Historia de los Anglos, Sajones y Jutos
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Britania no había sufrido una romanización tan intensa como las Galias o Hispania, por lo cual, la partida en 406 del grueso de los ejércitos romanos en el contexto de la usurpación de Constantino III, no supuso una desarticulación tan visible de las estructuras sociales o políticas, dado que se asistió a una rápida y nada traumática reasunción del poder por parte de los reyes indígenas.
A diferencia de lo que ocurría en el Continente, el mayor peligro al que se enfrentaban estos reyes indígenas no eran tanto los germanos, como fundamentalmente los pictos y escotos provenientes de la actual Escocia - a donde, quizás, habrían llegado desde Irlanda -. Es por esto que jefes celtas como Vortigerno, se verían obligados a llamar en su ayuda a contingentes germanos, formados por anglos, sajones y jutos.
Así, la conquista anglosajona tuvo dos etapas:
No habiendo llegado como un pueblo, sino como simples bandas de guerreros, los anglosajones se dividirán en diversos reinos liderados por un jefe militar, al modo de los lombardos. Así, surgirán diversos reinos, como los de Kent, Essex, Sussex, Wessex, Anglia Oriental, Mercia y Northumbria, lo que se conoce como la heptarquía anglosajona. En ocasiones, uno de estos reyes conseguía hacerse con la hegemonía, siendo conocido como el bretwalda.
La llegada de nuevas oleadas migratorias germánicas, la inexistencia de otros poderes fuertes que pudieran aniquilarles, la progresiva cristianización y el hecho de que la Iglesia dotara a estos reinos de un modelo organizativo sólido, contribuirá a la consolidación de una Britania anglosajona hasta que en el S. XI Guillermo de Normandía conquistara la isla.
(Autor del texto del artículo/colaborador
de ARTEGUIAS:
Jorge Martín Quintana)