Guía del Románico en Benavente y Tierra de Campos de Zamora
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El
cuadrante nororiental de Zamora, delimitado por el Duero y el Esla,
queda incluido en la extensa comarca conocida como "Tierra de Campos"
, los antiguos "Campos Góticos".
Desde mediados del siglo XII, el poderoso monasterio de Moreruela ejerce sobre esta comarca una importantísima influencia material y espiritual.
A pesar de la importancia de este monasterio arruinado,
no debemos dejar pasar la ciudad de Benavente con algunos monumentos
peculiares dentro del románico zamorano.
En
concreto, en esta sección hemos elegido las siguientes construcciones:
Santa María del Azogue y San Juan del Mercado, ambas de Benavente
y la extraordinaria iglesia del Monasterio de Moreruela.
Santa María del Azogue de Benavente
Santa María del Azogue es una Iglesia situada
en el corazón de la ciudad de Benavente y su nombre denota
la proximidad al mercado medieval.
Santa María del Azogue fue iniciada en estilo románico, a partir de 1180, en tiempos del reinado de Fernando II, dando tiempo a construir la cabecera, los muros perimetrales incluyendo las puertas y parte de las estructuras bajas del interior. Sin embargo, las obras de tan ambicioso edificio quedaron paralizadas a mitad del siglo XIII, lo que obligó a ser continuadas y finalizadas en siglos posteriores.
Se trata de un muy ambicioso proyecto tardorrománico de templo de tres naves, transepto acusado en planta y alzado, cabecera de cinco ábsides y torre campanario en el costado septentrional.
Lo
más interesante es la monumental cabecera formada excepcionalmente
por cinco ábsides rítmicamente escalonados precedidos
por presbiterios profundos. Los tres ábsides centrales son
prolongación natural de las correspondientes naves, mientras
que los dos más extremos se abren en los brazos del transepto.
Su articulación a base de columnas e impostas
se engalana con ventanales de arco de medio punto sobre columnillas.
La cornisa del ábside central y colateral norte es achaflanada
y gravita sobre un friso de arquillos trebolados que apean sobre
ménsulas piramidales, como en frecuente en el románico
zamorano y gallego. Sin embargo, en los dos absidiolos meridionales
y el extremo septentrional, los arcos son de medio puntos y las
ménsulas muestran otras geometrías, incluso sin faltar
las historiadas, donde se aprecian cabezas humanas y de animales.
Los
hastiales del crucero se abren con sendas portadas de riquísima
decoración.
Es especialmente notable la meridional. Tiene un tímpano
con el cordero místico rodeado por cuatro ángeles
turiferarios con sus respectivos incensarios, siguiendo la estela
del conocido de San Isidoro de León. La arquivolta que lo
rodea muestra a Eva desnuda junto a la serpiente simbolizando el
pecado original, seguida de Cristo en la clave rodeado por los cuatro
evangelistas (león, ángel, águila y buey).
A la derecha continúa la figuración con la estatua
de la Virgen María y un mascarón vomitando tallos.
Queda claro el mensaje de que al pecado original se contrapone el
sacrificio de Jesús (Agnus Dei) como redentor de los hombres.
La puerta norte es más sencilla y su escultura distanciada
de la anterior portada. Tiene cuatro arquivoltas de medio punto
muy decoradas con pinzas, florones, arquillos sobre baquetón
y zigzagueados formado rombos. Las jambas interiores llevan en su
parte superior dos parejas de leones esculpidos de manera esquemática
a bajorrelieve. Uno de los capiteles del flanco derecho también
tiene una arpía esculpida.
Una
vez en el interior, la iglesia de Santa María del Azogue
de Benavente se nos muestra como un templo de amplísimas
dimensiones, muy oscuro y una arquitectura algo confusa para tratarse
de un templo románico.
La razón de este hecho es que las obras, al quedar interrumpidas en el siglo XIII obligaron a ser finalizada ya en tiempos del gótico, como se aprecia en las bóvedas de crucería y en la mayoría de los capiteles góticos que observamos, salvo los de la cabecera que sí son del siglo XII.
Estos
capiteles son de muy bonitos. Muestran grandes hojas similares a
helechos con volutas en las esquinas. Aunque la talla es biselada
en bajorrelieve, su simetría y delicadeza ofrecen un resultado
noble y elegante. También hay que fijarse en los trazados
zigzagueantes y perlados de la separación de los ábsides
meridionales. Tal decoración la hemos visto también
en la puerta norte y es de gran plasticidad.
No
cabe duda, por tanto, que Santa María del Azogue de Benavente
es una de las iglesias tardorrománicas castellanas de mejor
porte y agradable de visitar.
Santa Juan del Mercado de Benavente
Benavente tenía otros muchos restos románicos
pero lamentablemente la incuria pasada ha acabado con ellos, salvo
la magnífica iglesia de San Juan del Mercado.
