Iglesia románica de Nafría la Llana (Soria)
Nafría
la Llana es una pequeñísima aldea del norte soriano.
Su iglesia parroquial románica se ubica en el centro del caserío
y la resaltamos en esta sección de "monumentos por descubrir"
de Arteguias por ser una de las más destacadas -y no demasiado
conocida- del románico rural, no sólo de la comarca
de Calatañazor, sino de toda la provincia de Soria.
Siendo la antigua villa de Calatañazor un lugar muy visitado por el turismo cultural, recomendamos a quienes allí se lleguen que no dejen de visitar esta cercana aldea de Nafría la Llana para ver esta bonita iglesia. La distancia no es más de diez kilómetros.
La iglesia románica
La iglesia de Nafría la Llana es el clásico templo parroquial de una aldea medieval, posiblemente construida a finales del siglo XII o comienzos del XIII. Está constituida por una nave rectangular unida a una cabecera formada por el habitual tramo recto -en esta ocasión acusadamente largo- y un ábside con planta semicircular.
Aunque
los siglos, como es costumbre, han dejado adiciones y transformaciones
sobre el edificio románico original: una sacristía y
el cuerpo de la nave muy retocado, se libró de estas reformas
la espléndida cabecera y la puerta del muro sur.
Exterior de la cabecera
El ábside es de perfecta sillería y está animado mediante dos columnas entregas que llegan hasta el alero con pequeños capiteles vegetales. Tres ventanales y una imposta a la altura de los alféizares con originales carnosidades vegetales, completan el repertorio mural.
Uno de los capiteles citados tiene dos grupos superpuestos de plantas o hierbas que se doblan en su parte superior, motivo que se repite en otros lugares de esta iglesia. El otro capitel muestra tallos entrelazados, formando una especie de malla romboidal, con hojas en su parte superior.
Como
anunciamos anteriormente, son tres los ventanales que se abren en
el muro, uno en cada paño, con arquivolta plana rodeada de
guardapolvos con pirámides -que sustituyen las habituales puntas
de diamante- que cae sobre esbeltas columnillas de largo fuste. Los
capiteles están bastanate bien tallados y mejor conservados.
Algunas cestas llevan plantas similares a la primera columna del ábside
mientras que otros capiteles se encargan de mostrarnos animales fantásticos.
Estas bestias son las habituales en el románico popular soriano,
herederas lejanas del segundo taller de Santo Domingo de Silos: arpías
encapuchadas y dragones.
La corona de canecillos figurados muestra una expresiva colección de cabezas humanas, testas de animales que pretenden ser terroríficos y bestias de cuerpo entero.
La puerta
La puerta del muro meridional tiene cuatro arquivoltas bastante lisas y austeras, salvo algunos adornos vegetales y geométricos. Los apoyos son las jambas y dos pares de columnas cuyos capiteles vuelven a ocuparse de animales de tradición silense: arpías, dragones, cuadrúpedos con cabeza de dragón, etc.
Encima
del arimez donde está la puerta antes descrita, se ubicó
una pequeña arquería ciega decorativa, con tres arcos
sobre dos columnas centrales y las pilastras exteriores, con la particularidad
de que el arco central es tetralobulado. Esta arquería es idéntica
a la de la iglesia de Santa María del Castillo de Calatañazor.
Interior de la iglesia
Puesto que la nave esta reformada, lo que nos queda del templo primigenio es, de nuevo, la cabecera.
El arco triunfal que comunicaba la nave con la cabecera es de lo más interesante del románico soriano.
Es de gran monumentalidad por sus cuatro grandes arquivoltas semicirculares, que asemejan una portada. Pero además, este arco estrecha sobremanera el vano de comunicación entre nave y cabecera para lo que es habitual en el románico. Los feligreses que se sienten en los extremos de las bancadas no tienen una clara visión del altar.
Nos
parece que esta forma de articular el interior de la iglesia de Nafría
obedece a viejas resonancias de la liturgia hispanovisigoda, que aunque
sustituida por la romana a finales del siglo XI, sabemos que se prolongó
clandestinamente durante muchos más años.
En la antigua liturgia hispanovisigoda, la embocadura de la cabecera era estrecha y mediante canceles u otras barreras visuales -al estilo de los iconostasios bizantinos- se tapaba completamente con telas u otros objetos en el momento de la consagración. Esta manera de realizar el rito aún perdura en la Iglesia Ortodoxa y los visigodos la tomaron de Bizancio.
Desde
la reforma gregoriana de la liturgia, los fieles podían contemplar
la consagración, por lo que los arcos triunfales que enlazaban
nave y cabecera podían ser amplios y diáfanos, como
sucede habitualmente en el románico. Sin embargo, parece que
en nuestra curiosa iglesita de Nafría la Llana, quedaron retazos
de tiempos pretéritos.
Volviendo
a los detalles de este peculiar arco triunfal, diremos que sus capiteles,
de nuevo, nos remiten a los animales silenses de la puerta y los ventanales
exteriores, apareciendo bestias como dragones, grifos y extraños
cuadrúpedos.
Por último, diremos que en el interior se conserva la copa de una pila bautismal románica y una bonita pila de agua bendita de la época.
En definitiva, la iglesia soriana de Nafría la Llana muestra una buena arquitectura románica, con el añadido de su curioso arco triunfal que constituye una verdadera sorpresa. Además, nos ofrece, en su modestia, una, delicada decoración en los elementos accesorios y no podían faltar las esculturas de bestias maléficas heredadas de Silos.
En resumen: calidad plástica compatible con la austeridad del románico soriano.