Guía del Arte Románico en la Bureba
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La Bureba es una de las comarcas más definidas y de mayor personalidad que tiene Burgos.
Es tierra llana, situada al noreste de la provincia, recorrida por el río Oca y rodeada de crestas montañosas. Se la ha comparado a una "Castilla en miniatura", con un importante patrimonio cultural.
Una profusión de pueblecitos se afanan en conservar sus templos y la herencia monumental de sus mayores. Y es que la Bureba, como otras tantas comarcas de Burgos, conserva un patrimonio románico verdaderamente envidiable.
Se han elegido -dentro de la especial abundancia y calidad de arquitectura románica de esta comarca burgalesa- seis monumentos románicos de importancia: el Monasterio de Rodilla y las iglesias de Navas de Bureba, Soto de Bureba, Aguilar de Bureba, Los Barrios de Bureba, Pino de Bureba, Hermosilla, Valdazo, la Ermita de San Martín de Piérnigas, Carcedo de Bureba, Lences y Castil de Lences.
Ermita de Nuestra Señora del Valle. Monasterio de Rodilla
La
llamada ermita de "Nuestra Señora del Valle" es la
iglesia del monasterio de Rodilla que se edificó en la segunda
mitad del siglo XII (hacia 1170).
La visita exterior a este monumento es como un remanso
de paz producido por el lugar en que se encuentra en un verde valle
rodeado de altas montañas, sin casas ni otros edificios que
oculten o adulteren la vista.
Por su parte, el propio edificio contribuye a ello
con su arquitectura de línea esbelta y de limpio estilo.
Su planta es sencilla, su fábrica de piedra de sillería
bien concertada y mucha personalidad.
La cabecera, por sus arcos murales de medio punto que se apoyan sobre pilastras, es lo más curioso.
También
destaca la sobria y potente torre sobre el crucero. Dispone de dos
vanos por cada cara con arquivolta, guardapolvos y pareja de columnas.
En el muro del lado sur hay empotrada una estatua de la Virgen en
el medio de ambos ventanales.
La puerta está en el lado norte. Es sobria pero bien trabajada. Consta de un cuerpo resaltado o arimez y un vano rodeado por arquivoltas apuntadas y cuatro columnas con capiteles historiados. Destaca el protagonismo de las mochetas con sendas cabezas de leones con la función simbólica de ser protectores del espacio sagrado.
En el interior sus volúmenes son armónicos. Lo más llamativo es el crucero: cuatro arcos torales doblados soportan las perfectas pechinas que transforman el cuadrado en el círculo de la cúpula semiesférica que sirve de base a la torre.
Más información del Monasterio
de Rodilla
Valdazo
La iglesia parroquial de Valdazo, una aldea aledaña a Briviesca, es nuestra siguiente parada en este recorrido por La Bureba burgalesa.
Se trata de un templo algo peculiar, sobre todo por la torre que se alza sobre la nave y que, para algunos, es anterior al resto del templo y para otros una obra ruda y popular añadida posteriormente.
La citada torre tiene dos cuerpos, el inferior con ajimez con mainel central en cada cara.
Su ábside estaba recrecido hasta hace unos años en que fue restaurado. Su esquema es prototipo de los que encontraremos a lo largo y ancho de la comarca de La Bureba y del oeste de la Rioja. Se articula mediante haces de tres columnas entregas, siendo la central de mayor diámetro.
Bajo un pórtico gótico se abre la gran portada meridional románica, muy abocinada y espectacular, de siete arquivoltas decoradas con diversos motivos geométricos.
Sin embargo, la escultura en sus capiteles es extremadamente sencilla.
Aguilar de Bureba
La iglesia de Aguilar de Bureba es un edificio cuya arquitectura románica se centra en el ábside y la portada occidental.
No obstante lo más importante es la exquisita labra de los capiteles del arco triunfal, realizados por uno de los mejores talleres que trabajaron en el románico rural de Burgos.
Ermita de San Fagún de Los Barrios de Bureba
Uno de los monumentos más pintorescos y espectaculares de la comarca de La Bureba es, sin duda, la Ermita de San Fagún o San Facundo de Los Barrios de la Bureba.
Está situada a las afueras de esta localidad al lado izquierdo de la carretera que conduce a Cornudilla y Oña.
Se trata de la iglesia parroquial de uno de los barrios de que constaba esta población, en la actualidad desaparecido.
