Castillos de Navarra
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Navarra contó con buenos castillos aunque lo que ha llegado a la actualidad es un patrimonio mucho más escaso, a lo que no es ajeno la intervención del cardenal Cisneros al ordenar derribar y desmochar las fortalezas navarras en 1516.
Todavía es conmovedora, en este sentido, la leyenda de la humillación que sufrieron las tropas del coronel Villalba cuando fueron expulsadas del castillo de Marcilla por Ana de Velasco cuando pretendían cumplir las órdenes destructoras del Cardenal.
Citamos en nuestra breve descripción de los castillos de Navarra, los de Olite y Javier y Marcilla. También el cerco de Artajona y la iglesia fortificada de Santa María de Ujué, aún a sabiendas de que hay mucho más dignos de mención, sin ir más lejos, el emblemático castillo palacio del Príncipe de Viana de Sangüesa.
Castillo de Javier
El castillo de Javier fue cuna en 1506 de San Francisco, uno de los siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas. Hoy el castillo es propiedad de los jesuitas.
El nacimiento del castillo hay que encuadrarlo como atalaya o torre de vigilancia durante los siglos X y XI, correspondiente a la Torre del Homenaje o de San Miguel. A partir de ahí se fueron añadiendo innumerables dependencias desde los siglos XI al XVI dando una estructura semicircular con dos torres laterales.
En 1516 el Castillo de Javier fue parcialmente destruido por orden del Cardenal Cisneros (fueron desmochadas las torres, cegados los fosos y derribadas las murallas exteriores).
Entre 1892 y 1952 se acometió la reedificación de las partes alteradas devolviendo casi a su estado original ya que fue inventada una basílica de estilo ecléctico del arquitecto Ángel Goicoechea.
Ineludibles son las visitas de las capillas de San Miguel, del Santo Cristo, el cuarto del santo, la basílica (a pesar de ser moderna) y en general todas las dependencias que sirven de museo medieval.
Castillo de Olite (Palacio Real de Olite)
El Castillo Palacio de Olite fue mandado levantar por Carlos III el Noble de Navarra en el apogeo de su reinado. Su proyecto fue construir un palacio fastuoso, que incluía el exotismo de albergar hasta animales traídos de lejanos países como jirafas, leones, búfalos, etc. y de realizar auténticos jardines tropicales colgantes de sus muros mediante un refinado sistema móvil de toldos para protegerlas del frío invernal.
Además este rey contrató toda una corte de artistas de las más dispares procedencias para embellecer el edificio.
El viajero alemán Münzer llegó a decir al presenciarlo
"...no hay rey que tenga un palacio ni un castillo más hermoso, de tantas habitaciones doradas".
Sin embargo, las guerras sufridas en los siglos XVIII y XIX en tierras navarras arruinaron lamentablemente el edificio que fue restaurado (mejor sería decir reconstruido) con criterios historicistas tremendamente abusivos, por lo que es difícil interpretar que lo que hoy vemos tenga relación directa con lo que hubo.
Aunque la parte más atractiva de Olite se encuentra al oeste del castillo, puesto que es aquí donde se encuentra el casco antiguo con las iglesias románico-góticas de San Pedro y Santa María, es recomendable salirse del núcleo de Olite y situarse al este del palacio.
Es de esta manera como podemos apreciar los enormes volúmenes escalonados de este complejo militar y señorial.
Castillo de Marcilla
El Castillo de Marcilla es uno de los más grandes y espectaculares de Navarra.
Se sitúa en el corazón de la población. Parece que su origen hay que centrarlo en la primera mitad del siglo XV, durante el reinado de Carlos III el Noble.
Es, por tanto, un castillo-palacio gótico construido con ladrillo sobre una basamento pétreo, de forma cuadrada con torres en las esquinas y centro de cada lienzo, salvo en el muro sur donde hay una galería.
Se ha recuperado el profundo y amplio foso que lo rodeaba, lo que incrementa la espectacularidad de su estampa.
El Cerco de Artajona
Artajona es una histórica y monumental población de la Navarra Media.
Entre su rico patrimonio medieval destaca su famosos cerco o muralla y las iglesias góticas de San Saturnino y San Pedro.
El Cerco de Artajona y la iglesia fortificada de San Saturnino forman un conjunto de extraordinaria belleza. Cuando nos acercamos a este binomio monumental nos alcanza una sensación extraña de no estar ante una muralla e iglesia gótica españolas.
Realmente, la estética de ambos monumentos nos lleva a la arquitectura gótica francesa. Y es que Artajona fue donada a los canónigos de la catedral francesa de Toulouse y fueron estos quienes se ocuparon de su edificación.
Originalmente la cerca de Artajona data del siglo XI, aunque lo que hoy vemos es atribuible al siglo XIII, fecha en que es construida la iglesia de San Saturnino. También fue retocada en tiempos de Carlos II "El Malo" (Siglo XIV)
El Cerco de Artajona esta formado por lienzos de muralla que siguen un trazado irregular, salpicados por altas y esbeltas torres prismáticas con acanalamiento interior (huecas y abierta al interior del recinto). De estos cubos que eran catorce, se conservan nueve.
El Cerco de Artajona se abre mediante dos puertas, la de San Miguel y Remahua.
Una vez dentro del cerca es inexcusable la visita a la inmediata iglesia de San Saturnino, con su monumental fachada formada por la gran portada, un rosetón y dos arquerías decorativas. El resto del edificio, de tan solo una nave y esbelta torre, denota la verticalidad y pericia del gótico francés.
Iglesia-Castillo de Santa María de Ujué
La visita a Ujué es una de las más satisfactorias que se pueden hacer a Navarra. Y el caso es que ya antes de llegar a este pueblo medieval debemos pasar por otro de parecida belleza e importancia que es San Martín de Unx, con lo que el goce es doble.
Ujué es un pueblito de intenso sabor medieval, de calles tortuosas y empinadas, y construcciones de piedra lo que le presta un nobilísimo aspecto.
Está coronado por su famoso conjunto de castillo e iglesia que supone uno de los rincones más hermosos y románticos de toda España.
La iglesia fue románica de la que se conservan tres soberbios ábsides y una magnífica Virgen románica de finales del siglo XII
En el siglo XIV, durante el reinado de Carlos II, las naves románicas se sustituyeron por una única y amplia nave gótica, incluyendo la gran portada meridional, las torres y galerías y el envoltorio" fortificado.
La portada gótica del sur es magnífica como lo es la delicada terraza o Paso de Ronda, lujosamente abovedada y decorada con múltiples escultoras, incluyendo los símbolos de las evangelistas en una de las esquinas.
La cabecera románica citada no es visible al exterior pues, como ya dijimos, se rodeó de una muralla perteneciente a la fortaleza del siglo XIV, aunque entre ésta y los ábsides hay un estrecho pasillo al que se puede acceder para contemplar la magnífica obra románica.
También hay que resaltar en esta iglesia fortaleza de Ujué las dos soberbias torres almenadas (Cuatro Vientos y los Picos) que rematan el conjunto.
Tanto San Martín de Unx como Ujué muestran, en la estructura de su conjunto urbano y en sus monumentos específicos, una indiscutible relación con otras poblaciones históricas de las vecinas Cinco Villas aragonesas (como Uncastillo y Sos del Rey Católico).