Guía del Románico en el Alfoz de Burgos
Enlaces Relacionados
|
|
Como
ya indicamos en su apartado correspondiente, la ciudad de Burgos no
es una capital con demasiado patrimonio románico, pues el experimento
del gótico de su catedral tuvo tanto éxito y la ciudad
tal importancia bajomedieval que sus parroquias románicas fueros
sustituidas por la arquitectura ogival. De esta manera, si Segovia,
Soria, Ávila etc. son "ciudades románicas",
podemos aseverar que Burgos es una "ciudad gótica".
Sin
embargo, en su alfoz, la densidad de románico aumenta de manera
espectacular hasta alcanzar lo que es habitual en otras comarcas burgalesas.
No en vano, esta comarca del Alfoz de Burgos ocupa el centro provincial
y limita con otras tan emblemáticas en románico como
La Bureba, La Sierra de la Demanda, etc.
En esta página dedicada al románico del Alfoz de Burgos elegiremos las iglesias de Los Ausines, Revilla del Campo, Cojóbar, Arlanzón, Hurones, Quintanarruz, Santibáñez-Zarzaguda, Miñón de Santibáñez y Quintanadueñas.
Los Ausines
Los
Ausines es una población dividida en tres barrios. En dos de
ellos encontramos restos románicos. En el barrio de Sopeña
tenemos la iglesia parroquial, que fue original románica pero
fue reconstruida en gótico tardío. Se conserva la portada
románica y una bonita pila bautismal.
La
puerta tiene arquivoltas apuntadas. Una es zigzagueda y otra tiene
veinte esculturas radiales de músicos, bailarina, un personaje
a caballo y otras menos descifrables. Los capiteles están bien
tallados, con un grupo de personajes y dos parejas animales fantásticos.
El
interior está completamente reformado y muestra bóvedas
estrelladas tardogóticas. La pila sí es románica
y presenta arcos y columnas con hojas alargadas dentro.
En lo alto del cerro que domina el barrio de San Juan se encuentra la ermita de la Virgen del Castillo. Tiene una nave y ábside cuadrado.
La puerta está en el muro meridional. Tiene arquivoltas apuntadas poco abocinadas con decoración de taqueados y cuatro columnas con capiteles bastante erosionados, donde se dejan ver parejas de leones y aves.
Revilla del Campo
Cerca de Los Ausines encontramos la población de Revilla del Campo. A las afueras está la Ermita de San Juan que conserva partes del edificio prerrománico anterior y su perfecta cabecera de finales del siglo XI construida con magnífica sillería.
Cojóbar
Otra
de las aldeas cercanas a Burgos en dirección al sur es Cojóbar.
Su iglesia, dedicada a San Cristóbal, es un edificio curioso
por tener la nave de sillería y la cabecera de mampostería,
que es lo contrario a lo habitual, lo que puede indicar dos fases
constructivas distintas dentro del periodo románico.
El
templo se encuentra en buen estado de conservación (sólo
la espadaña de poniente y la sacristía del norte son
añadidos modernos) y aislada de otros edificios del pueblo
por lo que, a pesar de su rusticidad, produce gozo contemplarla.
La cabecera se asienta sobre un ancho zócalo y sus muros son lisos salvo por un ventanal que existe en el centro del hemiciclo.
La puerta está en el el muro sur y tiene arquivoltas agudas y cuatro columnas con capiteles vegetales.
Arlanzón
La iglesia de San Miguel de Arlanzón es uno de los edificios más notables de esta zona burgalesa. Sin embargo, al encontrase algo alejado no es de los edificios más conocidos, por lo que hemos dedicado un apartado propio en la sección de "Monumentos por Conocer"
Más información del Iglesia
de San Miguel de Arlanzón
Hurones
Hurones
es una población situada a escasos kilómetros de la
capital en dirección al noreste. La iglesia parroquial de Santiago
Apóstol es un templo del románico rural, pero muestra
con suma dignidad su armonioso y elegante ábside con sus clásica
articulación de columnas, ventanal y canecillos.
