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Guía del Museo Diocesano de Huesca

Introducción

Fachada del Museo Diocesano de HuescaEl Museo Diocesano de Huesca es un interesantísimo museo aragonés, ubicado en la Plaza de la Catedral, adosado a ésta, puesto que varias de sus salas ocupan dependencias claustrales catedralicias, específicamente las pandas del claustro que áun se conservan y la sala capitular. Otra parte del museo se concentra en la llamada Parroquieta.

Fue inaugurado en 1945 por el obispo D. Lino Rodrigo, habiendo pasado por varias etapas y renovaciones hasta la actualidad. Entre 1997 y 2001 se remodeló con el proyecto del arquitecto Joaquín Naval y el programa del historiador del patrimonio artístico y antiguo director del museo, Antonio Naval, siendo abierto al público en el año 2004.

Dependencias claustrales

Libro: ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO ROMÁNICOComo ya indicamos anteriormente, una buena parte del Museo Diocesano de Huesca se ubica en las dependencias claustrales medievales de la catedral de Santa María, lo cual es uno de los alicientes de su visita.

Hay que recordar aquí, brevemente, la historia constructiva de la catedral de Huesca. Los conquistadores aragoneses, al tomar la ciudad en 1096, cristianizaron la mezquita mayor de Huesca para aprovechar este magno edificio para el culto, absteniéndose de destruirlo para levantar un edifico de estilo europeo. Sólo dos siglos después, bien entrado el siglo XIII, durante el reinado de Jaime el Conquistador, se determinó la eliminación de dicha mezquita -por considerar impropio celebrar misas en una estructura de raigambre islámica- y se inició la erección del templo gótico actual.

Panda del antiguo claustro románicoPor tanto, nunca hubo un templo de estilo románico haciendo funciones de catedral, anterior a la gótica. Sin embargo, lo que sí se hizo durante el siglo XII fue construir un pequeño claustro para los canónigos del cabildo catedralicio y una iglesita aneja llamada "Santa María del Gozo".

En el siglo XIV, el papa Luna mandó construir un gran claustro, a la moda de la época (lo que llamamos, actualmente "gótico") afectando gravemente al románico citado, muy especialmente al sector occidental que fue demolido completamente.

El resultado, tras estos avatares es que se ha conservado en buen estado (aunque durante mucho tiempo empotrado en un muro y descegado en la última restauración) la panda norte del claustro románico y parte de la crujía este (al menos, las columnas, aunque no los arcos), mientras que la panda sur es mayoritariamente gótica, del siglo XIV, correspondiente a las obras del papa Luna.

Colección museística
Sala Románica

La sala románica ocupa los restos del claustro románico y los espacios adyacentes. Realmente, en esta parte de la colección, no sólo veremos piezas románicas sino también góticas e, incluso, anteriores, como algunos restos romanos.

Capitel del claustro románico del Museo Diocesano de HuescaEl sector del claustro románico, como ya hemos apuntado, se conserva mejor en la panda norte, con tres arcos de medio punto sobre altas columnas exentas apoyadas en un minúsculo podio. Las basas y los capiteles de las columnas de los extremos, muy deteriorados, tuvieron que ser sustituidos por réplicas. Los capiteles originales -los centrales- muestran grandes pencas con decoración vegetal sencilla, superadas por volutas. Los cimacios son anchos y con diseños bastante originales.

En el tramo oriental lo que queda es una pareja de columnas, una de ellas con el fuste torso y, en esta ocasión, con los capiteles bastante maltrechos.

En los muros perimetrales de estas pandas románicas se conservan arcosolios de perfil agudo que fueron empleados para el enterramiento de relevantes personajes eclesiásticos y nobiliarios. Entre las piezas expuestas contamos con restos pétreos de distintas procedencias: sepulcros y laudas medievales, un crismón trinitario de procedencia desconocida, etc.

Una de las curiosidades es la exposición de dos esculturas romanas de cabezas procedentes de bustos que fueron halladas en el Santuario de San Úrbez.

Imaginería gótica: Virgen y el NiñoEn las salas próximas, se expone una excelente colección de pinturas murales y tallas policromadas medievales traídas hasta el museo desde distintos lugares de la diócesis, entre las que destacamos:

Talla de madera de Cristo crucificado: tiene la cabeza perdida. Procede de un Descendimiento de la iglesia de Bentué de Rasal.

Dos preciosas figuras románicas de la Virgen y el Niño Jesús: una es originaria de la Ermita de Nuestra Señora del Castillo de Rodellar (siglo XII), restaurada en 1993. La segunda está en peor estado de conservación -a pesar de haber sido, también, restaurada en 1992- original del Santuario de Nuestra Señora de Cillas.

