Guía del Románico en la ciudad de Segovia II (Iglesias Intramuros)
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Si
en la parte extramuros de Segovia quedan numerosos restos románicos
de entidad, no le va a la zaga el patrimonio románico de
la ciudad interior.
Destacamos en esta página las iglesias de San Martín, Santísima Trinidad, San Esteban, San Miguel, San Juan de los Caballeros y San Sebastián.
San Martín
La parroquia de San Martín, ubicada en la Plaza
de Juan Bravo, a mitad de camino entre la Plaza Mayor con su catedral
y el mismísimo acueducto es uno de los edificios más
nobles de la capital segoviana.
Es
un edificio de tres naves, crucero con cimborrio de ladrillo y cabecera
tripartita (el ábside central fue sustituido). Es poco frecuente
encontrar guías o libros que ensalcen la magnífica articulación
de los dos ábsides románicos (el meridional mucho más
restaurado) que es muy excepcional. En efecto, no es fácil
encontrar en los muros exteriores románicos españoles
(sí, en los interiores) una arquería mural corrida en
la zona inferior.
La torre románico - mudéjar es soberbia. Muestra una gran anchura de base y fábrica de ladrillo con troneras de arco de medio punto. Las columnas, sin embargo, son pétreas.
También destaca su la galería porticada, única conservada que rodea toda la iglesia menos la propia cabecera.
Los
capiteles del ala norte son de gran calidad a pesar del deterioro
de la piedra caliza y muestran todo un muestrario de escenas de la
vida de Cristo. Entre ellas hay que destacar escenas tan divulgativas
como una Anunciación, la Última Cena, el beso de Judas o el prendimiento
de Jesús.
La
fachada occidental tiene una monumental portada de cinco arquivoltas
muy decoradas con motivos vegetales.
Se trata, sin duda, de una de las puertas más grandes del románico español. Esta puerta está cobijada por un pórtico a modo de nártex cuya abertura es un gran conjunto de arquivoltas soportadas por estatuas humanas que representan personajes del Antiguo Testamento.
Más información de la Iglesia
de San Martín de Segovia
San Esteban
San Esteban fue una iglesia de tres naves, con tres ábsides que fue drásticamente reformada en el siglo XVIII. Afortunadamente sobrevivió la galería porticada y el campanario.
Esta torre campanario presume ser la mejor del románico español, llamado "reina de las torres bizantinas".
Mide 56 metros de altura y se alza mediante seis cuerpos
superpuestos de los cuales cinco están animados con arquerías
ciegas o ventanales con profusión de arquivoltas y columnas
y magníficas tallas donde predomina el bestiario románico:
aves, arpías, grifos, etc.
La
galería porticada rodea el flanco meridional y occidental de
la iglesia y como sucede en otros pórticos segovianos sometido
a todo tipo de agresiones ambientales su escultura está muy
erosionada.
Santísima Trinidad
Esta iglesia de la Santísima Trinidad, no demasiado conocida, es un ejemplo típico y hermoso de iglesia románica segoviana.
Tiene una nave, con torre y ábside de tambor,
además de galería porticada.
Las portadas occidental y meridional son de buenas proporciones con la clásica combinación de arquivoltas planas y de baquetón sobre columnas.
La
galería es un poco sosa al contar con capiteles de temática
vegetal poco expresivos. Sin embargo, el ábside es magnífico
y sigue los cánones clásicos románicos, con ventanales,
columnas entregas y canecillos figurados.
En el interior lo más destacable es el juego de ventanales y las arquerías murales sobre columnas pareadas, creándose un ambiente plenamente románico.
San Miguel
La iglesia parroquial de San Miguel se encuentra en la Plaza Mayor, casi enfrente la catedral. A pesar de su arte e historia es de los templos intramuros que menos llama la atención de todas las segovianas.
Este templo tuvo que ser románico y luego fue reconstruido
en estilo del gótico final. Junto a la puerta de aquella iglesia románica
fue proclamada reina de Castilla Isabel I, luego llamada Isabel la
Católica.
Siendo
interesante su arquitectura gótica, lo más destacable es el conjunto
de tres relieves incrustados en el muro meridional. Corresponden a
San Miguel, San Pedro y San Pablo. Estas esculturas fueron limpiadas
y restauradas hace unos años y lucen magníficas. Pertenecen a un momento
tardío del románico puesto que presenta una cierta movilidad. Sin
embargo, esto no desmerece su buena calidad. La escena donde aparece
San Miguel es la más completa pues en ella aparece alanceando la cabeza
del dragón que tiene bajo sus pies.
San Juan de los Caballeros
En pleno Barrio de los Caballeros, uno de los más castizos de Segovia, se alza la iglesia de San Juan, empleada actualmente como Museo Daniel Zuloaga. Es una iglesia de tres naves, crucero, cabecera de tres ábsides, torre y galería porticada.
La
torre, tiene los cuerpos inferiores plenamente románicos, y
debió proyectarse como la de San Esteban, pero o quedó
inacabada o se destruyó por lo que actualmente está
rematada por un cuerpo de ladrillo con arcos conopiales góticos.
La galería es una de las más afamadas de las segovianas, con profusión de capiteles de temática bíblica. Además, el repertorio se amplia gracias a los canecillos, metopas y las esculturas humanas que se albergan bajo los arcos que soportan el alero.
Más información del Museo
Zuloaga, en la iglesia de San Juan de los Caballeros
San Sebastián
En la plaza de San Sebastián junto al extremo septentrional del acueducto, su homónima iglesia es un notable ejemplar aunque también alterado.
Sobresale el aspecto exterior que es lo mejor conservado de estilo románico, sobre todo el ábside de buena sillería y articulado en tres calles por una pareja de columnas entregas que suben hasta el alero, con ventanal cada una.
La fachada de los pies tiene una portada abierta en cuerpo saliente con tejaroz de canecillos de nacela y metopas al estilo local, que en su origen era de tres arquivoltas al modo clásico, con profusa decoración de entrelazos en sus arquivoltas planas. Esta puerta se alteró cegándola parcialmente y abriendo un ingreso más bajo y pequeño.
Adosada
hay una torre de ladrillo, similar a la de Santa Marina, de Cuéllar,
con arquerías ciegas dobles, que fue levantada sobre un absidiolo..
El interior fue muy reformado en época barroca.
San Andrés
La iglesia de San Andrés está junto a la plaza ajardinada de la Merced, muy próxima a la catedral gótica, y presenta una soberbia estampa a quienes pasean por la castiza calle de Daoiz en busca del Alcázar.
De época románica conserva un gran ábside semicircular articulado como en San Millán, es decir con dos columnas que crean tres paños con un ventanal cada uno en el centro. Una imposta corrida a la altura de los cimacios divide el ábside en sentido horizontal. Esta capilla está desviada con respecto al eje de la nave, hecho que se interpreta como símbolo de la inclinación de la cabeza de Cristo en la cruz
Pero
San Andrés, además, posee una espléndida y altísima
torre de ladrillo en su costado meridional, de cuatro cuerpos. El
más bajo, de sustentación, es de mampostería
con hileras de ladrillo; los cuerpos segundo y tercero poseen dos
ventanales de arcos doblados de medio punto. El último, para
aligerar el peso de la estructura, abre tres vanos, siendo el del
centro más estrecho.
Como en otras construcciones, a la torre se le adosó un ábside de calicanto de perímetro poligonal con tres ventanales de medio punto.
Al igual que en San Lorenzo y San Martín, estas torres de ladrillo se levantaron tardíamente.
Tras las reformas barrocas, el interior poco o nada deja traslucir de su origen románico.