Gótico en Europa. Introducción
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El término 'gótico' fue aplicado por el tratadista italiano del Renacimiento Giorgio Vasari otorgado con un sentido peyorativo, entendiéndolo como equivalente a obra de bárbaro, desproporcionada y artificiosa. También fue conocido en el Siglo XVI con el nombre de "estilo moderno", por oposición al estilo antiguo, el Renacimiento.
A
mediados del Siglo XII se inicia en el en torno a París,
un movimiento cultural que influirá de manera significativa
a toda Francia y a la Europa cristiana. Un nuevo espíritu
del desarrollo de las ciudades, el intercambio comercial y la aparición
de nuevas órdenes religiosas favorecen su evolución.
En ella se van asimilando elementos unificadores en cada país,
pero con matices diversos en cada uno de ellos.
Los orígenes de la arquitectura gótica se hallan en íntima relación con la evolución del arte románico, aunque contraponiéndose en gran medida a él, fundamentalmente con la escuela normanda. El incremento de la autoridad episcopal, en virtud del desarrollo de las ciudades, es un factor de principal importancia, considerándose la arquitectura gótica como expresión del arte episcopal y ciudadano, frente al carácter monástico y fundamentalmente rural de su antecesor.
Los
comienzos de la arquitectura gótica nos llevan a las afueras
de París, concretamente a la abadía de Saint Denis,
donde su Abad, Suger empezó a acometer obras en el coro de
la iglesia. Esta obra, comenzada el 14 de julio de 1140 pudo ser la
primera piedra de un nuevo estilo arquitectónico, reuniendo
todos los elementos innovadores del nuevo estilo. Sin embargo no debemos
olvidar la gran labor propagandista que llevo a cabo el abad Suger
de su nueva obra. Estos dos los elementos característicos ya
utilizados en la abadía de Saint Denis serán: el arco
apuntado y la bóveda de crucería. La utilización
de ésta última dio a la obra posibilidades técnicas
y estéticas que fueron descubiertas casi al unísono
en diferentes zonas europeas como el norte de Italia, Espira, a orillas
del Rhin y Dirham en Inglaterra por donde pasa a Normandia.
El arco apuntado es el otro elemento característico de los Siglos XII y XIII, en un principio fue equilátero, en todo caso moldurado y generalmente doblado, es decir, uno dentro de otro. En el Siglo XIV adquiere un perfil más apuntado y agudo recibiendo el nombre de lanceado. Finalmente en el S XV se utilizan también diversos tipos de arcos: conopial, escarzano, rebajado, mixtilíneo, y otras formas caprichosas.
El modelo de planta de las iglesias, abadías y catedrales góticas es la planta basilical con girola, salvo en Italia e Inglaterra, con corona de capillas; ausencia de tribuna o triforio y plena incorporación de las torres. En alzado se distinguen dos tipos fundamentales: uno, que se difunde principalmente por Francia, se caracteriza por la gran altura de la nave central, con lo que se acusa fuertemente su desnivel respecto a las naves laterales, inscribiéndose, por tanto, en un triángulo apuntado. El segundo modelo tiende a la igualdad de altura entre las naves, buscándose la impresión de un gran salón, unificando la visión de un solo conjunto.
Gótico en Francia
Como
ya hemos apuntado, la obra del pórtico y más tarde,
la de la cabecera de la abadía de Saint Denis son el prólogo
del nuevo estilo. Más adelante, ya en la segunda mitad del
siglo XII, se inician las catedrales de Noyon, Laon, Senlis y Soissons,
entre otras; culminando con la iniciación, en 1163, de la catedral
de París. Sin embargo es a lo largo del S XIII cuando se inician
las más importantes y bellas catedrales de Francia, que serán
el foco de difusión por Europa.
Destaca
en esta época la catedral de Chartres, cuyo edificio románico
fue destruido por un incendio en 1194, y que constituye uno de los
monumentos señeros de la historia de la arquitectura puesto
que es en ella donde se concretan los ideales y la técnica
de la arquitectura gótica. Son destacables por su gran influencia
europea, sobre todo en España y Alemania, el inicio en 1212
de la catedral de Reims, conforme a trazas de Juan de Orbais. Simultáneamente
se inicia en 1218, por Robert de Luzarches, la catedral de Amiens.