Al ubicarse en un lugar en alto y completamente aislado permite una perspectiva perfectamente nítida. La otra particularidad es que la nave del templo desapareció, por lo que queda sólo la cabecera y una vistosa espadaña.
El interior de la ermita es muy sencillo, pero nos interesa de él los ventanales que cambian su morfología con relación al exterior, pues tienen perfil trilobulado que nos recuerdan a los de Navas de Bureba.
Más información de la Ermita de San Fagún de Los Barrios de Bureba
Pino de Bureba
La iglesia de Pino de Bureba se sale de la norma de otras iglesias que hemos estado viendo en La Bureba. Su ábside es muy original y no encaja con las formas vistas anteriormente. Tiene planta poligonal, no circular y cuenta con la particularidad de estar dividido en dos niveles horizontales. El primero tiene una especie de arquillos lombardos pero en lugar de rematar en lesenas o pilastras lo hace en columnas. El nivel superior es liso menos en el paño central animado por un primoroso ventanal con cuatro pares de columnas.
Cuenta también con una puerta románica en el costado meridional con tres arquivoltas y otras tantas parejas de columnas de temática vegetal.
Más información de la Iglesia de Pino de Bureba
Hermosilla
La iglesia de Santa Cecilia de Hermosilla conserva uno de los ábsides más espectaculares de la comarca y de toda la provincia de Burgos.
No sólo se conserva arquitectónicamente impecable, con sus formas perfectamente armoniosas y equilibradas, sino que ofrece una escultura en capiteles y canecillos muy directamente relacionada con el Segundo taller del claustro de Santo Domingo de Silos.
Más información de la Iglesia de Hermosilla
Navas de Bureba
La iglesia parroquial de Navas de Bureba es uno de esos monumentos arquitectónicos de gran porte, de excelente sillería de piedra arenisca y que conserva casi íntegra su fábrica románica, aunque con añadidos posteriores.
Su ábside está articulado por haces de tres columnas entregas y singulares ventanales con columnas soportando un arco muy apuntado y polilobulado de sabor oriental, que iluminaban el interior.
Las columnas entregas y los canecillos no tienen una talla estilísticamente fina pero sí muy expresiva, donde abundan las cabezas humanas y de animales -algunas verdaderamente exóticas- así como animales reales y fantásticos: leones, sirenas ave, etc.
La portada se abre al mediodía y es muy abocinada, con seis arquivoltas que destacan sobre la imposta muy destacada y columnas cilíndricas con capiteles decorados.
En este templo domina la arquitectura sobre la escultura y pudo concluirse a comienzos del siglo XIII.
Más información de la Iglesia de Navas de Bureba
Soto de Bureba
En esta comarca el románico de gran calidad
abunda y sería largo citar todos los lugares. Sin embargo
no podemos abandonar la comarca sin visitar el misterioso y sorprendente
templo de Soto de Bureba.
La iglesia de San Andrés de Soto de Bureba es una de las joyas de La Bureba y de todo el románico burgalés, aunque sorprende que no sea de los templos más conocidos, dada la calidad de su arquitectura y especialmente el amplio repertorio escultórico que nos ofrece.
La planta primitiva fue la habitual de una nave, tramos presbiterial y ábside semicircular, aunque posteriormente se añadió una nave suplementaria al lado norte.
La fábrica es de sillería. Su abovedamiento es noble, ya que la nave tiene medio cañón apuntado con arcos fajones. El ábside tiene ventanales es sus paños separados por haces de tres columnas (la central más grande que las colaterales) disposición frecuente en esta comarca.
Es obvio que los canecillos y capiteles del ábside tienen relación con la escuela silense. Predomina la temática zoomorfa donde animales reales y fantásticos (arpías, grifos, aves, etc.) se enredan en tallos vegetales.
De gran valor plástico e iconográfico es la superficie de los tres capiteles unidos perteneciente a uno de los haces de columnas. En él se aprecia un realista combate entre caballeros. También existe un lance entre caballero y dragón.
La primera sensación que obtenemos al plantarnos frente a su puerta (costado meridional) es de extrañeza por la forma de sus arquivoltas y la concentración escultórica de diversa temática, estilos y composición.
Las
arquivoltas son apuntadas y cobijan un tímpano de arco escarzano
que parece recompuesto.
Dichas arquivoltas llevan multitud de figuras colocadas en sentido
longitudinal de las arquivoltas. Estas estatuas son de distinto
tamaño, temática, características plásticas
y evidencian la intervención de manos distintas entre sí
y también diferentes a las que esculpieron los canecillos
y capitales de la cabecera.
