Guía de la iglesia Sant Jaume de Frontanyà, Barcelona
Sant Jaume de Frontanyà es un municipio perteneciente a la comarca del Berguedá, al norte de la provincia de Barcelona a poca distancia de los Pirineos (se ubica a la respetable altitud de 1.075 metros sobre el nivel del mar).
El núcleo de población es una pequeña aldea que sólo cuenta con una treintena de habitantes.
Esta localidad se ha hecho famosa entre los amantes del arte medieval por la iglesia románica lombarda que atesora. En origen, la iglesia de Sant Jaume de Frontanyà fue el templo de una comunidad de canónigos regulares de San Agustín.
Si bien la iglesia actual es la segunda que se construyó porque el origen de la canónica lo encontramos en la iglesia de Sant Jaume el Vell, ubicada cerca de la villa de Frontanyà, en lo alto de una montaña y que debería encontrarse en mal estado de conservación.
En el año 1066 ya se tienen noticias de la nueva ubicación. Algunos autores datan el templo románico lombardo actual a finales del siglo XI pero es más probable que sea algo posterior, de entrada la duodécima centuria.
Este monasterio agustiniano debió tener cierta pujanza durante los primeros siglos de vida gracia a las donaciones que hacían la nobleza local.
A finales del siglo XIV, cuando muere el prior Arnald Fresc en 1395, la comunidad de canónigos de Sant Jaume de Frontanyà va a comenzar una etapa de declive y abandono como consecuencia de la sustitución de los priores vocacionales por priores comendatarios originarios de la nobleza cuyo objetivo no era otro que apropiarse de sus rentas. En 1592, cuando en Cataluña fueron extinguidos los monasterios canónicos agustinianos, fue secularizado pasando a depender del obispado de Solsona.
El templo románico de Sant Jaume de Frontanyà
será declarado monumento nacional en 1931.
En la actualidad, de aquel monasterio agustiniano sólo nos
ha llegado la iglesia, habiendo desaparecido las dependencias canónicas.
Arquitectura
La iglesia de Sant Jaume de Frontanyà es un edificio muy ejemplar del románico lombardo maduro, de gran espectacularidad gracias a sus grandes dimensiones y a la armonía de sus formas. Ha ayudado a esta valoración el excepcional estado de conservación con que ha llegado al siglo XXI.
Los muros se construyeron con sillarejos de una gran regularidad. Tiene planta de cruz latina, de una sola nave, con transepto alto y acusado en planta, además de una cabecera triabsidal.
Exterior
La cabecera tiene tres ábsides de planta semicircular, siendo más alto y profundo el central. Este ábside es el más decorado mediante arquillos y lesenas lombardas. En el centro del hemiciclo hay un vano de aristas vivas y derrame. Los ábsides laterales también llevan los arquillos lombardos y sus respectivos ventanales.
Por encima de la cabecera se aprecia la gran altura del transepto y el cimborrio con las cuatro estructuras cúbicas de las esquinas que se corresponden a las trompas interiores. La principal curiosidad del cimborrio de Sant Jaume de Frontanyà es que las caras diagonales de lo que debería ser un octógono forman dos planos ligeramente desalineados con lo que, estrictamente, su planta se convierte en un polígono irregular de doce lados. El extremo superior se anima mediante pequeñas hornacinas.
En la iglesia de Sant Jaume de Frontanyà interesa mucho el exterior la fachada por haberse conservado muy bien. Tiene arquillos y lesenas en dos registros superpuestos.
La puerta de ingreso tiene doble arco de medio punto dovelado.
Más arriba hay un óculo circular sin tracerías un pequeño vano que aparenta ser de iluminación aunque se encuentra cegado con forma de cruz latina y remata la estructura un campanario de tipo espadaña que data del siglo XVI
Al carecer de decoración escultórica, algo preceptivo en el románico lombardo, la iglesia de Sant Jaume de Frontanyà sobresale por la altura del conjunto, el equilibrado ritmo ascensional del templo gracias a su superposición de volúmenes, rematado en el alto cimborrio que carga sobre el transepto.
Sant Jaume de Frontanyà es, por tanto, un edificio maduro de época avanzada, donde la arquitectura lombarda se interpreta con seguridad y monumentalidad.
Interior
Tanto la nave central como el transepto se cubren con bóvedas de medio cañón, mientras que los ábsides lo hacen con cuarto de esfera.
En el ábside central hay cinco hornacinas semicirculares separadas por semicolumnas y resaltadas por un arquillo.
En el crucero se levanta la linterna o cimborrio ya citado. El paso del espacio cuadrado al circular de la cúpula semiesférica se realiza mediante trompas que dejan un espacio intermedio octogonal.
En el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona, se expone una tabla pintada al temple en el siglo XII con pasajes de la vida de Santiago (Sant Jaume) procedente de Frontanyà.