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La Mujer en la Edad Media

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Introducción

La Mujer en la Edad MediaHacer una síntesis de la situación de la mujer durante la Edad Media cuneta con un primer escollo: se trata de un larguísimo periodo de diez siglos en los que la sociedad, la cultura y las costumbres sufrieron muchas variaciones. Por ejemplo, España comenzó el siglo VIII con tres religiones conviviendo: la judía, la musulmana y la cristiana, que son, además, tres formas distintas de pensar, entender, definir y construir a la mujer.

Pero el verdadero problema que nos encontramos a la hora de definir la Historia de las Mujeres en la Edad Media, es la percepción que, en general, se ha tenido de la Edad Media durante siglos llegando incluso a la actualidad.

Por la inercia del Renacimiento, la sociedad occidental contemporánea todavía considera la “Edad Media” una época de ignorancia, de embrutecimiento y subdesarrollo.

El término “Renacimiento” fue un invento italiano del siglo XVI para anunciar que tras diez siglos de barbarie había vuelto la luz cultural del mundo clásico grecorromano.

Lorenzo de Medicis, por ejemplo, celebraba con un banquete anual el nacimiento de Platón. Dante usó a Virgilio como guía a los infiernos y Erasmo honraba a Cicerón como a un santo.

Mujeres tocando instrumentos musicales en la Edad MediaEn el Renacimiento de los siglos XV y XVI no sólo hay un “redescubrimiento” sino una “imitación” del Clasicismo. Lo malo de ello es que todo lo que no era conforme a la plástica y a la cultura griega y romana era rechazado sin piedad.

La sociedad moderna actual continúa cayendo en el tópico de que la Edad Media fue la etapa de la historia occidental más oscura, bárbara, violenta, supersticiosa, represiva y misógina. A ello ha contribuida la literatura fantástica, los cómics, el cine, etc. Incluso algunas tribus urbanas. Todavía hay textos y documentales que citan como verdaderos tópicos falsos inventados siglos atrás como el derecho de pernada, que la Iglesia no consideraba que la mujer tuviera alma, el humillante uso del cinturón de castidad o la masiva persecución y quema de brujas (cuando es un hecho desgraciado que tuvo su epicentro en los "modernos" siglos XVI y XVII).

Uno de los peores y ridículos tópicos sobre la mujer medieval es que no se le reconoció su almaTodavía hay escritores, periodistas o simples foreros de Internet que escriben sandeces como que hasta el Concilio de Trento la iglesia católica no reconoció el alma de las mujeres. Tales ignorancias no son otra cosa que el resultado de la tergiversación perpetrada desde hace mucho tiempo sobre la religión y sobre ciertos periodos de la historia.

El más humilde de los viajeros habrá comprobado hasta la saciedad en la escultura y la pintura medieval la presencia de miles de santas representadas en sus vidas, milagros, martirios, etc. con sus nimbos de santidad sobre su cabeza. En otras ocasiones, reinas, mujeres de la nobleza y abadesas aparecen en sus sepulcros recién fallecidas y ángeles portando sus almas al Cielo.

Mujer medieval: existen miles de santas representadas en la pintura y escultura de la Edad MediaEl santoral católico está repleto de mujeres reconocidas como santas desde los albores de la persecución romana sobre los primeros cristianos. En fin, no merece la pena seguir hablando de esta burda falsedad, sólo pedimos a los lectores que vean las imágenes adjuntas de santas representadas en el arte "anterior al Concilio de Trento".

Criterio de valoración de la situación de la mujer en la Edad Media

La valoración del papel que la mujer jugó en la sociedad medieval depende de con qué época la comparemos. De manera simplificada podemos afirmar que la situación de la mujer en la Edad Media era peor que en la actualidad (sólo en el mundo desarrollado occidental) pero mejor que en el periodo anterior (Imperio Romano) Y también mejor que en los siglos posteriores (siglos XVI al XIX).

La razón es que el Derecho Romano (utilizado durante el imperio romano y rescatado por las monarquías absolutistas desde el siglo XVI) fue mucho menos propicio a la mujer que el “Derecho Consuetudinario” de origen germánico.

La gran medievalista francesa Regine Pernoud asevera:

El apogeo (de la mujer) correspondería a la era feudal, desde el siglo X hasta fines del XIII [...]; es indiscutible que por entonces las mujeres ejercen una influencia que no pudieron tener ni las damas partidarias de La Fronda en el siglo XVII ni las severas anarquistas del siglo XIX.

 

Mujeres santas en una pintura medieval de una iglesia palentinaPor ejemplo, en Roma la mujer no podía cumplir ninguna función administrativa: ni en la asamblea de los ciudadanos, ni en la magistratura, ni en los tribunales.

Robert Villers afirma:

«En Roma, la mujer, sin exageración ni paradoja, no era sujeto de derecho… Su condición personal, la relación de la mujer con sus padres o con su marido son competencia de la domus, de la que el padre, el suegro o el marido son jefes todopoderosos… La mujer es únicamente un objeto»

Los historiadores saben que era una costumbre romana matar a las hijas no primogénitas. Los tratados de Derecho Privado romanos lo llamaban: "Desaparición forzada de las hijas menores".

El padre consideraba conveniente conservar a sus hijos varones por necesidades militares, salvo que estuvieran malformados o parecieran demasiado enfermizos, pero por lo general conservaba a una sola hija, la primogénita. Era completamente excepcional que en una familia romana hubiera más de una hija.

