Iglesia románica de San Gil en Luna (Zaragoza)
La comarca de las Cinco Villas de Zaragoza es una de las más
ricas y densamente pobladas en iglesias románicas de toda España.
A su fecundidad hay que unir la extraordinaria calidad de muchas de sus construcciones, eso sí en muy variado estado de conservación.
Luna es un pueblo de Cinco Villas cercano a Ejea de los Caballeros, situado al norte de la provincia de Zaragoza.
Conserva
un gran patrimonio medieval. como atestiguan sus dos iglesias románicas
de San Gil, Santiago, el castillo de Obano y otros restos parciales,
como el crismón de su iglesia parroquial.
En este caso nos centraremos en la iglesia de San Gil. Situada en un precioso mirador natural, es una de las iglesias más sorprendentes del románico aragonés.
Externamente, su arquitectura es de una gran sobriedad y monumentalidad. Presenta una nave rematada en cabecera con ábside poligonal con grandes contrafuertes. En los cinco paños resultantes se abrieron tres ventanales de arquivoltas semicirculares sobre columnas.
Aparentemente la iglesia se tuvo que cerrar de forma prematura. Al menos, eso parece al contemplar la escasa longitud de la nave y la extraña forma es que se remató el hastial occidental, my simplificado, donde sólo se abrió un pequeño óculo y una puerta de gran sencillez, todo sobre un muro completamente liso.
La
puerta principal se sitúa al norte. Es muy interesante gracias
a sus estatuas-columnas (una desaparecida) y al tímpano en
que se esculpió una compleja historia referida a los milagros
de San Gil.
La austeridad exterior de esta iglesia de San Gil de Luna no permite presagiar lo que nos encontraremos en su interior.
La
cabecera está riquísimamente trabajada,mediante grandes
columnas adosadas al ábside que soportan los nervios de refuerzo
de la bóveda de horno, que se juntan en su clave. Entre las
citadas columnas hay una arquería elegante de medio punto donde
sólo faltan los fustes.
Tan elegante conformación muraria se repite en el presbiterio y muros interiores de la nave. También destacamos la riqueza iconográfica de los capiteles.