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Iglesia de Hermosilla, Burgos

Introducción

La cabecera románica de la iglesia de Hermosilla, en su contexto paisajísticoEn el corazón de la Comarca de la Bureba de Burgos hay un pueblo de bonito nombre: Hermosilla, cuya iglesia parroquial dedicada a Santa Cecilia centra nuestro interés en este artículo.

La iglesia se yergue en la parte alta de la población, lo que obliga a realizar una corta pero empinada subida que resulta deliciosa, especialmente en primavera, gracias a la vegetación y las flores que rodean la cuesta. Desde el atrio del templo se domina visualmente buena parte de las viviendas de Hermosilla y los campos de labor circundantes.

Lo más probable es que la iglesia fuera construida a finales del siglo XII pero luego fue muy reformada por lo que sólo nos ha llegado de estilo románico la cabecera de sillería, una de las más sobresalientes desde el punto de vista de belleza y equilibrio arquitectónicos y, sobre todo, calidad escultórica.

Arquitectura de la cabecera

La cabecera está formada por un tramo rectangular presbiterial o anteábside engarzado a un ábside de planta semicircular con rebanco, dos columnas entregas que llegan hasta el alero, una imposta a la altura de los alféizares de los tres ventanales que se abrieron en los consiguientes paños.

ÁbsideLos ventanales citados tienen aspillera central, un gran derrame exterior para optimizar la entrada de luz al interior del templo y se rodean de una fina arquivolta baquetonada sobre pareja de columnas.

Por su parte, los muros presbiteriales se animan con unos arcos murales tipo ventanal pero sin abertura al interior, con la peculiaridad de que las correspondientes arquivoltas cobijan un tímpano con un relieve de tres semicirculares escalonados.

La impronta silense en la escultura

El capítulo más sobresaliente de la iglesia de Santa Cecilia de Hermosilla es, sin duda, su repertorio escultórico. Es bastante evidente que en los capiteles de las columnas y en los canecillos trabajó un grupo o taller heredero del conocido como "Segundo Taller del claustro bajo de Silos". En efecto, podemos adscribir la escultura de Hermosilla a la "corriente silense" que tanta presencia tiene en las provincias castellanas de Burgos, Soria y Palencia, aunque también se dejó notar en otros territorios más alejados.

No queremos decir con ello que los autores de la iglesia de Hermosilla fueran los mismos que trabajaron en el claustro del monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos, pero es obvio que se trata de una obra de algunos de los numerosos discípulos que se desparramaron por buena parte de Castilla dejando la impronta silense citada en numerosos templos.

Capiteles de las columnas entregas y ventanales de la cabecera

Dos dragones en un capitel de una columna entregaMuy destacables son los capiteles de las columnas entregas del ábside.

El perteneciente a la columna más meridional muestra dos dragones enfrentados que despliegan sus grandes alas dejando a la vista los pechos con plumaje tallado a base de ondas superpuestas. El plumaje de las propias alas es más convencional expresado mediante formas romboidales.

Más llamativo es, aún, el de la columna entrega contigua situada más al norte, donde aparecen dos cuadrúpedos -posiblemente, perros- con fiero gesto y fauces de dientes afilados atrapando a una pieza de caza agazapada -conejo o liebre- por el cuello y el lomo respectivamente.

En el repertorio de los capiteles de los ventanales y arcos murales del presbiterio no faltan los de tipo vegetal con plantas carnosas helicoidales muy bien tallados.

Entre los que son figurados, destacamos por su calidad plástica y poder expresivo aquéllos que muestran ejemplos del bestiario real y fantástico, como parejas de gallos, arpías, dragones y grifos.

Perros atrapando un conejo en un capitel de otra columna absidalUno de los capiteles del arco del muro norte presbiterial representa una cabeza antropomorfa cornuda -uno de los cuernos se ha perdido- con un rostro donde sobresale su enorme nariz y de cuya boca surgen dos tallos vegetales al estilo de los "green men".

Canecillos

De igual modo, los canecillos rítmicamente colocados para sujetar el alero de la cabecera, nos ofrecen un repertorio sobresaliente. Es reseñable el acusado naturalismo propio de la corriente tardorrománica silense que logra en animales y seres humanos (bustos y de cuerpo entero, como el de un cazador que toca un cuerno de caza) un detallismo inusual en el románico precedente.

Así las cabezas humanas y de animales como cabras, ciervos, etc. se esculpen con buena proporción y todo lujo de detalles.

Aldeano con un cerdo a cuestasEn uno de los canecillos que podemos calificar de "simpáticos" vemos a un aldeano que lleva a cuestas, cogido por la patas traseras, a un pequeño cerdo de acertada anatomía.

No faltan, como es preceptivo en el románico hispano y más si se dan relaciones con Silos, los animales fantásticos. Uno de los canecillos que se ha convertido en el verdadero emblema de esta iglesia es el de un magnífico grifo esculpido con tal detalle que se aprecia perfectamente la división del cuerpo del águila (con plumas y patas de ave) y el león (con piel lisa y garras de felino).

Libro: ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO ROMÁNICOOtro de los canecillos más espectaculares y que llama la atención del visitante cuando corona la ladera donde se sitúa la iglesia es aquél que lleva tallado la cabeza horrenda y agresiva de un dragón. El escultor supo dar con los rasgos faciales más aterradores para enfatizar la expresividad del bicho maléfico: orejas picudas, ceño fruncido, ojos metidos en cuencas hundidas, fauces remarcadas con dientes afilados, etc.

Interior

El interior de la cabecera románica se conserva perfectamente y con las bóvedas originales: medio cañón para el presbiterio y cuarto de esfera para el ábside.

Los capiteles del arco triunfal son ambos figurados. En uno parece que se muestra una escena guerrera con caballeros e infantes y en el otro motivos zoomorfos.

Rutas desde Hermosilla

Ermita de San Fagún en Los Barrios de BurebaQuien visite Hermosilla debe saber que se encuentra en un punto céntrico de la comarca burgalesa de La Bureba, una de las zonas de mayor densidad románica de la provincia, por lo que se pueden visitar numerosas iglesias de este estilo.

Lugares hacia el norte

La localidad con contenido románico más próxima, situada al norte, es Pino De Bureba, a menos de seis kilómetros. En su iglesia parroquial de San Martín Obispo podremos admirar su peculiar ábside de planta poligonal y una arquería mural en el piso inferior, además de una equilibrada puerta en el muro sur.

Siguiendo más al norte, a unos pocos kilómetros de Pino de Bureba sería inexcusable visitar el célebre Monasterio de San Salvador de Oña, conjunto románico-gótico de gran monumentalidad, amén de su importancia histórica.

Más información del Monasterio de Oña

Lugares hacia el oeste

Al oeste, a tan sólo a catorce kilómetros está la bonita villa de Poza de la Sal y algo más lejos las iglesias con restos románico de Lences de Bureba y Castil de Lences.

Lugares hacia el sur

Los Barrios de Bureba. ErmitaHacia el sur, aunque se accede por carreteras distintas, tenemos dos poblaciones con sendas ermitas románicas: Los Barrios de Bureba con su preciosa ermita "amputada" de San Fagún y Piérnigas con la austera y monumental ermita de San Martín.

Lugares hacia el este

Si es en dirección este donde queremos continuar nuestra ruta, podemos visitar las importantes iglesia de Navas de Bureba y Soto de Bureba.

Más información del Románico de La Bureba

 

 


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