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La ciudad medieval

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Decaimiento de la sociedad urbana durante la Alta Edad Media

Ciudades como Oviedo o León, a pesar de su importancia política no pasaban de unos pocos cientos o miles de habitantes duranta la Alta Edad MediaSi en los últimos dos siglos del Imperio Romano (Bajo Imperio) las grandes urbes latinas pasaron por una progresiva decadencia que llevó a una acusada ruralización de la sociedad, con la caída del imperio, pocas ciudades importantes quedaron en la Europa occidental. La vida urbana sólo sobrevivió en Italia, e incluso allí fue una sombra del pasado.

Especialmente dura fue la situación de las ciudades en la España cristiana, ya que durante la Alta Edad Media no se favoreció el crecimiento de las ciudades, sino que se dedicaron las mayores energías a la repoblación de las nuevas tierras a medida que progresaba la Reconquista. Por poner un ejemplo, la capital del reino asturleonés -León- no superaría los 1.000 habitantes en el siglo X. Una excepción fue la Córdoba califal que contaba con varios cientos de miles de pobladores.

El renacimiento de la ciudad medieval en los siglos XI y XII

Fue en los siglos XI y XII cuando se produce un fenómeno histórico de vital importancia para la historia europea: el nacimiento o florecimiento de las ciudades, especialmente en Italia y en Flandes, aunque es un fenómeno que se extiende por toda Europa en mayor o menor medida.

Eso sí, se trataba de ciudades todavía muy pequeñas si las comparamos con las actuales, pues pocas rebasaban los veinte mil habitantes. Hacia el año 1300 se contaban con los dedos de la mano las que tenían más de cien mil (Milán, Venecia y Palermo en Italia, y sólo París al norte de los Alpes). Al margen hay que dejar -por su ubicación al margen de la sociedad occidental que estamos analizando- la gran ciudad de Constantinopla, capital del Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) que contó durante la Edad Media con varios cientos de miles de pobladores.

Puerta de la Coronería, Catedral de Burgos. Las catedrales góticas se construyen bajo el auge de la ciudad medieval del siglo XIII en adelanteLas dimensiones de la nueva ciudad medieval no iban, sin embargo, parejas con los cambios de mentalidad que trajeron consigo, pues exigían formas de organización radicalmente distintas a las de pueblos y aldeas.

En el siglo XII se inició la construcción de las primeras grandes catedrales góticas, financiadas con la riqueza de las nuevas ciudades y de quienes las visitaban. Hasta entonces, todas las grandes iglesias pertenecían a los monasterios, pero a partir de entonces las catedrales se convirtieron en los más grandes y bellos edificios de cuantos se levantaban. Las de Chartres o Reims en Francia y las Toledo, León, Burgos y Lérida en España, son bellos ejemplos.

Nuevos requisitos para la nueva ciudad medieval

Al amparo de las catedrales crecieron las escuelas catedralicias. Algunas se especializaron en estudios superiores, convirtiéndose en el antecedente de las futuras universidades. Surgieron brillantes profesores e intelectuales, como Pedro Abelardo, cuyas clases de filosofía y teología, sus canciones, y la aventura amorosa con su alumna Eloísa se hicieron famosas en toda Europa.

Hasta entonces, la enseñanza y la cultura se había confinado fundamentalmente en los monasterios, pero ahora las escuelas de las ciudades impartían sólidos conocimientos (latín, derecho, etc.), para servir así a las necesidades prácticas de la Iglesia y del Estado. En el siglo XII surgieron, pues, las universidades y la administración civil.

La ciudad medieval necesitaba toda suerte de instalaciones para mantener unos servicios mínimos a sus habitantes.

Antes del siglo XI, por ejemplo, no existían prácticamente hospitales fuera de los monasterios. En los dos siglos siguientes, varias órdenes y congregaciones cristianas como los benedictinos, los caballeros hospitalarios, los antonianos, etc. fundaron muchos en las ciudades oe nvías de comunicación entre ellas, de forma que todo núcleo de cierta importancia disponía al menos de uno. Asimismo se crearon leproserías (donde los leprosos vivían aislados, pero bien atendidos), asilos para ancianos y pequeñas escuelas. En esta época se crearon también las instituciones básicas de la asistencia social.

Nuevas órdenes religiosas urbanas

Si hasta entonces, las comunidades monásticas benedictinas vivían en espacios rurales más o menos separadas del mundanal ruido (especialmente las comunidades cistercienses que se exigían ubicaciones lo más aisladas posibles) el resurgir urbano del siglo XII va a cambiar este panorama en el seno de la Iglesia.

La población urbana, en rápido crecimiento, proporcionó una audiencia natural para los predicadores populares y los reformadores religiosos.

Convento de Santo Domingo de Santiago de Compostela. Los conventos de las órdenes mendicantes se construyen en las ciudadesLas recién creadas órdenes mendicantes de franciscanos (San Francisco de Asís) y dominicos (Santo Domingo de Guzmán) acogieron a quienes deseaban vivir en la pobreza y dedicar su vida a la predicación y la oración, así como a la atención humanitaria de los pobres de las urbes.

Al contrario que los monjes, los frailes predicadores fundaron "conventos" en las ciudades y volcaron su actividad entre sus pobladores. Era ya una nueva sociedad que tendría su auge durante el siglo XIII y la primera parte del XIV hasta que la peste negra y otras calamidades dejaron herida de muerte la Baja Edad Media hasta su sustitución por la sociedad de la Edad Moderna.


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