Sólo hacia el año 390, a fines del siglo IV, la ley civil retira al padre el derecho de vida o muerte sobre sus hijos. Con la difusión del Cristianismo desaparecía la primera y más decisiva de las discriminaciones entre los sexos: el derecho a la vida correspondía tanto a las niñas como a los varones.

Las mujeres en la cristianización de Europa

Los nombres que se mencionan en las fuentes durante los siglos II y III de nuestra era, encuentra en su lista muchos más nombres de mujeres que de hombres. Entre los nombres masculinos, junto con el de Plotino, el escritor Aulo Gelio y el gran Orígenes, el diccionario menciona solamente a San Sebastián; se citan a veintiuna mujeres, entre ellas: Zenobia, reina de Palmira, y Faustina, la mujer del emperador Antonino. Las otras diecinueve son santas, mujeres a quienes la Iglesia colocó en los altares. Esta abundancia de nombres femeninos que subsistieron para el gran público cuando desaparecían los de los efímeros emperadores de esos dos siglos, indica la importancia de estas santas, casi todas mujeres jóvenes, que murieron por afirmar su fe. Ágata, Inés, Cecilia, Lucía, Catalina, Margarita, Eulalia, etc.

Además, emergieron figuras tan importantes como Faviola de Roma (s. IV). Noble romana convertida al cristianismo, que vendió todos sus bienes, distribuyó su dinero entre los pobres y fundó en Roma el primer hospital de Occidente, alrededor del año 390.

Melania la joven (383 – 439). Heredera de las inmensas posesiones de su abuela se retiró a Tierra Santa donde su abuela había fundado una comunidad de mujeres piadosas en Jerusalén. Se sabe que Melania desarrolló una acción concreta y cierta en el movimiento de liberación de esclavos.

Santa Clotilde (475 – 545). Esposa del rey franco Clodoveo influyó decisivamente en la conversión de Clodoveo y todo el pueblo franco al Cristianismo Católico.

Teodolinda (570 – 628). Esposa del rey lombardo Agilulf, de culto arriano, consiguió bautizar a su hijo Adaloald con el rito católico

Monjas y místicas

Hildegarda de BingenEn el campo religioso la lista de mujeres cultas e influyentes es extensísima. Aquí citamos algunas de las más sobresalientes:

Hrotswitha, abadesa de Gandersheim (935 – 1002). Se considera el primer gran nombre de la literatura alemana en el siglo X. Fue escritora de leyendas y Dramas litúrgicos

Herrada de Landsberg (1130 – 1195). Autora de “Hortus deliciarum”, Jardín de las delicias. Obra enciclopédica que constituía la suma del saber de su tiempo con numerosas ilustraciones de gran importancia documental.

Hildegarda de Bingen- 1098-1179. Monja alemana que destacó tanto por sus visiones como por su vasta obra literaria versada sobre distintas materias. Se la definió entre las mujeres más influyentes de la Edad Media.

Mujeres en el ámbito cultural y educativo

Chistine de Pisan, una de las mujeres intelectuales más famosas de la Edad MediaDhuoda – 803 - 843. Dama de estirpe noble carolingia del siglo IX. Escribió el “Manual para mi hijo” para su hijo Guillermo. Con mucho, es el tratado de educación más antiguo, puesto que fue redactado a mediados del siglo IX.

Chistine de Pizan (1364 – 1430). Filósofa, poeta y humanista, considerada la primera escritora profesional de la historia. Su obra mas conocida “La Ciudad de las Damas” es considerada por algunas autoras como precursora del feminismo occidental y se sitúa en el inicio de la llamada Querella de las Mujeres.

Mujeres en el ámbito de la Medicina

Las mujeres cuidaban de los enfermos de su familia. De modo que la medicina doméstica estaba en sus manos. Se ocupaban de las enfermerías de los monasterios o de los hospitales de pobres y enfermos.

Mujer medieval curando a un hombreHasta los siglos XII y XIII, las mujeres no tuvieron ningún problema para ejercer la medicina, desde entonces, vieron como querían acotar su función. Antes del siglo XIV las mujeres libremente asistían en los partos, atendían la salud de hombres y mujeres, testificaban como expertas ante las cortes judiciales y administraban medicamentos.

En este campo sobresale especialmente Trotula de Salerno, doctora italiana del siglo XI que escribió influyentes trabajos de medicina femenina como la menstruación y el parto.

Reinas

Mujeres osbresalientes: Blanca de CastillaEste campo es el más prolífico en investigaciones de diferentes autoras. Por ello, hoy conocemos numerosas reinas cuyo poder y/o influencia fue enorme durante el periodo medieval, como las grandes reinas idolatradas en Francia: Leonor de Aquitania y Blanca de Castilla.

En los reinos hispánicos sobresalieron figuras como la reina Toda de Pamplona, cuya autoridad como auténtica gobernante de su reino es reconocida por fuentes árabes de la época.

En los Condados hay que destacar figuras como Ermesinda de Carcasona y Almodis de la Marca.

Una de las grandes reinas que reinó por derecho propio fue Urraca de León y Castilla, que gobernó uno de los estados más poderosos de la Europa medieval a comienzos del siglo XII.

Otras reinas consortes notables en defensa de sus hijos y de la estabilidad de sus reinos fueron Doña Berenguela de Castilla o María de Molina y todo este panorama rematado con la vida de la reina más poderosa de nuestra historia: Isabel de Castilla, cuyo reinado ejerce de bisagra entre la Edad Media propiamente dicho y el absolutismo de la Época Moderna.


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