Monasterio de Santa María de Estíbaliz (Álava)
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Introducción
En
esta página nos vamos a centrar en uno de los monumentos más
importantes de la arquitectura medieval en el País Vasco: el
Monasterio de Estíbaliz, así como de otras dos iglesias
muy próximas: Argandoña y Lasarte.
Desde el punto de vista geográfico, nos encontramos en los aledaños meridionales de la ciudad de Vitoria. En este sentido, hay que recordar que, si bien la propia capital alavesa no cuenta con apreciables restos románicos (los debió de tener y numerosos, pero fueron reemplazados), los alrededores sí están bien concurridos de iglesias y restos de un románico tardío muy preciosista y elegante.
El Monasterio de Estíbaliz
Como
sucede en casi todos los monasterios románicos bien conservados,
cuando se llega al de Santa María Estíbaliz en horas
de quietud y soledad se respira un clima espiritual de primer orden.
Sobre todo si se visita en una hora tranquila sin demasiado público
visitando el monumento.
El uso monástico actual data de 1923 cuando una comunidad benedictina la ocupó, pues la originaria se extinguió en el siglo XVI después de ser fundada en el XI. Durante el lapso de tiempo que no acogió monjes sirvió de iglesia parroquial.
Proceso constructivo
La
iglesia actual debe ser fruto de un proceso constructivo que abarca
desde mitad del siglo XII (cabecera y transepto con sus famosos capiteles
historiados) hasta comienzos del XIII por las características
evolucionadas y la profusa decoración de alguna de sus partes
como, por ejemplo, la puerta meridional.
En
efecto, hay que datar esta puerta alrededor del 1200 puesto que la
iglesia de Colina de Losa ((Merindades de Burgos) es un templo vinculado
a Estíbaliz y contamos con la data de 1207.
Aunque el proyecto original sería de tres naves y cabecera de tres ábsides, el devenir de la construcción, por alguna causa desconocida, se simplificó reduciendo a una sola nave el cuerpo de la iglesia.
Además,
cuenta con una nave de transepto no acusado en planta y una cabecera
de tres ábsides.
Hay que decir que, según descripciones de autores de los siglos XVIII y XIX, existió un pórtico ante la puerta meridional de la que luego nos ocuparemos y también un pequeño claustro o quizás otro pórtico en el costado septentrional, ambos desaparecidos en la actualidad.
Según estas descripciones, el hastial occidental contaba con una puerta muy bella y decorada, posiblemente de tipología similar a la del sur. Desgraciadamente, debió deteriorarse y arruinarse junto a algún tramo de los pies. De hecho, la fachada occidental con su puerta de grandes arquivoltas más los primeros metros de la nave no son auténticos sino fruto de una reconstrucción historicista posterior.
Exterior
La Cabecera
Estíbaliz
cuenta con una cabecera de tres ábsides, siendo el central
bastante más grande que los colaterales.
El de la Epístola (sur) tiene un ventanal con una arquivolta con grandes tacos cilíndricos más dos columnas con uno de los capiteles prácticamente perdido y el otro de volutas.
El ábside central cuenta con dos columnas que no llegan hasta el alero pero carece de ventanal en la actualidad.
El
ábside del Evangelio (norte) es similar al sur pero también
carece de ventana de iluminación.
Los canecillos de la cabecera muestran un variado repertorio de temas habituales del románico: personas y animales, varios de ellos de anatomía fantástica.
La Puerta meridional
La
llamada "Puerta Speciosa" se ubica en el hastial meridional del crucero.
Se abre sobre un estrecho arimez mediante arcos apuntados sobre columnas
cuyos fustes están todos labrados.
Si observamos con detenimiento el trazado de sus arcos y los detalles decorativos de sus dovelas, pronto advertimos que parece que esta puerta fue desmontada y vuelta a reconstruir o que sufrió algún tipo de alteración.
Encima del alero con los canecillos del quitalluvias existe un enorme y monumental ventanal algo más pequeño que la puerta, con tres arquivoltas de medio punto. El esquema es rematado por una hermosa espadaña de dos huecos para las campanas.
Es evidente que el juego de líneas horizontales y verticales de este conjunto es francamente armonioso y fotogénico.
Volviendo a la puerta propiamente dicha, dispone de tres arquivoltas muy decoradas con besantes, tallos sinuosos que forman óvalos, palmetas, etc.
Los fustes, que crearán escuela en gran parte del románico de la zona, están bellamente decorados con cesteado y flores tetrapétalas con botones entre ellas, conformando una especie de red de círculos.
Por
su parte, los capiteles son vegetales -finamente labrados con profusión
del trépano- a excepción de uno del lado este con una
cabeza humana barbada aparece entre una maraña de entrelazos.
Más interés tienen las jambas interiores completamente labradas. La izquierda es un conjunto de delicados tallos ondulantes y en el extremo superior un relieve de Maiestas Domini que parece imberbe bendiciendo con el Libro de la Vida.
La jamba opuesta es aún más completa puesto que los citados tallos envuelven a varios personajes humanos.
Para terminar, indicaremos que hay una serie de esculturas empotradas como un atlante agachado que esforzadamente soporta con sus manos y espalda un capitel corintio.
