Guía de la iglesia de la Santísima Trinidad de la ciudad de Segovia
La iglesia de la Santísima Trinidad de Segovia es, después de la restauración de la década de los cuarenta del siglo XX, uno de los ejemplos mejor conservados y más bellos de la arquitectura románica esta ciudad castellana.
Se ubica en el barrio homónimo de la Trinidad, al norte del área intramuros de la ciudad de Segovia.
Más concretamente, el templo de la Trinidad se localiza a unos 200 metros al nordeste de la Plaza Mayor y no demasiado lejos de otras iglesias románicas segovianas ilustres como las de San Sebastián, San Juan de los Caballeros o San Esteban.
Es un notabilísimo ejemplar de finales del siglo XII o comienzos del XIII que sucedió a otro templo anterior de los últimos años del siglo XI y cuyos restos arqueológicos quedaron descubiertos en el año 1984 cuando se tiró una capilla moderna.
Uno de los méritos de la iglesia de la Trinidad de Segovia es que, en líneas generales, ha sabido conservar bastante bien su fisonomía románica.
Tiene una única nave, con transepto no acusado en planta y sí en alzado, cabecera clásica rematada en ábside de planta semicircular, torre campanario de dos cuerpos elevada sobre el crucero y galería porticada. Toda su fábrica es de perfecta sillería.
Exterior
Cabecera
La cabecera, de presbiterio recto y ábside semicircular, es uno de los más notables ejemplos segovianos, pero hay que lamentar que su contemplación se hace difícil como consecuencia de la cercanía de otros edificios anejos y que el acceso al callejón donde se ubica está impedido por dos verjas metálicas.
El ábside es especialmente bello, poderoso y monumental. Externamente está dividido en tres calles por dos semicolumnas. En cada paño hay una elegante ventana de tipo portada con arquivoltas y chambrana ajedrezada sobre parejas de columnas. Tres impostas de rosetas ordenan horizontalmente el hemiciclo a la altura de los alféizares de las ventanas, los cimacios de las columnas de los vanos y por encima de los guardapolvos.
A diferencia del resto de las cornisas que son de simple nacela, los canecillos que sostienen el alero del ábside son figurados y representan motivos animalísticos, personajes, etc.
Galería porticada
De nuevo una galería meridional imprime un fuerte sello segoviano a la construcción y, como es norma habitual, es posterior al resto del templo. Se trata, probablemente de la más sobria y apagada de las segovianas.
Consta de cuatro arcos a un lado del ingreso y uno al otro. Todos son de arista viva y fino guardapolvos de moldura sencilla. El ingreso citado es la parte más trabajada del pórtico, sobre cuerpo resaltado tiene tres arquivoltas lisas y aboceladas sobre jambas.
A la galería se entra también por otra puerta en su costado occidental formada por un sencillo y gran arco de medio punto, sólo decorado con una austera chambrana.
Todos los arcos cabalgan sobre parejas de columnas geminadas de capiteles vegetales de extrema sencillez. El último hacia el este, sin embargo, es un mascarón colocado en el siglo XVI.
Puerta meridional
Bajo la galería porticada de la iglesia de la Santísima Trinidad se abre una puerta de cinco arquivoltas, las pares de bocel que apean sobre columnas con capiteles y guardapolvos ajedrezado. En la clave del arco inferior había un crismón tallado pero actualmente perdido. En su lugar se pintó otro en blanco y negro que según Juan Antonio Olañeta data del siglo XVII.
Los capiteles llevan escenas del Ciclo de la Natividad, como la Visitación y el Nacimiento, además de grifos y entrelazos vegetales.
Fachada occidental
El imafronte también es muy segoviano al mostrar un conjunto de portada y ventanal superior.
La portada es de similar factura a la anterior. También tiene un crismón repintado sobre otro esculpido en la clave de la arquivolta interior.
Además, esta puerta presenta cuatro capiteles algo gastados de aves picando frutos, basiliscos, leones, y otro en que parece que diablos atacan a un hombre.
El gran ventanal superior presenta la articulación de arcos de arista viva y bocel sobre pareja de columnas con capiteles de bestias sobre animales y felinos.
Interior
En el interior, la nave está rematada por bóveda de medio cañón apuntado y arcos fajones. Más importante es la articulación de su elegante cabecera que recuerda la capilla mayor de San Millán con una arquería ciega sobre columnas de ocho arcos que recorren el hemiciclo y los muros presbiteriales.
Los capiteles de estas columnas más las de los tres ventanales absidales ofrecen un amplio abanico de motivos iconográficos.
Como es habitual en el románico segoviano, los animales son los grandes protagonistas, especialmente las sirenas-ave y las arpías. Algunos de estos capiteles están parcialmente rehechos.
El capitel central, que muestra a Cristo en Majestad en una mandorla, es de tiempos de la restauración, al encontrase el original destrozado por el retablo que cubría el ábside.