La iglesia de San Juan de Benavente es un buen templo románico
iniciado en 1181 bajo la tutela de la Orden Hospitalaria de San
Juan. Algo similar sucedió aquí, aunque de consecuencias
más drásticas, que lo acaecido en Santa María.
Se sabe que a mediados del siglo XIII las obras quedaron estancadas
cuando se había finalizado la cabecera, las parte inferiores
de los muros meridionales, con sus tres puertas y el arranque de
algunos pilares interiores. Las obras no se reanudaron hasta el
siglo XVI y lo construido se hundió en el XVII, momento en
que se remató la iglesia en ladrillo. Esta es la razón
del contraste de color y material que se aprecia en distinta partes
de la iglesia como, por ejemplo, en el hastial occidental.
El
proyecto románico de San Juan del Mercado era el de alzar
un edificio de tres naves finalizada en una cabecera de tres ábsides
escalonados de semitambor con ventanales de decoración jaquesa.
Como ya adelantamos, son tres las portadas que se abren en los muros exteriores. La principal es la del costado meridional gracias a su riqueza escultórica a pesar de que todo indica que fue remontada durante una de las muchas reformas que sufrió esta iglesia. El tímpano muestra la escena de la Adoración de los Reyes Magos, aunque su composición es irregular debido a la recolocación de los sillares y las esculturas. En el centro aparece la Virgen con el Niño. La fecha tardía a la que corresponde este conjunto justifica la posición de Jesús sobre la pierna izquierda de María. Los tres magos aparecen a su derecha en posturas algo forzadas. En el flanco contrario y separado del resto se muestra a San José dormido y apoyado sobre su bastón.
Más interés ofrece la arquivolta que envuelve el tímpano y que seguramente tiene algunas dovelas cambiadas de orden, lo que genera cierta confusión en su iconografía. No obstante es fácil apreciar, además de figuras de arpías y aves, el complemento a la historia de la Natividad de Cristo que hallamos en el tímpano. En el lado izquierdo del tímpano aparecen los tres reyes magos ante Herodes que está acompañado de un soldado en representación de la futura matanza de los inocentes. También aparece la estrella que guía a aquéllos hacia Belén junto a varios ángeles. Uno de ellos está mal recolocado, pues seguramente estaría junto a las tres figuras de la derecha que son los magos durmiendo en la escena y les indicaría en sueños la conveniencia de no regresar a Herodes.
Las
arquivoltas son soportadas por tres parejas de columnas que en su
parte superior tienen adheridas estatuas de bulto casi redondo que
representan profetas y otros personajes del Antiguo Testamento,
como Jeremías, Isaías, Salomón, el Rey David
y Moisés. La otra estatua restante sería San Juan
Bautista, que lleva como ropa una gruesa piel de camello.
Las mochetas de la puerta son la cabeza de un bóvido, que representa a San Lucas, como reza una inscripción adjunta y un ángel ya casi gótico, que representa a otro evangelista, San Mateo, que lleva su evangelio con una inscripción alusiva.
Las otras dos portadas (occidental y septentrional) son más sencillas, sin tímpano, destacando la decoración de tipo esquemático a base de lóbulos y entrelazados. Uno de los capiteles tiene esculpido la escena caballeresca del caballero que se despide de su dama antes de partir al combate.
El interior muestra las consecuencias de reformas y derrumbes, quedando de época románica, básicamente, los tres ábsides de la cabecera con sus ventanales.
Monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela
El
antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela,
se encuentra cerca de la población "Granja de Moreruela"
a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Zamora y no muy
alejado de la ciudad de Benavente.
Moreruela fue refundado en el siglo XII a partir de uno de los centros
conventuales que se crearon en tiempos de Alfonso III (finales del
siglo IX), fue uno de los más destacados focos medievales
del Císter en España.
La iglesia cuya construcción data de la segunda mitad del siglo XII, parte de un estilo románico puro evolucionado a lo ojival.
Lo más destacable y además mejor conservado
es la cabecera de la iglesia monasterial.
Tiene una armónica superposición de tres niveles.
El primero está compuesto por siete pequeños ábsides o capillas radiales. El segundo por la girola poligonal que rodea el ábside central y se cierra con bóvedas de ojivas, mientras que el tercero se corresponde con el gran ábside de la Capilla Mayor.
Esta capilla es alzada interiormente sobre ocho poderosas columnas en semicírculos que sustentan arcos apuntados, sobre los cuales se abren esbeltos ventanales y, más arriba, se eleva una bóveda de cañón.
Se conservan varias puertas muy sobrias con arquivoltas de medio punto, el arranque de los pilares y restos destrozados del resto de dependencias.
Más información del Monasterio
de Moreruela