Con todo, el relieve más importante es el de la escena de la Anunciación, en la enjuta derecha. San Gabriel se encuentra a la izquierda con alas y cabeza de cabellos rizados mientras que María se ubica al lado derecho. Ambos se encuentran bajo sendos arcos.
Interior
Nave y transepto
La
nave tiene bóveda de medio cañón rehecha imitando
la original.
El brazo meridional del transepto se aboveda con medio cañón, mientras que el norte ya lo hace con crucería. El espacio del crucero se aprovechó para elevar un pequeño cimborrio con un ventanal en cada uno de los cuatro muros verticales. En lugar de la habitual bóveda cupuliforme románica se cubrió con bóveda de crucería sencilla cuatripartita.
Cabecera
Los
tres ábsides se articulas y abovedan al modo habitual, siendo
el más bonito el de la Epístola, gracias a su bello
ventanal en medio del hemiciclo.
Precisamente en esta capilla meridional se ha dispuesto la pila bautismal, de tipo caliciforme, con la copa decorada con estructuras arquitectónicas en la parte superior (Jerusalén Celeste) soportadas por arquillos trilobulados y columnas donde se cobijan diversos relieves: rostros humanos, leones, aves, etc.
El pie se encuentra muy deteriorado. Constaba como núcleo de un tronco cilíndrico rodeado por con cuatro columnas.
El
ábside central está presidido por la famosa y querida
Virgen de Estíbaliz. Se trata de una talla románica
en madera policromada que representa a la Virgen María como
Sedes Sapientiae (trono de sabiduría) de Jesús.
Los ocho capiteles de los arcos torales
En el interior, de los ocho capiteles románicos correspondientes a los arcos torales, cuatro son de temática vegetal-geométrica (los correspondientes a la nave) y los otros cuatro figurados (los más próximos a la cabecera).
Pecado Original
El capitel muestra momentos sucesivos
de este pasaje del Génesis: la serpiente enrollada al árbol
sagrado le acerca la manzana a Eva y Adán se la come.
A la izquierda aparecen los primero padres con hojas de parra para tapar su desnudez tras la comisión del pecado.
Expulsión del Paraíso
Un
ángel nimbado conduce a Adán y Eva fuera del Paraíso.
En otro lado del capitel un ángel indica el camino a una puerta
abierta, portando una espada.
Anunciación
A la izquierda la Virgen María levanta su mano y con la otra recoge una filacteria que ocupa el centro del capitel junto a un árbol. A la derecha San Gabriel sujeta la misma cartela. La inscripción de la misma es: "AVE MARIA, GRACIA PLE(NA)"
Pecados de la lujuria y la avaricia
en el lado izquierdo, una mujer es atormentada por una serpiente y un sapo que muerden sus pechos mientras un demonio la cosa con un tridente.
A la derecha aparece un hombre con una enorme bolsa al cuello de la que tira otro demonio. Este avaro lleva en su mano derecha un objeto circular hueco que se interpreta como un cedazo o una rueda de molino, herramientas ambas propias de los molineros que, con frecuencia, ejemplificaban la usura y avaricia por los altos precios que fijaban para su uso.
Los capiteles vegetales
Los capiteles vegetales tiene la característica común del complejo y abigarrado diseño, así como una talla a bajorrelieve más propia de la eboraria que de la escultura en piedra.
Uno de ellos no sólo se centra en lo vegetal y geométrico sino que incorpora en el centro de su cesta cuadrúpedos cuyos cuellos terminan en una inquietante cabeza común.
La influencia de Estíbaliz
La Puerta Speciosa de Estíbaliz, con su minuciosa escultura digna del trabajo en marfil, que alcanza hasta los fustes de las columnas, tuvo une influencia muy acusada en casi todo el románico vasco e incluso llegó a territorios más alejados, como las actuales provincias de La Rioja, Burgos y Navarra. Ya hemos citado el caso burgalés de Colina de Losa pero no es el único, pues podemos citar del mismo modo la puerta riojana de Ochánduri.
Otras iglesias interesantes cercanas a Estíbaliz
Argandoña
El templo de Argandoña está a pocos cientos de metros de distancia con respecto al Monasterio de Estíbaliz.
De una sola nave, destaca su poderosa cabecera de sillería bien ajustada. El tambor absidal se estructura mediante cuatro columnillas finas. Los motivos historiados de los capiteles son un sacerdote, un castillo, un rostro humano masculino, una cabeza femenina con tocado y un águila atrapando un conejo.
En el centro hay un hermoso vano rodeado de tres arquivoltas ( la más externa con angrelado) sobre otras tantas columnas.
En el muro meridional de la nave hay una puerta pequeña de arcos apuntados y columnas de fustes decorados influidos, como en gran parte del románico de Álava, por la Puerta Speciosa del Monasterio de Santa María de Estíbaliz. El único capitel que no es vegetal nos muestra un cuadrúpedo atrapando con una de sus patas delanteras a una serpiente.
Lasarte
En
la iglesia de Lasarte, tras las reformas de siglos posteriores, queda
sólo una ventana de gran hermosura y cargada de simbolismo.
Presenta cinco arquivoltas de medio punto muy decoradas
con finos tallos vegetales. Los apoyos son seis estatuas-columna que
rodean la estrecha saetera.
En el interior se repite la misma disposición, sumando doce figuras humanas que representan a los apóstoles.
Todos ellos rodean la luz que entra por su eje, simbolizando a Cristo.