Algunos
de los motivos labrados son animales fantásticos: dragones,
sirenas, arpías, cabeza de grifo y un unicornio que lleva
una inscripción que lo explicita, perfectamente conservada.
También hay un personaje de gran tamaño (ocupa varias
dovelas) que se encuentra encadenado. Hay otros personajes más.
Uno parece Cristo; otro el diablo; otro un soldado y destacable
es el conjunto de bustos de tres personajes que parecen conversar
entre sí. A ello hay que sumar un Agnus Dei.
Otro de los alicientes de esta puerta es la inscripción detallada que nos informa de la fecha de su construcción (Era de 1213, es decir, año de 1175) y de sus autores: Pedro de Ega y Juan Miquelez.
Piérnigas. Ermita de San Martín
La ermita de San Martín se encuentra a poco más de un kilómetro del pueblo de Piérnigas. Se llega por un mal camino de piedras. Pero la visita merece la pena.
La ermita ha sido restaurada recientemente y luce impecable.
Es un edificio de una nave y cabecera con presbiterio y ábside semicircular y portada en la fachada oeste. Toda la fábrica es de excelente sillería.
Lo más destacable es, sin duda, su aniconismo radical y premeditado. Los canecillos son de nacela muy poco acentuada, los ventanales y la puerta no tienen capiteles, ni siquiera cenefas o impostas decorativas.
Todo es puramente arquitectónico. Parece una iglesia muy influida por las ordenes monásticas y militares de gran presencia en el románico tardío español. No obstante no hay otros templos así en la Bureba, pues en todos encontramos una mayor o menos presencia escultórica, en algunos casos de gran calidad.
Más información de la Ermita de Piérnigas
Carcedo de Bureba
La iglesia románica de Santa Eulalia de Carcedo de Bureba es avistada lejanamente por hallarse encaramada en lo alto de la colina que cobija el pueblo por su costado norte.
Aunque con algunas modificaciones, conserva bastante bien su estructura original, destacando las armoniosas y clásicas hechuras de su cabecera y de la puerta del muro norte con capiteles figurados.
Lences y Castil de Lences
Lences y Castil de Lences son dos pueblecitos encantadores de la parte occidental de la Bureba, muy cerca de otra población de gran belleza como es Poza de la Sal.
En Lences la iglesia románica fue reemplazada por otra gótica cuyo ábside poligonal con ventanales apuntados tiene bastante interés.
Del templo románico queda la portada del muro meridional que parece haber sido desmontada y montada de nuevo en la reconstrucción gótica a tenor del aplastamiento patente de las arquivoltas que han perdido su semicircularidad. Las dos centrales están cubiertas de relieves dispuestos tangencialmente a dichos arcos -al modo gótico- y aunque la escultura está erosionada, se aprecian personajes y numerosos animales.
Se trata de un monumental ejemplar fechable a finales del siglo XII.
El visitante a esta iglesia parroquial de Lences se apercibirá rápidamente del pequeño y encantador puente medieval que está construido a pocos metros de la misma.
La iglesia del vecino pueblo de Castil de Lences también ha sufrido modificaciones aunque menos que la anterior.
Destaca su buena cabecera de elegantes proporciones y buena sillería de piedra toba (piedra porosa de tipo volcánico empleada en ocasiones para aligerar el peso) y la portada meridional, cobijada bajo porche, de cuatro arquivoltas y otros tanto pares de columnas.
Más información de la Iglesia de Castil de Lences
Río-Quintanilla
Río-Quintanilla es una aldea situada en el estrecho y verde Valle de las Caderechas.
A unos cientos metros de esta población encontramos la pequeña ermita de San Emeterio y San Celedonio, que es todo un canto al pintoresquismo y a la espiritualidad del románico rural. Está recostada sobre la ladera de un alto monte y aunque sus formas son populares guarda una gran armonía e integración con el paisaje que la rodea.
Más información de la Ermita de Río-Quintanilla
Monasterio de Oña
En La Bureba quedan otras muchas muestras más o menos importantes de románico. No obstante, pos su importancia histórica, política y religiosa, no podíamos dejar de citar aquí el Monasterio de San Salvador de Oña, cuyo complejo monumental fue casi reconstruido en gótico, pero conserva algunas estructuras plenorrománicas que dan fe de su importancia en el siglo XII.
Más información del Monasterio de San Salvador de Oña