María y San Juan EvangelistaEsculturas de la Virgen y San Juan Evangelista: pertenecientes a un calvario gótico del siglo XIV procedente del Santuario de las mártires Nunilo y Alodia de Huesca. La figura de la Virgen está arqueada en imitación a las tallas de marfil contemporáneas.

Dos figuras góticas de María con el Niño: una es de la Ermita de Santa Lucía de Huesca (comienzos del siglo XIV) y la otra de Marcuello.

Talla de madera con un obispo sedente: originaria de Cillas.

Tablas ojivales con pinturas góticas: la primera representa la escena de "Noli me tangere", con María Magdalena arrodillada ante Cristo, que hace un gesto con su mano derecha. En la segunda, mucho más estropeada, se plasmó a Jesús camino del Calvario.

Fragmento de la pintura mural del ábside la iglesia de San Andrés de Yaso: obra del primer cuarto del siglo XIV, perteneciente al estilo de pintura francogótica o gótica lineal. A pesar de la fecha tardía, la iconografía es completamente románica, pues representa a Cristo en Majestad, entronizado, bendiciendo con la mano derecha y portando el Libro de la Vida en el izquierdo. Su silueta se halla rodeada de la característica mandorla y, en sus extremos, los símbolos zoomorfos de los Evangelistas, de los que se conserva perfectamente el toro alado de San Lucas, las alas del águila de San Juan y las patas traseras del león correspondiente a San Marcos.

Ángeles músicosOtro fragmento de las pinturas murales al temple de la iglesia de San Andrés de Yaso: muestra, de manera muy ingenua y sencilla, a San Andrés resucitando a unos marineros ahogados en el mar mientas acudían a visitarlo. El apóstol aparece con un libro y una mano extendida hacia unos cuerpecillos pequeños -los marinos- inmersos en un mar del que aflora la proa de una embarcación.

Preciosas y elegantes pinturas del gótico lineal (comienzos del siglo XIV) pertenecientes al sepulcro de Juan Martín de los Campaneros: este sepulcro se hallaba en la Capilla de San Juan Evangelista de la catedral. Aparecen ángeles turiferarios y músicos, con rostros alegres y bellos. Los rasgos de los ángeles, sus amables posturas y el intenso colorido general de las escenas muestran un deliberado deseo del autor de escenificar la muerte como un tránsito feliz a una mejor vida.

Sala gótica

En el claustro del Papa Luna se exponen pinturas góticas del siglo XV. Destacan el Retablo de la Coronación de la Virgen de Pedro de Zuera o las tablas del retablo de Pallaruelo de Monegros firmadas por Martín Soria.

Sala de orfebrería

La sala de la orfebrería se sitúa en dos partes, una en la antesala capitular y otra en la sala capitular. Esta sección ofrece trabajos de orfebre desde el medievo, donde destcan -por su belleza- tres arquetas románicas de bronce y esmaltes de los talleres de Limoges.

También hay una predela de plata de 1367 de estilo italogótico. La sala capitular ofrece trabajos de plata de los siglos XVI a XVIII, cruces procesionales, cálices, vinajeras, salvillas y también códices medievales de la catedral.

La sala del renacimiento-barroco de la Parroquieta

Piedad del retablo de alabastro de la abadía de MontearagónPosiblemente, la mejor pieza de la sala renacentista y barroca del Museo Diocesano de Huesca sea el retablo mayor que por encargo del abad de Montearagón y el arzobispo de Zaragoza hizo el escultor Gil de Morlanes el Viejo. Es una magnífica obra en alabastro -en origen, policromado- del siglo XVI. Son varias las escenas talladas, pero las principales son una Piedad y el Juicio Final, con San Miguel combatiendo con los demonios mientras aparece Cristo rodeado de los Apóstoles.

La otra gran pieza es la sillería del coro de la catedral, obra del siglo XVI (entre 1577 y 1591) y reformada dos centurias más tarde. Está compuesta de 55 sillas con relieves de gran calidad y algunos de iconografía más que anecdótica.

También existen obras pictóricas en esta sala del mismo siglo con influencias flamencas.

La siguiente sala muestra un enorme altar de plata del siglo XVIII representando los bustos de los santos oscenses. Del barroco se muestran tallas del siglo XVIII.

De la Parroquieta a la Catedral se accede por una puerta tardorrománica en su arquitectura y gótica en su decoración. Tiene tres arquivoltas de medio punto, un tímpano y una estructura columnaria de la que se han perdido cuatro de los fustes.

El tímpano citado alberga tres estatuas en posición casi radial. Se trata de la Virgen y el Niño rodeados por dos ángeles. En los huecos entre estas tres tallas se pintaron las figuras de San Vicente, San Miguel, San Pedro y San Lorenzo.


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