Quintanarruz
Buena iglesia es la parroquial de Quintanarruz, al norte de la ciudad de Burgos.
Como es habitual, es un edificio del románico rural tardío, con una nave y un ábside de forma semicilíndrica. Dicho ábside ya muestra su calidad mediante una buena sillería de dos tipos de piedra, siendo toba porosa la superior. Se articula mediante dos columnas sobre altísimos plintos. Tenía tres ventanales pero el central fue cegado. Los dos supervivientes tiene arco abocelado de medio punto y guardapolvos. En los timpanitos aparecen florones. De alguna manera, esta organización de elementos del ábside nos recuerda a la de San Pedro de Tejada.
La
portada, que se halla en el muro meridional también tiene muy
buenas proporciones y arquitectura. Dispone de arquivoltas semicirculares,
la más externa con gigantescas puntas de diamante. Los capiteles
están bastante desgastados, pero se aprecian grifos, una escena
de combate, serpientes devorando a un hombre y una cabeza con tallos
saliendo de la boca.
También hay que prestar atención a los canecillos puesto que -aunque muchos son geométricos- los hay figurados y bastante interesantes.
Santibáñez-Zarzaguda
Quien visite la iglesia de San Nicolás de Bari de Santibáñez-Zarzaguda puede llevarse la sorpresa de encontrar un edificio de fría arquitectura clasicista.
Sin
embargo, en la portada principal, encima del reloj hay encastrados
una serie de relieves románicos procedentes de de otro templo.
Se trata de una buena obra escultórica formada por un Maiestas
Domini en su característica mandorla rodeada por los Cuatro
Evangelistas. A ambos lados hay cuatro apóstoles. El desigual
tamaño -mucho más grandes los apóstoles- hace
suponer que proceden de lugares distintos de la iglesia románica
original.
El conjunto es muy expresivo y agradable. Lástima que se encuentre tan alto, lo que impide su contemplación detenida salvo que se disponga de cámara con teleobjetivo o prismáticos.
Tanto en el muro del atrio como en el interior del templo se conservan otros relieves que debieron proceder del mismo monumento desaparecido y que de conservarse debería haber constituido una o de los grandes hitos del románico burgalés. Dentro, hallamos a un San Miguel alanceando al dragón y a hombre cautivo, atado de pies y manos a un poste.
Miñón de Santibáñez
La
iglesia de Miñón de Santibáñez es una
de las muy agradables sorpresas de este recorrido por el románico
del Alfoz de Burgos. Aunque conserva la cabecera y otros elementos
del estilo, rápidamente el interés se centra en su curiosísima
portada.
Una reforma posterior casi nos priva de ella pues un muro tapa el extremo oeste de la misma. Se trata de una puerta de anchas arquivoltas apuntadas, dos de ellas decoradas con prominente zigzagueado y picos resaltados Son las otras dos restantes las que centran toda nuestra atención.
La arquivolta interior tiene once medallones circulares donde se tallaron animales y figuras a bajorrelieve de gran belleza y cuya interpretación se aproxima a la de un zodiaco. La talla es de gran expresividad y sobresalen los escorzos que los animales han de hacer para adaptarse al marco circular en que se inscriben.
La
tercera arquivolta es también muy expresiva, aunque parece
de manos muy distintas pues las figuras que esculpió este artista
aparecen en un altorrelieve muy acentuado. Las cabezas de los personajes
tiene una característica forma de gota y sus rostro evidencian
esquematismo en los rasgos: ojos almendrados saltones, nariz triangular
y boca pequeña sólo incisa sin labios. Estos personajes
son, en su mayoría, músicos, bailarinas o contorsionistas.
Aunque hay un grupo de tres que semejan a un rey, un monje y un anciano.
Quintanadueñas
En la iglesia de San Martín de Quintanadueñas hay incrustado un relieve románico con Pantocrátor y Tetramorfos que se empeñan en relacionar tópicamente con Carrión de los Condes o el más cercano de Santibáñez-Zarzaguda, cuando sólo coinciden en la iconografía pues estilísticamente son de manos completamente distintas.