hemidecagonales.
La iglesia está cubierta completamente por bóvedas de crucería cuatripartitas menos el tramo de los pies de la nave central, sobre el coro, que es de bóveda estrellada con arcos terceletes. Los arcos formeros apuntados caen sobre pilares fasciculados, cuyas columnillas adosadas llevan capiteles corridos de temática vegetal.
Interesante es la presencia en el interior de la iglesia de San Pedro de varios arcos codales o "arcos del miedo" que se construyeron tiempo después de la primitiva erección y que sirvieron para contrarrestar los empujes hacia el interior ejercido por los arcos y las bóvedas de crucería. Estos arcos son los responsables del aspecto interior del templo que a simple vista parece estar mucho más compartido de lo que es en realidad.
Al costado meridional se adosaron tres estancia laterales: la sacristía, la capilla de los Martínez de Salvatierra y la del Baptisterio. Por su parte, al costado también se añadieron capillas, entre las que se encuentra la de San Antonio de Padua.
Al interior, los ábsides se presentan acentuadamente esbeltos, a lo que se suman los muy rasgados ventanales de iluminación que son bíforos y tiene remates encima con vanos tri y pentalobulados. En el ábside principal existe otra serie de ventanales superpuestos a los anteriores: siguen siendo bíforos con arcos trilobulados y encima hay tres óculos tetralobulados.
En el siglo XVII se añadió una alta y potente torre companario en la esquina sureste, sobre el espacio de acceso del Pórtico Viejo.
Ya en época contemporánea se añadió el pórtico meridional en estilo neogótico, bastante contenido y que, por suerte, no desentona demasiado con el resto.
Escultura
Pórtico Viejo
Desde el punto de vista escultórico, de San Pedro de Vitoria sobresale el llamado Pórtico Viejo, original entrada al interior del edificio y que sorprendentemente se abre hacia el este, a la altura del ábside meridional. Es una joya gótica del siglo XIV de gran calidad y finura.
Flanqueando la entrada se encuentran los cuatro apóstoles más importantes: San Pedro, San Pablo, Santiago y San Juan Evangelista. Todos llevan bajo los pies sendos relieves con la escena de su martirio.
En el centro de la puerta, adosada al parteluz, se encuentra la Virgen de pie, con el Niño, de gran belleza y elegancia. Se encuentra pisando a la serpiente y debajo: green men.
El conjunto de dintel más tímpano se estructura es cuatro registros. En el primero aparecen los relieves que aluden al Ciclo de la Natividad, mientras que los tres registros superiores se ocupan de una interesante hagiografía de San Pedro extraídos mayoritariamente de los Evangelios y de los Hechos de los Apóstoles.
En el primer nivel dedicado al vicario de Cristo se suceden dos escenas. De izquierda a derecha:
Encima, el programa iconográfico se complica y muestra cinco pasajes bíblicos:
Por último, en el registro superior se relata:
Hay que matizar aquí que el prendimiento por
orden de Nerón y el modo de ser crucificado no es un relato
bíblico sino consecuencia de una piadosa tradición.
Puerta norte
En el costado septentrional, pasando casi desapercibida para la mayoría de los visitantes, se encuentra una antigua puerta, mucho más modesta que el Pórtico Viejo, y que se encuentra en la actualidad cegada.
Tiene arquivoltas apuntadas y guardapolvos decorado con flores. Los apoyos son muros abocinados con dos arcos murales en cada lado. Estos arcos apuntados y de intradós trilobulados muestran en sus enjutas relieves alusivos a pasajes del Génesis: Creación, Pecado Original, Expulsión del Paraíso y la barca de Noé.