Durante el segundo tercio del Siglo XIII el modo gótico triunfa en los más recónditos lugares de Francia multiplicándose los edificios inspirados en las grandes catedrales, como la catedral de Bourges, que recibe influencia de la de París. Se inician por tanto las escuelas regionales, hecho que provoca una evolución hacia el refinamiento, la apertura de vanos y estilización de sus elementos, como vemos en la Saint Chapelle de París, obra de Pierre de Montereau.
Gótico en Alemania
Las
formas de la arquitectura Gótica francesa se introducen en
Alemania bien entrado el siglo XIII. A la primera mitad del mismo
corresponde la iglesia de Santa Isabel de Marburgo, ensayo superado
por la gran influencia que ejerce la catedral de Reims.
Son muy características las catedrales de Colonia, Estrasburgo, Friburgo, Praga, Ulm y la de San Esteban de Viena, entre otras, donde las formas y estética adquieren un gran desarrollo a pesar de su cronología tardía. Son destacables los conjuntos urbanos y los ejemplos de arquitectura civil, como los de Colonia, Nuremberg y Munich, a pesar de su destrucción durante la II Guerra Mundial
Gótico en los Países Bajos
La
influencia Francesa es inevitable es estos territorios sobre todo
durante los Siglos XIII y XIV, más adelante se fijará
en las formas de la arquitectura gótica alemana e Inglesa.
Las Catedrales más importantes de son las de Tournai y de S.
Gúdula de Bruselas, sin olvidar San Bavón de Gante.
Como
en la arquitectura alemana, destacan los conjuntos arquitectónicos
referentes a la vida civil, las casas de fachada con piñón
escalonado, como el magnífico conjunto de Brujas, las lonjas
de comercio, como las de Brujas e Yprés, y las casas comunales
o de corporaciones, como las de Bruselas, Lovaina y Brujas.
Gótico en Italia
La
peculiaridad del gótico en Italia viene determinada por su
amplia tradición clásica que le imbuye de un carácter
especial en cada uno de los estilos europeos. Son las órdenes
mendicantes las principales difusoras y mantenedoras de este estilo.
Ellas traerán a Italia el tipo de nave única, amplio
brazo de crucero y capillas en la cabecera, que con frecuencia es
la única zona del edificio cubierta con bóveda de crucería.
La iglesia de Asís, la de San Francisco de Arezzo, son representativas.
Ya del Siglo XIV es la mayor parte de las catedrales
de Siena y Orvieto, en las que, siguiendo una tradición románica,
se utilizan mármoles de diversos colores y se anula el sentido
de verticalidad mediante la proliferación de elementos horizontales.
La catedral de S. Maria del Fiore en Florencia con su Campanile es
otro ejemplo característico, mientras que la catedral de Milán,
inacabada, iniciada en 1380, es una muestra del intento fallido de
introducir las formas germánicas y francesas, cuando ya se
anunciaba el Renacimiento.
Si la arquitectura religiosa toma un carácter especial, es
en la arquitectura civil donde los italianos dejan volar esta idiosincrasia
propia. Sobresalen los palacios venecianos, como el Ducal y la Ca
d'Oro, y los palacios señoriales y comunales del centro de
Italia, como el de la Señoría de Florencia, el Municipal
de Siena o los edificios defensivos de San Gimignano y Perugia.
Gótico en Inglaterra
Si la arquitectura gótica en Italia es diferente a la del resto de Europa es en Inglaterra donde este hecho cobra más fuerza. La evolución de las formas en las islas británicas es en muchos casos independiente a la llevada a cabo en el resto de Europa. Los comienzos se sitúan en la segunda mitad del Siglo XII con el coro de la catedral de Canterbury y la cabecera de la catedral de Lincoln.
Uno
de los elementos más destacables y preciosistas de la arquitectura
inglesa se inicia en el último tercio de este siglo con el
estilo ornamental o decorated style, caracterizado por la abundancia
de molduras sinuosas y la aparición de las características
bóvedas de crucería de abanico, que tiene una de sus
muestras más representativas en el claustro de la catedral
de Gloucester.
Mientras en toda la Europa del Siglo XV triunfa el flamígero, el arte inglés da paso al "perpendicular style", caracterizado por la proliferación de molduras verticales, que contrastan en su rigidez con las riquísimas bóvedas de crucería de abanico, cónicas y con riquísimas claves colgantes, como vemos en las catedrales de York y de Canterbury. Así mismo son destacables las de la "Lady Chapel" de enrique VII en la abadía londinense de Westminster.
(Autora del texto del artículo/colaboradora
de ARTEGUIAS:
Ana Belén Fernández)