Guía del arte románico tardío y gótico en Brihuega
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La
ciudad de Brihuega es denominada románticamente
"El jardín de la Alcarria" por su gran belleza.
Brihuega conserva restos de su castillo y tres construcciones románicas muy tardías de la primera mitad del siglo XIII, en los años del obispado de don Rodrigo Ximenez de Rada, formando un trío de gran homogeneidad.
Nos referimos a las iglesias de San Felipe, Santa María de la Peña y San Miguel.
Se
trata de construcciones urbanas, de tres naves y grandes pretensiones
arquitectónicas, alejadas de la humildad de los templos rurales
de la Alcarria.
Al contrario que éstos, apegados a estructuras plenamente románicas, los templos briocenses incorporan variados elementos del gótico que se empieza a conocer en España, traído a estas tierras de la Alcarria por el arzobispo toledano:
Sin embargo, esta arquitectura de transición de Brihuega no logran zafarse de una general tradición románica.
Por
ello a estos templos se les ha calificado con términos tan
confusos, incluso imprecisos, como “protogóticos” y “de transición
al gótico”.
Iglesias de Brihuega
San Felipe
San
Felipe es una iglesia situada junto a uno de los muchos y agradables
jardines de Brihuega.
Es un templo urbano de tres naves con bóvedas de crucería.
Las nave central remata en largo presbiterio recto con bóveda
de cañón apuntado sobre arcos fajones y ábside
semicircular con bóveda de cuarto de esfera. Por tanto es la
cabecera lo que mejor conserva los rasgos románicos.
En el muro meridional hay una bella portada de cinco arquivoltas apuntadas, con guardapolvos de puntas de diamante.
Cuatro
pares de columnas forman los apoyos. La fachada occidental es lo más
bello del templo. En lo alto de los muros de las naves laterales hay
sendos óculos con su moldura interna formando una estrella
de seis lóbulos.
En la parte superior del muro correspondiente a la nave central existe un rosetón circular con varias molduras y guardapolvos de puntas de diamante. Las tracerías forman una preciosa estrella de seis puntas.
Bajo éste se abre la puerta principal, también sobre arimez escoltado por contrafuertes y tejaroz sostenidos por canecillos zoomórficos. Es similar a la meridional, con arquivoltas apuntadas rematadas por chambrana de puntas de diamante y cinco pares de columnillas separadas por jambas con igual decoración.
Más información de la Iglesia
de San Felipe, Brihuega
Santa María de la Peña
La
iglesia de Santa María de la Peña se sitúa junto
al castillo de Brihuega, en uno de los más románticos
lugares de toda la ciudad, rodeado de jardines y miradores.
Se trata de una iglesia de tres naves con tres tramos.
Cobijada bajo un porche moderno, se encuentra una preciosa
puerta de transición del románico al gótico con
cuatro arquivoltas apuntadas y tímpano rebajado con dos arcos
apuntados simétricos con tres óculos, siendo el central
un pequeño rosetón circular y tetralobulado.
La cabecera, que forma el remate de la nave central,
tiene un presbiterio rectangular y el ábside poligonal. En
cada vértice de este polígono de cinco lados existe
un poderoso contrafuerte escalonado. En los paños murales se
abren elegantes y largos ventanales con vano de medio punto rodeado
de cuatro arquivoltas y guardapolvos de punta de diamante.
En el interior el arco triunfal es apuntado, y da acceso al presbiterio con columnas y bóveda también de crucería. El ábside poligonal se cubre con bóveda nervada.
Más información de la Iglesia
de Santa María de la Peña de Brihuega
Románico en las cercanías de Brihuega
Valdeavellano
Valdeavellano
es un pueblecito muy cercano a Brihuega. Pero no hay que fiarse de
la distancia del mapa, ya que la carretera que lleva desde Brihuega
hasta Valdeavellano pasando por Valdesaz es un infierno de baches
casi impracticable, por lo que el rodeo necesario consume bastante
tiempo.
Pero no esto no debe ser impedimento para realizar la visita pues esta iglesia tiene interesantes elementos que harán que merezca la pena el desplazamiento.
La iglesia de Valdeavellano fue de una nave y ábside
semicircular de mampostería, que se conserva. Pero en tiempos
góticos se abrió una nueva nave al norte y sufrió
otras reformas, como la construcción de la galería porticada
de arcos agudos que se encuentra en el costado sur.
Afortunadamente
se respetó la preciosa portada románica del muro meridional.
Tiene seis arquivoltas de medio punto decoradas con finos baquetones,
zigzagueado, ochos entrelazados y pequeños lóbulos.
Los capiteles de las cuatro pares de columnas son en su mayoría vegetales o geométricos, pero hay dos interesantes que muestran escenas simbólicas de pastores y ovejas.
En el interior se conserva una pila bautismal románica con una cenefa de ochos como la de la portada.